"En los temas de derecho penal, el cliente necesita una cara conocida a la que contarle sus problemas"
Tras una dilatada carrera judicial y en el despacho de abogados RHGR-ONTIER, el magistrado del Tribunal Supremo Adolfo Prego ha decidido fundar su propio despacho, con la ayuda de su hijo, también abogado especializado en Derecho Penal. Profesionalidad, dedicación y profundo conocimiento del derecho son algunas de las características que lo definen. Tal y como nos cuentan en esta entrevista, la especialidad de Derecho Penal se basa en una estrecha relación con el cliente que a menudo afecta en el terreno personal, pues es tarea complicada separarse de los dramas a los que se enfrentan cada día.
Habéis apostado por un concepto tradicional de despacho, ¿qué ventaja tiene esta opción frente a la elección de un gran despacho?
Es un método de trabajo diferente. Para trabajos multidisciplinares, con problemas que requieren simultáneamente varias especialidades, funcionan mejor los despachos grandes. Para materias más acotadas, son mejores los despachos pequeños, ya que permite un análisis más pormenorizado, donde el experto se preocupa personalmente de ese asunto.
¿Qué materias vais a abarcar?
Fundamentalmente, penal económico y derecho procesal civil.
¿Qué se necesita para dar el paso de fundar su propio despacho?
Cierto afán de aventura y de probar cosas nuevas. Yo he sido muchas cosas en la vida; y abogado, ya lo fui en una estructura muy grande como es RGHR-ONTIER, pero me apetecía probar cosas nuevas.
¿Con qué ventaja juega por el hecho de haber sido Magistrado en el Tribunal Supremo?
Tiene una ventaja enorme; en primer lugar, en los problemas, al verlos desde la perspectiva judicial, se ignoran cosas que son fundamentales en el ejercicio de la abogacía. Saber cómo piensan los jueces, cómo deliberan, da una ventaja enorme.
¿Qué perfil tiene que tener el abogado que se dedique a Penal Económico?
Ahora mismo hay dos tipos de abogados; Son personas muy identificadas, catedráticos, fiscales, o gente que lleva muchos años ejerciendo la abogacía, gente especialmente prestigiosa. Es como derecho procesal civil, una materia en la que lo que importa es que haya una relación directa con el cliente, y no es preciso que haya grandes equipos. De manera más artesanal.
¿Cómo se lleva la proximidad en el día a día con el cliente?
La proximidad es una exigencia en determinadas ramas del derecho; matrimonial penal…Son dramas, en los que necesitas una cara conocida a los que contarles tus problemas. Y la proximidad exige artesanía, dedicación. En una gran inversión, se discuten intereses, y ahí no es tan importante la proximidad. Un gran equipo sigue siendo grande aunque se intercambien los papeles. En penal, un cambio de persona es un cambio total en la relación.
¿Qué perspectivas de crecimiento tiene el despacho?
Las cosas ahora marchan, la idea es que el despacho siga como está ahora. En función de cómo evolucionen las cosas, nos plantearemos un crecimiento.
¿Hacia dónde evoluciona el modelo de negocio del despacho de abogados?
La evolución viene determinada por la situación; en épocas de vacas flacas y empiezan los conflictos, se trata de salir de grandes problemas personales; impagos, reclamaciones… Cuando las cosas marchan mal, aumentan los litigios.
¿Qué desgaste emocional os supone esta especialización?
Yo vivo esto como vivía los primeros años de juez, que todo me impactaba muchísimo, luego te vas acostumbrando y vas creando un método de trabajo que te permita vivir tu vida y ejercer tu profesión. Pero la abogacía te pone muy en contacto directo con los problemas personales, porque la gente te lo cuenta en estado puro. El drama entra por la puerta, se sienta y te lo cuenta, y a un juez le llega todo más matizado. El trabajo de juez es muy analítico e intelectual pero con cierta lejanía con relación al fondo humano del problema.
¿Tenéis en mente proyectos de internacionalización?
Por ahora no. Es un tema que para los despachos dedicados a grandes negocios y operaciones mercantiles, tiene su sentido. Los despachos pequeños pueden tener convenios puntuales con determinados problemas.
Algunos de los clientes a los que defiende están involucrados en temas bastante mediáticos, ¿Cómo lidia con los medios de comunicación?
Muy bien, estoy acostumbrado como Magistrado del Tribunal Supremo a tratar con medios de comunicación mucho más que ahora. Para mí es un paisaje que es muy familiar y ya no me afecta. Tener ahora asuntos mediáticos es más de lo mismo que he tenido desde hace muchos años.
¿Qué opinión le merecen las últimas reformas del Código Penal?
He estudiado en profundidad esta reforma, y tengo que decir que en España desde hace muchos años se hacen reformas con cierta precipitación y sin el necesario análisis y debate doctrinal. Si la reforma es correcta, funcionará, y sino, vendrán las lamentaciones junto con una nueva reforma de la reforma. Eso acaba siendo un problema muy grave para los ciudadanos. No critico la reforma en sí, sino la precipitación.
