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28/03/2024. 13:05:11

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El Rincón de Reuters

El movimiento de los «indignados» crece y se organiza en Madrid

Reuters

MADRID (Reuters) – Gente recolocando carpas empapadas por la lluvia, convocatorias de asambleas, comisiones de infraestructuras e información y un tenderete para distribuir desayunos demostraban el jueves por la mañana que la «spanish revolution» que está aglutinando a personas de todo tipo en la emblemática Puerta del Sol de Madrid no quiere acabar el domingo con las elecciones locales.

Numerosos manifestantes se concentran en Sol el 19 de mayo de 2011.

Entre toldos y carpas sujetados por cuerdas y postes más o menos endebles, jóvenes sentados sobre colchones, cartones, sillas de ordenador o algún sofá empezaban a ponerse en marcha tras una noche marcada por la lluvia, con el objetivo de tener preparado hoy un manifiesto que reúna propuestas de todo tipo y que se debatirá en una asamblea general de un movimiento bautizado de mil maneras, como "15-M", "Toma la plaza" o "Acampada Sol".

"Se respira un aire de indignación y parece que hay una voluntad de cambio muy grande por muchos sectores de la población. Te das cuenta cuando llegas aquí y ves a gente de todas las edades, con condiciones sociales completamente diferentes y están compartiendo aquí un mismo ideal", dijo Julia Velasco, de 23 años, estudiante universitaria que pasó la noche en Sol junto con otros muchos que desafiaron el mal tiempo y las prohibiciones de la junta electoral.

"Hacía mucho tiempo que ante unas elecciones la gente no tenía un desencanto como el que se tiene ahora", añadió Velasco, que está a punto de terminar la carrera de Agrónomos y cree que le espera "un futuro incierto".

Lo que empezó el 15 de mayo con manifestaciones en distintas ciudades españolas exigiendo una "democracia real" de cara a las elecciones municipales y autonómicas de domingo, pasó a ser una acampada espontánea en el centro de Madrid y otras plazas de provincias, y se está convirtiendo ahora en un espacio en el que la gente pueda expresar su hartazgo ante los altos niveles de paro y la situación política del país.

La mayoría de los manifestantes, organizados al principio a través de campañas en Internet en Twitter o Facebook como #democraciarealya o #nolesvotes, consideran que los socialistas, actualmente en el Gobierno, y el Partido Popular, en la oposición, sólo se preocupan de seguir en el poder o de alternarse en el mismo sin ofrecer verdaderas soluciones a sus problemas, y abogan, más que por la abstención, por optar el 22 de mayo por los partidos más pequeños.

Este movimiento que muchos de sus participantes definen como apolítico supone toda una novedad en España, donde apenas se habían registrado protestas pese a un nivel de desempleo que es el más alto de la Unión Europea y un duro recorte de gastos contra el estancamiento económico aprobado por el Gobierno del PSOE. Las encuestas prevén una derrota para los socialistas en las elecciones del 22 de mayo, consideradas una antesala de las generales del próximo año.

"VIVA LA REVOLUCIÓN DEL CARTÓN"

Aunque las manifestaciones en Sol que se repiten cada tarde a última hora desde el pasado domingo reúnen a un espectro muy amplio de la población, las noches y las mañanas pertenecen a los jóvenes, muchos de ellos estudiantes o en paro con aire 'hippy' que se dividen las tareas para poder mantener en pie la iniciativa.

Entre los numerosos carteles llenos de lemas que rodean la céntrica plaza se pueden leer eslóganes como "Viva la revolución del cartón", "Basta de memocracia" o "Pensionistas en lucha por el futuro de nuestros nietos". Frente algunos que anuncian que "Madrid será la tumba del capitalismo", se leen sin embargo otros que aseguran "No somos antisistemas, somos cambiasistemas".

Sobre una de las varias salidas del metro que dan a la Puerta del Sol, una gran pancarta afirma "La revolución estaba en nuestros corazones y ahora vuela libre por las calles".

"Basta que haya surgido una chispa para que todos se hayan echado a la calle, porque creo que el nexo común en general es el malestar de la sociedad a todos los niveles, a nivel político, a nivel social, a nivel de valores y a todos los niveles", dijo Oscar Rivas, 37 años, ingeniero de sonido freelance y uno de los portavoces oficiales de Acampada Sol.

Rivas, que explicó que él mismo no está viviendo circunstancias fáciles por la dificultad de salir adelante como autónomo en el sector de la música, dijo que la solidaridad de la gente está yendo en aumento

"Esto va a más. Incluso las muestras de apoyo espontáneas de la gente, que las hemos tenido desde el principio, han ido aumentando. Nos vienen a preguntar sobre nuestras necesidades, cómo pueden ayudar, etc. Esta mañana la gente que sale del metro a su trabajo ha pasado a mostrar su apoyo, a firmar y a decir que si podían aportarnos algún tipo de ayuda", añadió.

Entre los que se acercaron el jueves por la mañana para mostrar su solidaridad con el movimiento estuvieron un grupo de trabajadores subcontratados por la compañía Alstom para realizar tareas de mantenimiento en el AVE y que están en huelga por los recortes de personal que se están llevando a cabo en su empresa.

"Estamos aquí porque consideramos que estamos pidiendo las mismas cosas (…) estabilidad de trabajo, derechos laborales y derechos sociales", dijo Pedro Muñoz, un treintañero. "Somos todos jovenes, y (…) seguimos viviendo en casa de nuestros padres o tenemos problemas para pagar la hipoteca, algunos somos padres de familia", añadió.

Aunque hay quien ve teorías conspiratorias detrás de una iniciativa tan espontánea que sus propios portavoces ven difícil explicar, y la idea era levantar el campamento el domingo tras las elecciones, no está claro que el movimiento vaya a finalizar el 22-M, dada la magnitud que está cobrando la iniciativa y la vocación de exportarla a otras ciudades de Europa.

Sin embargo, no todo el mundo ve con buenos ojos estas concentraciones. Un hombre de unos sesenta y tantos años que no quiso identificarse vio "la mano" del Gobierno socialista en el movimiento para tratar de influir en las elecciones del domingo, que se prevé que gane el PP, mientras que Carmen Rivera, una lotera de la plaza, consideró que la iniciativa estaba "fuera de lugar".

"Yo no soy de ningún partido político pero me parece que esto va a influir mucho en estas elecciones y en las próximas. Yo iba a ir a votar y viendo esto se te quitan las ganas. (…) Para Madrid es una imagen horrorosa, en el centro de Madrid, con todo turistas, no me gusta", dijo Rivera, de 43 años.

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