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19/03/2024. 12:49:07

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Rajoy se enfrenta a la presión de reducir tensiones al formar nuevo Gobierno

Reuters

MADRID (Reuters) – Mariano Rajoy se enfrenta a su primera prueba de un segundo duro mandato esta semana cuando desvele los nombres de sus nuevos ministros que deberán atraer apoyos de otros partidos para aprobar reformas en un parlamento fragmentado y hostil.

El presidente de España, Mariano Rajoy, en el debate de la sesión de investidura en el Congreso de los Diputados en Madrid, España, el 29 de octubre de 2016

El líder conservador consiguió el sábado la aprobación de los diputados de la Cámara baja para formar un Gobierno en minoría después de diez meses de bloqueo político, pero se verá forzado a buscar aliados en cada momento para aprobar leyes.

El jueves tiene previsto anunciar su nuevo equipo bajo el escrutinio de si mostrará indicios de un nuevo comienzo trayendo a nuevas caras, incluso aunque la mayoría procedan del Partido Popular.

Rajoy, que jurará el cargo ante el rey el lunes, gobernó con una mayoría absoluta desde 2011 que ahora ha perdido y aunque el PP sigue siendo el partido más votado en el Parlamento, no ha sido capaz de formar una coalición de socios para alcanzar un gobierno mayoritario incluso después de la repetición de elecciones en junio.

Varios de sus ministros han tenido grandes enfrentamientos con la oposición, también durante sus meses en funciones. Otros partidos han pedido, por ejemplo, la dimisión del ministro del Interior en funciones, Jorge Fernández Díaz, tras la polémica por la grabación de unas conversaciones que mantuvo con el jefe de la Oficina Antifraude de Cataluña.

"En teoría parece obligado a mostrar un gobierno algo distinto", dijo Carlos Barrera, profesor de Comunicación Política de la Universidad de Navarra. Sin embargo, señaló que el presidente no es conocido por "dar grandes bandazos".

El diario El País, el más vendido en España, pidió en su editorial del domingo una "profunda renovación" de los miembros del Gobierno para construir puentes con otros partidos.

Después de dos elecciones con resultados muy fragmentados desde el pasado diciembre y meses de luchas entre los partidos, la administración en minoría de Rajoy tiene reformas y legislación urgente que abordar.

Primero deberá sacar adelante el nuevo presupuesto de 2017 para tranquilizar a Bruselas y cumplir con los objetivos de déficit del próximo año, que requerirán recortar gastos o encontrar nuevas fórmulas para aumentar los ingresos.

En tanto, la economía continúa la senda de la recuperación pero el desempleo está rondando el 19 por ciento, la segunda tasa más alta de la UE después de Grecia.

España también intentará conseguir un alto cargo dentro de la Unión Europea en medio de los grandes problemas que afronta la institución comunitaria, como la salida de Reino Unido del bloque. El Gobierno español en funciones ha tenido que conformarse hasta ahora con puestos secundarios.

El presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, pidió unidad a España. "Confío en que en los próximos años y bajo tu liderazgo España se beneficiará de la estabilidad política y la cohesión social que son necesarias para responder a los retos actuales", dijo Tusk en una carta de felicitación a Rajoy el domingo.

UNA DELGADA LÍNEA

Muchos en España son escépticos sobre lo productivo que puede ser el Gobierno con solo 137 escaños en un Parlamento de 350 diputados.

Incluso con el apoyo de los liberales Ciudadanos, el cuarto partido con mayor representación, Rajoy no logrará conseguir una mínima estabilidad sin contar con acuerdos puntuales con los socialistas, la segunda fuerza de la Cámara.

El PSOE permitió que Rajoy revalidase su mandato el sábado al abstenerse en la segunda votación de la sesión de investidura, pero ha dicho que su intención es combatir las políticas del líder conservador.

Rajoy ha pedido diálogo a sus rivales, pero también marcó algunas líneas rojas mientras sus oponentes buscan derribar algunas de sus reformas, como la laboral o la educativa.

"No estoy dispuesto a derribar lo construido. Se puede mejorar, sin duda, pero no puedo aceptar su demolición", dijo Rajoy en su discurso antes de la votación del sábado.

Su as en la manga es la amenaza de convocar unas elecciones anticipadas que penalizarían a sus rivales. Los socialistas, por ejemplo, no tienen un líder claro entre fuertes divisiones y unas bases enfadadas por la abstención que ha permitido la vuelta del PP al poder.

Incluso así, Rajoy no puede permitirse ignorar a la oposición como hizo cuando contaba con mayoría absoluta, dijeron analistas.

"Rajoy camina sobre una delgada línea, tiene que mostrar a sus votantes que es él quien está al mando, pero también tiene que dejar suficiente espacio como para alcanzar acuerdos con otros partidos", dijo Antonio Barroso, analista de Teneo Intelligence en Londres.

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