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18/04/2024. 14:02:19

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Iñigo Navarro Mendizábal, Decano de Derecho de la Universidad Pontificia de Comillas ICADE

“La investigación de calidad no es concebible sin estar a la vanguardia en la transformación digital”

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Iñigo A. Navarro Mendizabal es Decano de la Facultad de Derecho de Comillas ICADE desde 2011 y Profesor Ordinario de Derecho civil. Ha impartido docencia en todas las ramas del Derecho civil en Grado y Derecho del consumo y Derecho de daños en Posgrado. También ha impartido docencia en Universidades extranjeras (Paris X, Cardiff, Nimega, Kozminski, Management Center of Innsbruck) y durante el curso 97/98 fue Visiting Researcher en Harvard Law School. Autor de Derecho de Obligaciones y Contratos (Thomson Reuters Civitas) y de numerosas publicaciones de Derecho ambiental, Derecho de consumidores, Derecho de daños y Derecho de contratos, AJA ha querido conocer su opinión sobre la transformación digital.

Iñigo Navarro Mendizábal

¿De qué manera está la Universidad, como institución, sumergida en la transformación digital?

La Universidad está sumergida íntegramente en la transformación digital en todos sus aspectos. La transformación digital afecta a todo: a la gestión, a la investigación y a la docencia. Por ejemplo, los procesos de gestión propios de la Universidad están digitalizados: matrícula de alumnos, convocatorias y gestión de convocatorias de plazas de profesores, procesos internos, análisis de datos…

La investigación de calidad no es concebible sin estar a la vanguardia en la transformación digital. Esto no es una carga, sino una extraordinaria oportunidad para ganar en eficacia, rendimiento e impacto. La tecnología nos hace caminar a hombros de gigantes cuando investigamos. ¿Alguien se imagina ahora que se puede escribir un artículo científico sin acudir a las bases de datos y aprovechar su inteligencia artificial?

En la formación, la transformación digital también es clave para aprender más y mejor.

¿Qué papel juega la Universidad Pontificia de Colillas ICADE dentro de esta transformación digital?

Comillas ICADE es un elemento dinamizador, que está a la vanguardia y tira del resto en la transformación digital. Por ejemplo, el Grado en Business Analytics que se puede estudiar en ICADE ofrece una respuesta formativa a la transformación que se está experimentando y habilita a los alumnos para que sean lideres de dicha transformación en el futuro.

Otro ejemplo concreto: Comillas ICADE, a través de su Observatorio FinTech Comillas Everis, ha sido esencial para poder desarrollar la primera red Blockchain nacional: Alastria (alastria.io). Desde el principio estuvimos en ese campo y seguimos creando e investigando en todos los frentes de la revolución tecnológica.

¿Qué va a suponer para el alumnado y el profesorado de Derecho el poder acceder a las herramientas que proporciona Thomson Reuters, como las bases de datos y el acceso a todo el Fondo Editorial desde Proview?

El acceso a las herramientas que ofrece Thomson Reuters es una magnífica ayuda para lograr los fines de la formación. Todos los miembros de la comunidad universitaria tienen, a un clic, las poderosas bases de datos que ofrece, la extensa bibliografía… Amplía las posibilidades, son tremendamente cómodas y se gana en facilidad para acceder a la información y procesarla. Todo ello nos hace ganar en eficacia de una forma extraordinaria.

¿Hasta qué punto está preparado el profesor para asumir su nuevo rol y modificar sus pautas de enseñanza?

Los buenos profesores, los buenos maestros, están preparados para usar las tecnologías para los fines de formación del alumno. Sócrates, en el siglo XXI, sería el mismo grandísimo maestro y haría pensar a sus discípulos sobre la tecnología y con la tecnología. La finalidad última no ha cambiado tanto: el crecimiento del alumno. Ahora, para ayudarle a crecer, tenemos herramientas maravillosas, pero la herramienta no es el fin.

Los profesores que vivan plenamente en la transformación digital y sepan utilizarla, serán mejores. Los que no lo hagan, irán perdiendo contacto con la realidad de lo que enseñan y se quedarán obsoletos.

Y hoy, igual que ayer, los profesores que no pongan en el centro la formación del alumno, sino lo que ellos enseñan (no siempre es lo mismo lo que se cree dar y lo que el otro recibe), los que sólo puedan leer cansinamente ideas ajenas escritas en folios amarilleados por el paso del tiempo, serán profesores horrorosos.

El rol del profesor es ayudar a crecer al alumno, colaborar en la formación del alumno, enfrentarle con sus propios retos, transmitirle emoción ante el aprendizaje, inspirarle, ser catalizador de la propia transformación que es la formación universitaria.

Y de lo anterior hay muy buenas noticias para los mejores: ninguna máquina, ningún algoritmo será capaz de sustituir al maestro que nos enseña a pensar. Sí sustituirá a quien reproduce y no es capaz de aportar nada nuevo, pero no a los buenos profesores.

¿La transformación digital convierte al estudiante en usuario?

Un estudiante en la Universidad no es un mero usuario que usa herramientas. Un estudiante adquiere lo más preciado que se puede tener: formación. El estudiante, utilizando lenguaje jurídico, es más un adquiriente que un usuario. Para adquirir su formación usa tecnologías, libros, debates, estudio, pregunta a los profesores, discute con sus colegas… Pero la finalidad no es ser un usuario, sino salir formado de la manera más íntegra y completa que pueda. En el sentido que acabo de utilizar, jamás vería a un estudiante como usuario, sino como a una persona que está creciendo, que se está desarrollando, que está ampliando su ser.

¿Cuáles son los planes a medio plazo de la facultad de Derecho de la Universidad Pontificia de Colillas ICADE?

Nuestros valores fundacionales nos exigen ser útiles, poner a la persona en el centro y buscar denodadamente la Justicia. Para ser útiles seguiremos adaptando nuestros programas de estudios a lo que los estudiantes necesitan para triunfar en la sociedad del futuro. Vamos a seguir avanzando en programas concretos que estén relacionados con la tecnología, al tiempo que todos los programas acogerán elementos tecnológicos. La persona seguirá siendo la pieza clave y profundizaremos en dotar a nuestros estudiantes de las herramientas clave para desarrollarse íntegramente. Y por último la Justicia: seguiremos introduciendo valores éticos en todas nuestras investigaciones y en la formación ICADE. Un alumno de ICADE debe ser un buen profesional y mejor persona.

¿Qué perfil han de tener los abogados del futuro?

Por empezar por algo básico que no debemos olvidar: el abogado tiene que ser técnicamente impecable. Tiene que conocer su oficio y debe tener pasión por los principios y valores que inspiran una profesión tan noble. A un buen abogado se le reconoce por el brillo en los ojos y la emoción que transmite cuando habla de la solución de problemas jurídicos. La técnica y la pasión son fundamentales.

Con técnica, pero sin pasión, será un buen abogado, pero no un abogado excelente. Con pasión, pero sin técnica, será un buen activista, pero no un buen abogado.

Para lograr lo anterior es importante que haya podido cultivar sus soft skills: necesitará inteligencia emocional e inteligencia social.

Además, vivimos en un mundo globalizado, el contexto es siempre global, nunca meramente local. Para poder desenvolverse en el mundo en el que vivimos es necesario ser capaz de ser intercultural y abierto a la diversidad. Un requisito para lo anterior es saber idiomas, fundamentalmente inglés, aunque con eso solo no basta. En el mundo del Derecho saber idiomas debe ir unido a una capacidad de comprensión de otras jurisdicciones.

Y, evidentemente, en plena transformación digital, un abogado tiene que saber utilizar la tecnología para sus fines. Ojo, la tecnología que hay y la que habrá, por lo que debe ser una persona abierta al cambio y dispuesto a usar herramientas que todavía no conocemos. Está más integrado en esta época de transformación quien sueña con anhelo las nuevas posibilidades que la tecnología nos traerá, que quien adopta posiciones casi luditas y rechaza todo cambio desde un conservadurismo que añora el pasado.

Last, but not least: un abogado no es que tenga que tener valores éticos, es que tiene que ser capaz de crear nuevas pautas de comportamiento ético ante situaciones novedosas. Debe tener una estructura de pensamiento que le permita generar los nuevos valores que serán necesarios. Sin esto, no valdrá la pena su ejercicio profesional.

¿Dónde ve a la Universidad dentro de una década, según los pasos vertiginosos que da la transformación digital?

La Universidad debe ser fiel a sus valores más profundos y saber vivirlos en los nuevos contextos que vendrán. Las Universidades que no lo hagan, decaerán. La Universidad tendrá que estar a la vanguardia de la investigación, estudiando las nuevas fronteras y los nuevos territorios que la tecnología nos traerá. Afrontando los nuevos retos y proponiendo soluciones. La docencia estará centrada en el aprendizaje del alumno y los alumnos aprenderán de mil maneras y con multitud de herramientas: con herramientas tecnológicas, con compañeros con los que contrastar, con buenos profesores que les transmitan más allá de los libros y de los videos… Y la Universidad tiene que seguir siendo un lugar de reflexión, un centro de libertad de pensamiento, a dónde acudimos cuando buscamos respuestas. Así las cosas, veo una Universidad fiel a sus valores más profundos, que estará en muchos más sitios que dónde físicamente está y que ayudará a construir las brújulas que los nuevos tiempos exigirán.

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