El economista y abogado Jesús R. Ballesteros constituyó Ruiz Ballesteros Abogados y Asesores Fiscales a principios de 2006. Experto en fiscalidad internacional y con un amplio bagaje en el ámbito formativo, fue galardonado en 2018 con la Cruz Blanca al mérito civil por el Ministerio del Interior del Reino de España (Comisaría General de Policía), concedida por su labor profesional como asesor jurídico-fiscal de empresas multinacionales y la colaboración de éstas con los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado Español. LegalToday ha querido conversar con él y tomarle el pulso a la profesión y a su sector.
Como experto en fiscalidad internacional, ¿cuáles van a ser las consecuencias fiscales de la salida de Reino Unido de la UE?
La Unión Europea va a tener serios problemas en los próximos años, pero no sólo por el Brexit, o la posibilidad de que se produzca, sino por las distintas amenazas de división. Esta división se produce en muchos países, no sólo en España con el problema de Cataluña, sino en Bélgica, Reino Unido, Francia, Alemania, Italia… todos los países tienen sus problemas internos con distintos nacionalismos.
La posible salida del Reino Unido traerá problemas importantes, tanto a nivel de empleados entre empresas como a nivel tributario, especialmente en este aspecto podemos sufrir desaceleración hasta que tengamos una adaptación empresarial correcta, sin embargo es evidente que sería el propio Reino Unido quien saldría peor parado por la instalación de aduanas, que muy probablemente daría lugar a desabastecimiento en algunos sectores primarios.
Hablemos de Compliance tributario. La norma UNE 19602 establece el estándar de los sistemas de gestión de compliance tributario. ¿Están las empresas interiorizando este nuevo modelo de prevención de riesgos fiscales?
Bueno, las empresas que interiorizan sus obligaciones, por norma general, son las de mayor tamaño, cierto es que las microempresas o autónomos no pueden dedicar muchos recursos al cumplimiento de la amalgama de normativa que deben cumplir, pues tienen necesidad de facturar y cobrar, anteponiendo esta necesidad a otras obligaciones que suelen descuidar en mayor medida. Sin embargo, cuando las empresas que ya cubren sus necesidades básicas sí empiezan a preocuparse por el cumplimiento de sus obligaciones, en todos sus extremos.
La verdad que Hacienda ha hecho un ejercicio en los últimos 20 años de formación para hacer ver que la obligación de tributar por los beneficios, el IVA o las retenciones es lo primero, y la mayoría ponen mucha atención a cualquier carta recibida de la Agencia Tributaria.
Dicho esto, con lo que no estamos muy de acuerdo es con tratar de criminalizar al abogado fiscalista o al asesor fiscal, pues se tiende a pensar que es el ideario del cliente, y eso no es cierto de ninguna manera. Nuestra obligación es darle a conocer a nuestros clientes las distintas opciones que puede manejar y qué consecuencias trae consigo, en cuanto a impuestos y estructura mercantil, el optar por una u otra, pero jamás decides por el cliente, el cliente es soberano y en líneas generales cuando tienen empresas con cierto movimiento y facturación tienen muy claro lo que quieren hacer.
Ante el lógico seguimiento y control por parte de la Agencia Tributaria, ¿los paraísos fiscales llegarán a ser cada vez menos paraísos y más fiscales?
Yo tengo una opinión muy clara respecto a los paraísos fiscales, que básicamente divido en dos aspectos:
Por un lado, decir que los paraísos fiscales son, la mayoría, países o territorios soberanos, es decir, ellos (como cualquier Nación) pueden decidir su sistema tributario y manejarlo como mejor les convenga y ellos entiendan. Ningún otro país puede venir a obligarles a tributar de ninguna forma o a intercambiar cierta información, entre otras cosas porque es posible que no dispongan de la información que se pretende intercambiar. No podemos pretender que algunas islas (por ejemplo, República de Nauru), cree un Impuesto sobre Sociedades que no tiene y que además nos intercambie información en tiempo real cuando ni siquiera tienen personal para ello.
Por otro lado, defiendo que se puede reducir la tributación "ortodoxa", es decir, ¿por qué no reducen su tributación el resto de países en lugar de obligarnos a pagar un 25 – 30% del beneficio de nuestras empresas para hacer un supuesto reparto en bienes sociales que realmente nunca se realiza? ¿Por qué debemos pagar un IRPF del 45%? Esto es casi la mitad de lo que gana una persona, esto es una barbaridad, en la Edad Media se pagaba menos. En lugar de igualarnos por abajo pretenden que esos "paraísos fiscales" aumenten sus porcentajes y nos den información (esto de la información estaría bien siempre que fuese recíproco), pero ¿por qué no bajamos nosotros los impuestos? Esos paraísos fiscales viven de recibir la inversión de otros y por ello necesitan mantener bajos impuestos.
Un buen asesor fiscal es una inversión. No lo decimos nosotros, sino su página web corporativa. ¿Son conscientes sus clientes y potenciales de esta afirmación?
Bueno, yo creo que son conscientes sobre todo aquellos que ya han tenido un problema, los que ya han sufrido las consecuencias de la falta de prevención en el asesoramiento fiscal y en la falta de asesoramiento empresarial en general. Algunos sólo se dan cuenta cuando Hacienda les liquida una operación a posteriori y otros se van dando cuenta poco a poco conforme va creciendo su empresa.
Los clientes que nos dan su confianza al final acaban dándose cuenta de que su empresa ya no puede pasar sin un asesoramiento jurídico profesional, especialmente en las materias de Derecho Tributario y Mercantil.
Puede parecer elemental el comentario, pero conviene resaltar que la formación continua es imprescindible para el abogado, el economista, en definitiva, para cualquier profesional. ¿Es así en su despacho?
Absolutamente, en nuestro despacho todos los profesionales realizan cursos de formación cada año, de la especialidad que trabajan y de actualizaciones o novedades en general. Lo importante es que todos son conscientes de la importancia de estar al día, es parte de la política de nuestra empresa, la formación es obligatoria y de hecho, el coste de todos los cursos los abona la empresa, salvo aquellos que son Másters, en cuyo caso la empresa sufraga el 50% de las matrículas.
Hoy en día no concebimos nuestra empresa sin la formación continua y especializada, además seguimos apostando por realizar cursos presenciales antes que los virtuales.
La transformación digital es una realidad. A las puertas del año 2020, ¿de qué manera se ve reflejada en Ruiz Ballesteros Abogados y Asesores Fiscales?
Bueno, de muchas maneras la verdad, a día de hoy Ruiz Ballesteros ha estandarizado todo aquello que no ofrece valor añadido, ha mejorado la conexión con el cliente a través de instalaciones que permiten realizar videoconferencias por ejemplo, o a través de la mejora del área de clientes de nuestra Web, que ofrece una información tremendamente amplia a todos los clientes de empresa y autónomos, pues difícilmente se puede obtener más de un área de clientes, en ella se pueden descargar declaraciones, depositar facturas o revisar las obligaciones fiscales actualizadas al instante.
Para más inri, la transformación digital también nos ha permitido ayudar al medioambiente, poniendo nuestro grano de arena, desde hace ya dos años que no imprimimos papel en nuestras oficinas, todo está escaneado y firmamos los contratos y documentos en una Tablet que conecta las firmas con un notario para que reconozca las rúbricas y puedan utilizarse en procedimientos legales en caso de ser necesario.
¿Qué retos tiene encima de la mesa Ruiz Ballesteros Abogados y Asesores Fiscales para el año próximo?
El próximo año va a ser muy interesante para nosotros, justo el día 11 de noviembre (2019) abrimos nuestras oficinas de Málaga (hasta ahora sólo estamos en Marbella), y acabamos de firmar la compra de una asesoría fiscal más pequeña y otra compra de una cartera de clientes, entre ambas suponen más de un centenar de clientes nuevos, así como la contratación de 3 nuevas personas.
De esta forma el año 2020 será un nuevo reto en el que adaptar estos clientes, su gestión y el personal al que ya tenemos, es decir, realizar una nueva fusión, algo en lo que ya tenemos experiencia porque en 2018 hicimos otra absorción y el resultado ha sido perfecto.
En estos dos años hemos duplicado nuestra cartera de clientes y hemos aumentado la facturación en más de un 70%, estos son números realmente fuera de lo normal, muy por encima del sector desde luego, aunque son fruto de la fusión por absorción que realizamos, debo decir que también hemos experimentado un crecimiento magnífico en la captación de clientes, a día de hoy el 90% de los nuevos clientes se producen por distintas actuaciones, la mayoría provienen de internet, pero en cualquier caso el boca a boca ha reducido su impacto en la creación de cartera.
