“Dentro de la Unidad al servicio de promotor de la acción disciplinaria se reciben las quejas que presenta cualquier persona que se relaciona con la Administración de Justicia” “El Promotor de la Acción Disciplinaria se sitúa justo en medio entre del ciudadano y el juez” “Las retribuciones de los integrantes de la Carrera Judicial no son proporcionales al grado de responsabilidad que implica el ejercicio de la función jurisdiccional”
Forjado en responsabilidades públicas, el magistrado Ricardo Conde Díez acaba de tomar posesión de su cargo como promotor de la acción disciplinaria del Consejo General del Poder Judicial. Aparte de recibir las quejas sobre el funcionamiento de los órganos judiciales e instruir expedientes disciplinarios, Ricardo Conde reconoce que también llevará a cabo una cierta labor de comunicación en cuanto al funcionamiento de la Justicia, evitando que se responsabilice a los jueces de cuestiones que le son ajenas o que forman parte del ejercicio de su función jurisdiccional. No en vano, le han aconsejado prudencia y honestidad ya que “el Promotor se sitúa justo en medio entre del ciudadano y el juez, debiendo guardar el equilibrio exacto para que, al tiempo, se garanticen los derechos del primero y se respete, en todo caso y frente a cualquiera, la independencia judicial”.
Usted atesora un rico historial de responsabilidades, como jefe de sección del Servicio de Formación Continua del CGPJ, director general de Relaciones con la Administración de Justicia, presidente del Consejo Médico Forense…, entre otros. Desde esta óptica, ¿qué razonamiento general puede hacer del servicio público de la Justicia?
La Administración de Justicia, como servicio público, funciona mejor de lo que en general se percibe. La calidad de las resoluciones, en su conjunto, está fuera de duda y los tiempos de respuesta de nuestro sistema, si vemos los informes que elaboran distintas instituciones en el ámbito internacional, son iguales o incluso mejores que los que presentan países de nuestro entorno más próximo. Es cierto que existen disfunciones, pero muchas de ellas obedecen a un sistema organizativo anticuado, especialmente desde el punto de vista de la planta y demarcación, que no responde a las necesidades actuales, así como a un retraso en la incorporación de las nuevas tecnologías, que viene de muy atrás. En definitiva, es una Administración que se conoce poco y de la que suele se suele hablar negativamente, sin referencia a sus aspectos positivos, lo que ofrece una visión desenfocada.
¿Cree que la creación de un cargo como el suyo responde a un incremento de comportamientos irregulares en la judicatura?
No, en absoluto. Lo que vino a aportar fueron mayores garantías. La explicación hay que buscarla en la necesidad de que los procedimientos disciplinarios fuesen instruidos por una Unidad dedicada ello, dirigida por una sola persona, para evitar tener que designar a jueces y juezas en activo para asumir puntualmente tal tarea para cada expediente disciplinario, quienes por lo general eran ajenos a las peculiaridades de su tramitación y tenían que compatibilizar esta delicada responsabilidad con el desempeño de sus funciones, sin contar además con un apoyo de personal y de medios materiales específico para ello. Por otra parte, la centralización en una unidad de este tipo de asuntos, no solo permite establecer criterios homogéneos sino que facilita advertir incidencias, deficiencias de medios o conocer las quejas más habituales de los ciudadanos, no siempre motivadas por la actuación de un miembro de la Carrera Judicial.
¿Cómo se refuerzan las garantías a los ciudadanos a través del trabajo del Promotor de la acción disciplinaria?
Dentro de la Unidad al servicio de promotor de la acción disciplinaria se reciben las quejas que presenta cualquier persona que se relaciona con la Administración de Justicia. Se estudian, se analizan y se toma la decisión que se considera adecuada, notificándoselo para que, en caso de desacuerdo, pueda recurrirla. El Promotor se sitúa justo en medio entre del ciudadano y el juez, debiendo guardar el equilibrio exacto para que, al tiempo, se garanticen los derechos del primero y se respete, en todo caso y frente a cualquiera, la independencia judicial.
¿Cree que los trabajadores de los juzgados no miembros de la Carrera notan su trabajo en el órgano de gobierno de los jueces?
El personal al servicio de la Administración de Justicia tiene su propio régimen disciplinario, responsabilidad del Ministerio de Justicia o de la Comunidad Autónoma respectiva si asumió competencias en esta materia. Respecto a su pregunta, creo que la figura del Promotor se conoce, si bien su ámbito de actuación no incide en dicho personal, salvo cuando los miembros de estos Cuerpos presentan quejas o denuncias contra miembros de la judicatura.
¿Cómo están siendo sus primeras experiencias en esta responsabilidad?, sus antecesores en el cargo, ¿le ha dado algún consejo que pueda compartir con nosotros?
De trabajo y estudio, incorporándome a una nueva organización. Asumiendo la enorme responsabilidad a la que tengo que hacer frente. Los jueces que me han precedido me han aconsejado, básicamente, prudencia y honestidad.
De entre las funciones del cargo, ¿cuáles cree que se revelarán de uso más frecuente?
Dar respuesta a todas aquellas quejas motivadas por cuestiones extrañas al quehacer de quienes integran el Poder Judicial. También explicar que la denuncia no es la vía adecuada para discutir el acierto de las decisiones judiciales. Se busca hacer cierta labor de comunicación en cuanto al funcionamiento de la Justicia, ya que en no pocas ocasiones se responsabiliza al juez de cuestiones que le son completamente ajenas o que sencillamente forman parte del ejercicio de su función jurisdiccional.
La Memoria del Consejo General del Poder Judicial presentada en la Apertura de Tribunales de este año muestra una clara mejora de la actividad de los tribunales. ¿Qué cree que se está haciendo ahora, que no se hicieran antes?
Durante muchos años, la litigiosidad creció sin parar. Distintos factores pudieron propiciar este incremento. Aunque es muy difícil asegurar las claves de esta mejora y aun a riesgo de equivocarme, apostaría por un incremento de la planta judicial que tuvo lugar hace casi tres años, la incorporación de nuevos miembros en la Carrera Judicial en los últimos siete u ocho años, a determinadas reformas procesales, así como una incipiente utilización de mecanismos de solución extrajudicial de conflictos. Ello sin olvidar que la mejora en la situación económica hace que, pese a que puede hacer que se incrementen determinados tipos de asuntos, genera que otros, muy numerosos, decrezcan.
En el acto de Apertura el presidente del Tribunal Supremo y del Consejo General del Poder Judicial, Carlos Lesmes, subrayó la importancia de que se atiendan las demandas retributivas y de reparto de carga de trabajo de los miembros de la carrera judicial. ¿Qué opinión tiene sobre estas afirmaciones?
Las retribuciones de los integrantes de la Carrera Judicial no son proporcionales al grado de responsabilidad que implica el ejercicio de la función jurisdiccional. Lo mismo ocurre con el resto del personal al servicio de la Administración de Justicia. Si bien es verdad que quien aspira a ser juez, lo es por vocación, esta merma retributiva va generando desánimo y desmotivación.
En cuanto a la distribución de cargas de trabajo, es habitual ver órganos que tienen que hacer frente a un número excesivo o muy excesivo asuntos, sin que puedan respetar los plazos procesales establecidos, junto con otros que, por razón de la materia de la que conocen, afrontan una muy inferior carga de trabajo. Es necesario establecer mecanismos y criterios que corrijan esta situación, siempre con el objetivo puesto en la mejor y más profesionalizada respuesta judicial a la ciudadanía, a la cual servimos.
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