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19/03/2024. 09:52:02

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José Ignacio Pérez de Albéniz, director general de Arpa Abogados y Consultores

“El futuro traerá cambios, pero la orientación al cliente y la generación de confianza seguirán siendo claves”

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“Estos cambios no solo tratan de tecnología, hay que preparar también a las personas" “Queremos gente buena y buena gente”

ARPA Abogados Consultores es un despacho constituido en 1991 en Pamplona, cuyos fundadores cuentan con más de 30 años de experiencia en el asesoramiento jurídico, económico y fiscal de la empresa. En la actualidad posee sedes en Pamplona, Madrid, San Sebastián y Valladolid, donde trabajan más de 70 profesionales especializados, entre los que se encuentra José Ignacio Pérez de Albéniz, director general de esta firma.

Jose Ignacio Perez

Usted cuenta con más de veinte años de experiencia en la Administración Tributaria navarra. ¿Qué le empujó a convertirse en el director general de Arpa Abogados y Consultores?

Bueno, yo llevaba más de 20 años trabajando en Hacienda Foral de Navarra, había empezado desde abajo y, tras aprobar varias oposiciones, los últimos ocho años fui Director General de Hacienda. De aquella etapa tengo un recuerdo excelente. Se me planteó el cambio y, en aquel momento vital, pensé: ¿por qué no un nuevo reto? Y me embarqué en este gran proyecto que es ARPA. Ello me ha dado una visión bastante completa de lo público, lo privado, sus relaciones y, a veces, la incomprensión que hay entre ambos mundos.

Pamplona, Madrid, San Sebastián y Valladolid. Su firma, de origen local, ha ido abriendo distintas sedes por la geografía nacional. ¿Hay más chinchetas para colocar en el mapa?

Partiendo de nuestra posición en Navarra, ahora mismo estamos desarrollando esas chinchetas. Acabamos de empezar en Madrid, y tenemos mucha esperanza en este proyecto.  Y en San Sebastián y Valladolid también tenemos planes para incrementar nuestro desarrollo. Y, por supuesto, también formamos parte de alianzas para poder prestar servicios en el extranjero. En el futuro, más chinchetas, ¿por qué no? La diversificación geográfica y la ampliación del servicio a nuestros clientes es muy importante. Pero también nos gusta el desarrollo sostenible, con prudencia, con paso corto y con mirada larga.

Afirman en su web corporativa que "apuestan por las nuevas tecnologías, optimizando procesos e innovando". ¿Cómo vive Arpa Abogados y Consultores la transformación digital?

En ARPA somos muy conscientes de que están pasando y van a ocurrir cambios importantes. De que tenemos que estar muy atentos e ir preparándonos para un cambio que no va a ser meramente instrumental, sino que va a incidir en el núcleo del negocio. La digitalización de la economía está ya afectando a nuestros clientes y abriendo nuevas oportunidades y necesidades. Y evidentemente, las nuevas tecnologías ya están transformando nuestra profesión desde hace años. Estamos muy atentos a todo ello y vamos tomando decisiones. Actualmente estamos seleccionando soluciones para integrar toda nuestra información y nuestros procesos en la nube. Y sin perder de vista algo muy importante: estos cambios no solo tratan de tecnología, hay que preparar también a las personas.

¿Considera que la Abogacía ha tomado conciencia suficiente sobre la relevancia de la transformación digital?

Como he dicho antes, yo creo que son procesos que llevan su tiempo pero que todos vemos que están llegando o han llegado y estamos tomando decisiones. La novedad ahora es que los cambios son mucho más rápidos, lo que introduce un cierto grado de ansiedad. Por ello, hay que caminar hacia esa transformación, pero sin perder la serenidad para no precipitarse. E, insisto, en mi opinión, esto va de tecnología, pero, sobre todo, de adaptación de las personas y de reenfoque de la labor del profesional hacia roles menos instrumentales y más esenciales en los servicios. Las capacidades de gestión de los clientes son cada vez más relevantes. La generación de la confianza y los valores que envuelven toda la relación son y serán diferenciales.

¿Cuáles son los grandes retos de su firma?

Estamos en plena elaboración de nuestro nuevo Plan Estratégico. Siempre los hacemos con la participación de todos los miembros de ARPA y con las opiniones de muchos de nuestros clientes. Nos gusta preguntar cómo nos ven, en qué creen que somos buenos, en qué debemos mejorar. Desde dentro y desde fuera. En la actualidad, nuestro reto es seguir creciendo como lo venimos haciendo, ininterrumpidamente, de una forma sostenible. El despacho es cada vez más grande y queremos acceder a clientes mayores. Estamos desarrollando nuestras sedes, y especialmente nuestro proyecto incipiente en Madrid. En Navarra estamos muy consolidados, pero también hay posibilidades de crecimiento. Y queremos que ese crecimiento no nos haga olvidar nuestros valores esenciales, y que ARPA, además de ser un referente en el que nuestros clientes se sientan satisfechos y que atraiga a nuevos clientes, sea también un lugar en el que los buenos profesionales quieran trabajar. ARPA es un proyecto y una realidad de personas.

¿Cómo es el día a día en Arpa Abogados y Consultores?

Pues yo diría que quizás la palabra que mejor definiría un día en ARPA es la intensidad. Los días son, afortunadamente, ajetreados. Hay un ritmo de trabajo importante, una dedicación profesional intensa. Y ello nos obliga a una mejora continua en los procesos y la gestión del tiempo. Me imagino que nada que no pase en muchas otras firmas. Y también creo que, por encima de todo ello, hay un buen ambiente de trabajo.

¿Cuenta Arpa Abogados y Consultores con una intervención activa tanto en la formación como en la captación del talento?

En cuanto a la captación del talento, tenemos en Navarra la fortuna de contar con dos magníficas universidades con las que tenemos acuerdos que hacen posible la llegada al despacho de un buen número de becarios todos los años. Unos cuantos de ellos han acabado trabajando en ARPA, y es una auténtica satisfacción ver cómo van desarrollándose en el despacho y se convierten en magníficos profesionales. En cuanto a la formación, la consideramos esencial, es una inversión y no un gasto. La promovemos activamente. Fundamentalmente formación técnica y en idiomas. Y queremos extender la formación a habilidades comerciales, trabajo en equipo, gestión de conflictos, liderazgo…

Su firma es eminentemente multidisciplinar. ¿Qué perfil tienen y qué perfil buscan en sus profesionales?

Nosotros siempre decimos que queremos gente buena y buena gente. Condición necesaria es ser buen profesional, personas con conocimientos y con ganas e inquietud por aprender continuamente. Pero esto no es suficiente. Buscamos también actitud, ilusión, positividad. Personas que sean capaces de trabajar en equipo, que no regateen esfuerzos, que pongan por delante al grupo en lugar de al yo, que les guste lo que hacen. Y todo ello, envuelto en la imprescindible integridad. Parece la carta a los Reyes Magos, pero no es tan difícil, en ARPA la mayoría es así.

¿Cómo se puede responder al cambio en un mercado tan competitivo como al que pertenece?

En un estado de vigilancia y adaptación permanente. Pendientes de las necesidades de nuestros clientes. Generando nuevos servicios que verdaderamente respondan a lo que necesitan y que les aporten valor. Hay que estar muy atento y adaptarse rápido, creando soluciones innovadoras para ofrecerles. Y, para ser competitivos, ahondar en la eficiencia y sin perder de vista la rentabilidad.

¿Qué futuro vislumbra en el sector a medio plazo?

No soy muy bueno haciendo pronósticos, pero tiendo a ser positivo. Entre otras cosas porque creo que la positividad realista contribuye a que el futuro mejore. Se observa un movimiento creciente de integración de despachos de tamaño medio, para afrontar retos más importantes. Creo que esta tendencia se incrementará y habrá que estar atentos. Están surgiendo también nuevos servicios relacionados con la economía digital y estamos especializándonos en este nuevo mundo jurídico y fiscal. También tenemos que seguir avanzando en la transformación digital. La captación del nuevo talento deberá ofrecer expectativas a los nuevos profesionales que no tienen por qué ser las tradicionales: flexibilidad, conciliación, un buen ambiente de trabajo, serán todavía más claves en el futuro. Y habrá cosas que no cambien: el cliente en el centro de todo, la profesionalidad, el compromiso, la responsabilidad, la confianza. La cercanía al cliente para llegar lejos. Creo que los valores seguirán siendo la clave de todo. El futuro será bueno, pero tenemos que construirlo.

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