LegalToday

Por y para profesionales del Derecho

Portal jurídico de Aranzadi, por y para profesionales del Derecho

28/03/2024. 16:49:18

LegalToday

Por y para profesionales del Derecho

Entrevista a Rafael Domingo, ganador del Premio Rafael Martínez Emperador del Consejo General del Poder Judicial

«La globalización es un verdadero reto para el Derecho»

Legal Today

Rafael Domingo nos recibe en Pamplona, con la cordialidad que le caracteriza. Su mesa refleja su trabajo intelectual, abocado desde hace unos años a sentar las bases del Derecho Global. Libros de juristas alemanes, franceses, ingleses, americanos, japoneses, chinos e indios forman parte del mobiliario esencial de su oficina. Antes de responder a nuestras preguntas, nos muestra la edición bilingüe del Código civil japonés, publicado en la Global Law Collection, con la colaboración de Francisco Barberán, coordinador del área de Derecho japonés de la Cátedra Garrigues, y Nobuo Hayashi, catedrático de Kioto e investigador de esta institución. Con mucha ilusión, Rafael Domingo comparte con nosotros los proyectos que tiene en mente.

Rafael Domingo, discípulo y sucesor de Álvaro d’Ors en la Universidad de Navarra, es Presidente de la Fundación Maiestas, Catedrático de la Universidad de Navarra, Director de la Global Law Collection de Thomson Aranzadi y Director de la Cátedra Garrigues de Derecho Global y ha sido recientemente galardonado por el prestigioso premio del Consejo General del Poder Judicial “Rafael Martínez Emperador”.

El premio ¿lo ha tomado por sorpresa?

Sin duda. Aunque soy un convencido de la importancia del Derecho global en la configuración de un nuevo orden mundial, no esperaba un reconocimiento temprano a  mi labor como jurista en un campo que es, para casi todos, terra ignota. El espaldarazo del Consejo es definitivo. Creo, sinceramente, que la edificación paulatina de una serie de principios que han de ser reconocidos por el ordenamiento estatal es tarea de las instituciones democráticas. En este sentido, el apoyo intelectual del Consejo, nos indica que nuestro trabajo va por buen camino. No olvidemos, eso sí, que el Derecho global es distinto del internacional. Supera a la idea de nación, incluso a la de Estado. De la misma manera que el Derecho de gentes de la Antigüedad dio paso al Derecho internacional, propio de la Edad Moderna, éste ha devenido obsoleto y tiene que dejar su lugar a un tercer Derecho, el global, con principios diferentes, vocabulario distinto, basado más en los principios de personalidad y jurisdicción que en los principios de territorialidad y soberanía. En estos momentos, se está produciendo un cambio jurídico de las mismas dimensiones que el que tuvo lugar con las revoluciones francesa y americana, a finales del siglo XVIII.

 

¿Cómo difundir la necesidad de este nuevo Derecho global?
Existen muchas formas. Primero, enseñando a las nuevas generaciones de abogados que el derecho no se limita al estudio acrítico de los textos legales. Segundo, difundiendo la investigación científica de los juristas comprometidos con el Derecho Global. Para ello, hemos creado The Global Law Collection, de la editorial Thomson Aranzadi, que cuenta ya con más de cincuenta títulos. Poco a poco, vamos abriendo líneas de investigación en diferentes áreas como arbitraje internacional, propiedad intelectual, Derecho chino, etc. Personalmente, por mi formación romanística, dirijo el área de fundamentación del Derecho global.

 

¿Es posible la unificación jurídica en el mundo?

Sí, por supuesto, pero tengamos en cuenta una premisa fundamental: unificar no es uniformar, homogeneizar. La riqueza del Derecho no puede ser constreñida, encorsetada por una legislación inspirada en nociones decimonónicas, que cumplieron un papel importante en la historia, pero que han quedado obsoletas. La idea de Estado agoniza. Por ello no ha de pensarse en un Derecho mundial al estilo de las legislaciones estatales, impuesto, no propuesto, sino más bien, en unas instituciones globales amparadas por unos principios jurídicos, aceptados universalmente por pueblos y naciones, que, fundados en los derechos humanos y en los valores democráticos, sirvan como instrumento de unión entre todos los habitantes de la tierra. Este nuevo ius humanitatis será fruto del desarrollo de la sociedad civil y no de la fuerza coactiva de los Estados. Algo parecido a lo que está sucediendo con el arbitraje internacional.

 

¿Desaparecerán entonces los ordenamientos nacionales?

No, como tampoco desaparecerán las restantes lenguas por el hecho de que el inglés se imponga como lengua universal. De la misma manera que el multilinguismo enriquece al profesional del Derecho, el multijurismo (multa iura), aún en ciernes, ha de ser el gran faro que ilumine la retahíla de nuestras abstracciones teóricas y la praxis de nuestras actuaciones jurídicas. La globalización es un verdadero reto para el Derecho, pues ha cambiado radicalmente nuestra realidad social, a la que el derecho sirve. Es preciso crear instituciones globales amparadas por unos principios jurídicos, aceptados universalmente por pueblos y naciones, que, fundados en los derechos humanos y en los valores democráticos, sirvan como instrumento de unión entre todos los habitantes de la tierra. Este ius novum universale será, a mi entender, fruto del fomento de una cultura jurídica global, así como de la formación de buenos juristas en el ámbito de esta nueva ciencia. Un mundo mejor nos espera si, juntos, cruzamos el mar de las incertidumbres posmodernas. Es tarea de todos los ciudadanos conscientes y de los juristas de los cinco continentes, difundir y aplicar los principios de derecho global, buscando, en suma, la unión de los pueblos y el imperio de la ley. El reto, créanme, vale la pena.

 

Valora este contenido.

Puntuación:

Sé el primero en puntuar este contenido.