MADRID (Reuters) – La mayoría de los vascos están a favor de la reinserción de los presos de ETA y la negociación con la banda armada, hacia la cual muestran más rechazo que nunca, según el Euskobarómetro difundido el viernes.
Un 42 por ciento de los vascos se muestra a favor de negociar sin condiciones con ETA, frente a un 34 por ciento que dice ser partidario sólo si la banda deja las armas y un 16 por ciento que en ningún caso.
ADVERTISINGEsta negociación con la banda, que puso fin en 2011 a sus más de 40 años de lucha armada por un País Vasco independiente, es rechazada por el Gobierno español, que exige a ETA el abandono definitivo de las armas y su disolución.
Pese a estar a favor de negociar, un 66 por ciento de vascos rechazan frontalmente a ETA, alcanzando un récord histórico en las tres provincias, donde sigue manteniéndose la división sobre la verdadera voluntad de la banda de acabar con la violencia.
En cuanto a los aproximadamente 600 presos de la banda, un 50 por ciento de los ciudadanos son partidarios de resinsertarlos, mientras que un 21 por ciento de ellos lo contempla sólo si no tienen delitos de sangre, según el sondeo, que recoge que un 19 por ciento quiere el cumplimiento íntegro de las penas.
El final de la dispersión de los presos ha sido una de las reivindicaciones políticas más antiguas en el entorno de la banda desde que esta medida se pusiera en marcha hace 25 años.
DESEO MINORITARIO DE INDEPENDENCIA
El sondeo, realizado en mayo y junio a través de 600 entrevistas, recoge que la población se reafirma en su condición de vasco y español, pero con un claro acento vasquista (un 35% se siente solo vasco y un 21 por ciento más vasco que español).
Sin embargo, los deseos de independencia son minoritarios – el 30 por ciento -, en un momento en el que España afronta unos comicios autonómicos en Cataluña que los partidos soberanistas quieren que abran la vía hacia la independencia de la región.
El sondeo de este semestre no recoge intención de voto, después de que el anterior de diciembre mostrara que el Partido Nacionalista Vasco (PNV) sería la fuerza más votada en la región, con un escaso margen sobre Podemos, que condicionaría la gobernabilidad tras unas elecciones autonómicas que no están previstas hasta 2016.
En cuanto a la economía, el paro sigue siendo la primera preocupación para los 2,1 millones de vascos, que en su mayoría siguen sufriendo los rigores de la crisis pese a que la región es una de las más ricas de España.
Los residentes del País Vasco, una de las regiones con más autonomía de Europa, defienden mayoritariamente el concierto económico vasco, algo que para la mayoría de los ciudadanos es intocable.
