MADRID (Reuters) – La manifestación no autorizada convocada el jueves por la tarde para asediar el Congreso de los Diputados acabó con al menos 15 detenidos y cargas policiales durante la celebración de una protesta que contó con menos participación de la esperada y un gran dispositivo policial.
Centenares de personas, algunas con banderas republicanas, respondieron a la convocatoria de la plataforma "¡En Pie!" para asediar el Parlamento español a partir de las 5 de la tarde, que las autoridades temían que pudiera tornarse violenta, pero que en sus primeras horas se desarrolló de forma pacífica.
A medida que avanzaba la tarde, pequeños grupos de personas agolpadas junto a las vallas que cerraban el paso a la Carrera de San Jerónimo arrojaron objetos, petardos y bengales contra los agentes antidisturbios, que empezaron a dispersar a los manifestantes con rápidas cargas.
A partir de ese momento, la protesta se disolvió por las calles aledañas al Parlamento como Gran Vía o Alcalá, donde se realizaron algunas de las últimas detenciones.
"El balance total de detenidos es de 15 personas durante esta tarde", dijo una portavoz de la policía a Reuters, añadiendo que no descartaba que el número pudiese aumentar.
La fuente dijo que dos agentes habían resultado heridos, aunque algunos medios señalaron que los policías heridos ascendían a 14.
A los manifestantes detenidos durante la celebración de la protesta hay que añadir las 11 personas arrestadas en las horas previas por su presunta relación con posibles actos delictivos en el marco de la convocatoria "Asedia el Congreso".
Algunos grupos que se acercaron a la cercana Plaza de Neptuno iban con el rostro tapado, mientras se veían carteles que decían "Así, no" o "Violencia no, ni del Estado" y se escuchaban cánticos como el clásico "El pueblo unido, jamás será vencido".
Helicópteros de la policía sobrevolaron la zona durante toda la tarde, mientras que decenas de furgones policiales, así como perros y policías a caballo, cerraban el paso al tráfico y a las personas en los alrededores del Congreso de los Diputados, un dispositivo extraordinario desplegado por el temor de las autoridades a un giro violento de la protesta.
"Yo confío en que esta manifestación se desarrolle pacíficamente pero si hubiera intentos de violencia, de asaltar el Congreso, que para mí es un atentado contra la democracia, pues las Fuerzas de Seguridad actuarán contundentemente para que no se produzca", dijo el presidente del Congreso de los Diputados, Jesús Posada, a los periodistas.
El temor a un estallido de violencia disuadió a muchas personas a participar en la convocatoria de la que se desmarcaron importantes colectivos que habían respaldado otras concentraciones ante el Congreso en el pasado, como Acampada Sol, Democracia Real Ya, o la Plataforma de Afectados por la Hipoteca, todos ellos encuadrados en el movimiento de los "indignados" en España.
"Falta gente, el 25-S había el triple de gente. El acorralamiento policial es innecesario", dijo Roberto García, comercial madrileño de 30 años, envuelto en una bandera republicana, a Reuters.
"Algo de culpa tenemos nosotros, porque no nos manifestamos porque nos meten miedo, se convoca una huelga y nos quedamos en casa", añadió.
Un comunicado colgado en la página web de la plataforma "¡En Pie!" invitaba al "asedio y la liberación definitiva" del Parlamento y a manifestarse por un periodo indefinido hasta la caída del Gobierno.
INTENCIONES NO PACÍFICAS
La delegada del Gobierno en Madrid, Cristina Cifuentes, dijo que la convocatoria incitaba a la violencia.
"Han hecho circular por Internet un manual en el cual dan una serie de instrucciones verdaderamente preocupantes, es una especie de manual de guerrilla urbana con acciones paralelas para atacar a la Policía, con una clase de cócteles molotov con una sustancia que se puede impregnar en los uniformes de la Policía, sprays aerosoles para atacar a la Policía", dijo Cifuentes en declaraciones a RNE.
La plataforma "¡En Pie!" persigue "la caída del régimen -dimisión del gobierno, disolución de las Cortes y de la Jefatura del Estado-, y la apertura de un proceso de transición hacia un nuevo modelo de organización política, económica y social, verdaderamente justo y solidario", según un comunicado colgado en Internet.
Cifuentes, que no precisó el número de efectivos asignados al dispositivo de seguridad -algunos medios recogían que serían en torno a 1.400 policías-, defendió anticipadamente la respuesta policial con los manifestantes durante las protestas de la tarde.
En el Congreso, cuyo sitio web no estuvo disponible durante gran parte de la mañana del jueves por lo que se teme fue un posible ataque informático para bloquear su acceso, su presidente rehusó responder a las preguntas sobre el coste del fuerte dispositivo policial.
"Creo que cuando se pretende asaltar el Congreso, el coste debe ser el que sea para evitarlo", dijo.
El Congreso no celebra el jueves sesión plenaria, pero sí hay programadas varias comisiones y habrá diputados y personal trabajando en su interior.
Otras manifestaciones organizadas en el entorno del Congreso de los Diputados por colectivos próximos al movimiento de los indignados para protestar contra las medidas de austeridad del Gobierno y la precaria situación económica de España se han saldado con altercados y detenidos.
