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19/03/2024. 07:52:36

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Alberto Mata Rodríguez, abogado de Gómez-Acebo & Pombo e IBA Outstanding Young Lawyer of the Year

“El premio reconoce la labor de la abogacía española en su conjunto”

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"La formación es la pieza clave para completar los perfiles profesionales de los abogados" "El abogado del siglo XXI ha de ser un abogado cercano a la sociedad" "El ejercicio de la abogacía ha de tener unos estándares mínimos que aseguren la calidad, ética, y reputación de los abogados"

El premio al abogado joven del año recompensa al letrado menor de treinta y cinco años que demuestra excelencia en el trabajo, logros en su carrera profesional y un gran compromiso ético. El abogado de Gómez-Acebo & Pombo Alberto Mata Rodríguez (Madrid, 1983) se ha convertido en el primer español y europeo que recibe este galardón que organiza la International Bar Association (IBA).

Alberto Mata

Enhorabuena por el premio. ¿Cuál ha sido la receta para lograr ser el primer europeo que lo obtiene?

A nivel general considero que el premio reconoce a la abogacía española en su conjunto, la cual es percibida desde el exterior como una abogacía preparada, completa, íntegra y profesional, donde los jóvenes cada vez jugamos un papel más importante.

Tengo la suerte de trabajar en un despacho, Gómez-Acebo & Pombo, que apuesta por los asociados jóvenes y donde se fomenta la formación, la experiencia internacional y la realización de actividades de pro bono.

Un galardón que otorga IBA en el que hay que destacar, además de por la excelencia profesional, por la ética.

Para la IBA, que se caracteriza por ser la voz de la abogacía internacional, es importante que los abogados no sólo sean excelentes profesionales sino que también sean íntegros, éticos y estén comprometidos. Creo que el abogado del siglo XXI ha de ser un abogado cercano a la sociedad, implicado con la misma y que debe poner su conocimiento y experiencia al servicio de los demás.

En mi caso, valoraron enormemente el trabajo pro bono que he realizado con entidades como Junior Achievement o la Fundación Fernando Pombo, un verdadero ejemplo de entidad que desarrolla la responsabilidad social de la abogacía, a través de la promoción y defensa de los derechos humanos; de la asistencia jurídica gratuita mediante el trabajo pro bono y del fomento de la deontología profesional. La verdad es que estoy muy orgulloso de haber apoyado durante los últimos años el trabajo de esta fundación desde las más diversas labores de voluntariado.

Además de la licenciatura en dirección y administración de empresas por la Universidad Carlos III de Madrid, cuenta con una amplia formación.

El desarrollo personal y profesional está íntimamente relacionado con la formación y la educación.  Es algo que he aprendido de mis padres y que siempre he tenido muy presente a lo largo de mi vida.

Soy licenciado de Derecho y Dirección y Administración de Empresas por la Universidad Carlos III de Madrid, y adicionalmente he participado en distintos programas internacionales en las universidades Lehigh University, University of Florida, EBS -International University Schloß Reichartshausen e IEDC -Bled School of Management.  Asimismo he realizado un máster en derecho (LL.M. Securities & Financial Regulation) en Georgetown University.

Considero que cuanto mayor es la formación mayor la perspectiva que se tiene sobre las cosas y también es mayor la exposición profesional. Entiendo que es algo dificil de apreciar en el día a día, pero a lo largo de los años no hay ninguna duda y como dijo Steve Jobs en el famoso discurso de graduación que dio en Standford, los "puntos se unen".

El hecho de haber formado parte de varios programas educativos internacionales, ¿le ha ayudado a su adaptación a la vida profesional?

Sin duda. La abogacía de los negocios no entiende de fronteras. Es global. Y eso presupone que el perfil de abogado que hoy en día requiere un gran despacho español como en el que trabajo es el de un letrado con una visión internacional, que conoce varios idiomas y acostumbrado a moverse bien en cualquier tipo de entorno.

En Gómez-Acebo & Pombo entendieron esto muy bien cuando Ignacio Gómez-Acebo y Fernando Pombo fundaron el despacho y hoy en día, más de cuarenta años más tarde, sigue valorándose enormemente que los abogados se formen fuera de nuestras fronteras, ya sea antes de incorporarse o durante su estancia en la firma. Para ello existen, por ejemplo, programas específicos como el Foreign Associates, que permite que nuestros abogados se formen durante seis meses o un año en firmas de otras jurisdicciones y del que espero formar parte próximamente.

Hasta hace poco no figuraban universidades españolas entre las 200 mejores del mundo; ahora se encuentran la Universidad de Barcelona, la Universidad Autónoma de Barcelona y la Universidad Autónoma de Madrid. ¿Puede ser esto un hándicap para lograr el reconocimiento profesional en el exterior?

Por un lado, estoy convencido que las universidades españolas están llamadas a subir en el ranking de las mejores universidades del mundo. Se trata más de una cuestión de tiempo y continuidad que de una cuestión de calidad.

Por otro lado, para tener reconocimiento profesional en el exterior lo primero que se necesita es tener presencia y exposición fuera de nuestras fronteras.  En este sentido, la mayoría de las universidades españolas tienen convenios con universidades internacinoales de gran prestigio y los estudiantes tienen más posibilidades de formación e internalización.

¿Cómo ve la situación de la abogacía española?

La abogacía española es una abogacía líder en el mundo y el premio que me han concedido mis colegas en la conferencia anual de la IBA es la muestra clara de que así es. No debe sorprendernos que los abogados españoles fuera de nuestras fronteras seamos percibidos con cierta admiración. Damos la imagen de una abogacía fuerte, con grandes expertos, madura y segura.

Eso no supone que actualmente nos encontremos en un momento de transición para mejorar lo que ya tenemos. Estamos inmersos en un período en el que se habla mucho en tono político, pero entiendo que con un evidente ánimo de mejorar y de hacer de la  abogacía española una abogacía más competitiva y fuerte a escala mundial.

¿Qué le movió a apostar por un despacho de la talla de Gómez-Acebo & Pombo?

Aposté por Gómez-Acebo & Pombo porque me ofrecía excelentes oportunidades de crecimiento profesional. El nivel de calidad que exigen es muy alto y por ello las oportunidades para el desarrollo de cualquier profesional son únicas. Desde el principio en mi firma han sido capaces de ofrecerme una progresión de carrera definida y estimulante. Todos los abogados conocen cuáles son los niveles de contribución, conocimientos y habilidades requeridos en cada fase de la carrera y los socios colaboran en el desarrollo de las capacidades de los abogados, identificando su potencial y haciéndolo evolucionar. Y considero que esto para un profesional con perspectiva de crecimiento es vital.

Además, y creo que es algo que se ha ido repitiendo a lo largo de esta entrevista, consideran que la formación es la pieza clave para completar los perfiles profesionales de los abogados y poder avanzar en la carrera profesional. En Gómez-Acebo & Pombo hay iniciativas y programas formativos que cubren oportunamente las necesidades de los abogados: cursos técnico-jurídicos, formación en habilidades, programas de idiomas, cesión temporal de letrados a empresas clientes (secondment), estancias en despachos internacionales, así como cursos y másteres en escuelas de negocio de primer nivel nacionales e internacionales. No tuve duda alguna.

A un abogado joven como usted, ¿qué le parecen los nuevos requisitos de Máster, prácticas y examen estatal para obtener el título?

Creo que el ejercicio de la abogacía ha de tener unos estándares mínimos que aseguren la calidad, ética, y reputación de los abogados.  Existen diferentes fórmulas para conseguirlo que ya han sido aplicadas en diferentes países y algunas son más aceptadas que otras, pero lo que no cabe ninguna duda es que los abogados somos los primeros interesados en que se aseguren unos estándares mismos profesionales y deontológicos.

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