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18/04/2024. 20:42:32

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ENTREVISTA A JOSÉ MARIANO BENÍTEZ DE LUGO, PRESIDENTE HONORARIO ADADE

“Se podría avanzar en el sentido restitutorio en el blanqueo de capitales”

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Tengo unos compañeros en mi despacho que son unos expertos en sus BÚSQUEDAS en las que me encuentran todo lo que quiero a favor de mis tesis y eso se lo tengo que agradecer a Thomson Reuters".

José Mariano Benítez del Lugo Guillén nació en 1941 en Madrid. En 1963 comenzó una trayectoria profesional de dedicación al Derecho en la que destaca su presencia como acusación particular en los principales casos de corrupción. Ha recibido importantes reconocimientos como la Cruz de Honor de San Raimundo de Peñafort en 1987 por méritos a la Justicia y, en abril del año pasado, la Medalla de Honor del Colegio de Abogados de Madrid. Además del trabajo que realiza en su despacho de abogados, es presidente honorario de ADADE (Asociación de Abogados Demócratas por Europa).

José Mariano Benítez de Lugo

Se cumple un año de que recibiera la Medalla de Honor del Colegio de Abogados de Madrid. ¿Qué significó para usted ese reconocimiento?

Durante el acto de entrega de la medalla tuve un breve tiempo de agradecimiento en el que dije que no sabía por qué me la daban. Quizás era por mi amor a la Abogacía en la que ya llevo más de 50 años, quizá era porque pretendía que nada injusto me fuera ajeno, porque era sensible a todos aquellos que tenían hambre y sed de justicia. Además hice una broma diciendo "muchas gracias a mis compañeros de la Junta de Gobierno porque no sois mis amigos y por eso lo agradezco más. Porque la amistad se fragua en la relación y a algunos de vosotros ni os conozco".

Usted ha sido acusación popular en numerosos procesos relacionados con la corrupción política. ¿Por qué se ha involucrado en ellos?

Hay clientes a los que cobro y hay clientes a los que no cobro. Creo que mi función social como abogado, no se debe ceñir solo a los procesos privados, sino también a ayudar a que se haga justicia en procesos en los que no tengo un interés específico. Por ello he estado muy personado y activo en procesos penales singulares. Desde una acusación popular contra Juan Alberto Perote, o en el caso Gürtel, en el que me personé a su comienzo, en el año 2009. He estado también en el caso Madrid Arena. A través de la asociación de la que soy presidente honorario estamos en el caso Púnica y estamos luchando por estar presentes en el caso Rato, en el que se nos puso, arbitrariamente, una fianza desmesurada para poder personarnos. Estoy además en el tema de los afectados por la venta de viviendas a fondos buitre. Como le decía antes,  pretendo que nada injusto me sea ajeno y todos estos casos considero que son injustos y que mi función social, aparte de intentar ganar dinero de mi profesión, es intentar ayudar a la sociedad aportándola mis conocimientos jurídicos.

¿Se ha sentido presionado por participar en esos casos en algún momento?

La verdad es que no me he sentido presionado, no sé si porque sabían que era ajeno a cualquier petición o mensaje en ese sentido. Sí me he sentido presionado de forma indirecta con vacíos de amistades, de familiares, que consideraban que mi postura era demasiado radical. No me he sentido presionado, pero sí a veces aislado.

¿Cree usted que las actuales medidas de prevención de blanqueo de capitales son suficientes?

Creo que el Código Penal está en ese punto actualizado, otra cosa es que la vía resarcitoria de la legislación esté adecuada a los tiempos. Porque no cabe duda que los "ingenieros financieros", que en España hay muchos, en seguida buscan formas de burlar la legislación que  pueda afectar a sus clientes y creo que ahí se podría avanzar, sobre todo en el sentido restitutorio. Cuando se habla con ciudadanos de a pie en los casos mediáticos, siempre me preguntan si se ha devuelto el dinero. En este sentido tenemos un cierto desfase con la realidad desde el punto de vista normativo.

¿Cómo cree que ha evolucionado la Abogacía desde que comenzó a ejercer usted hasta hoy?

La Abogacía artesanal que es la que yo vengo haciendo sigue igual. Hay otra faceta de la Abogacía que me resulta muy ajena y es la de los grandes despachos. Tengo un amigo que quiso meterme en un despacho muy conocido de Madrid, de esos que apretaban el reloj cuando hablaban con un cliente. Y yo le dije que a mí me iba más la Abogacía artesanal, el contacto con el cliente, olvidándome del tiempo que se le dedica. Nunca he sido partidario de calcular mis honorarios en función de tiempos dedicados. Por eso mis colaboradores a veces me dicen que estoy desfasado. Realmente me siento abrumado en cuestiones como Lexnet, sigo leyendo los periódicos en papel. Tengo unos colaboradores en mi despacho que son unos expertos en los criterios judiciales que me encuentran  a favor de mis tesis y eso se lo tengo que agradecer en gran medida a Aranzadi, perdón, hoy Thomson Reuters,( a cuyo repertorio de Jurisprudencia  ya estuvo mi padre suscrito desde los años 20 del siglo pasado),  porque siempre me encuentran sentencias que me ayudan a apoyar mis argumentos jurídicos en los procesos que sigo.

Su trayectoria ha estado siempre muy ligada a los Derechos Humanos y a la libertad de expresión. ¿Qué asignaturas pendientes cree que nos quedan en España tanto jurídica como socialmente en estas materias?

En España tenemos un problema con algunos jueces que se consideran sagrados y sacralizados y que tratan a los abogados de forma displicente o cortante. Me manejo mucho en la vía contencioso administrativa y en la vía penal y considero que hay algunos jueces no están a la altura de lo que los tiempos exigirían en cuanto el reconocimiento de la colaboración que suponemos los abogados para la Administración de Justicia. También creo que nuestra legislación siempre está en proceso de mejorabilidad, pues existen textos un poco fosilizados. Cuesta trabajo acomodarse a los tiempos sociales existentes y faltaría un poco de dinamismo en este sentido. Hay una teoría que no comparto y es que las leyes no se deben acomodar a los telediarios y no la comparto porque precisamente los telediarios reflejan la realidad social y las leyes deben acomodarse a la realidad social. Comprendo que es una posición minoritaria pero creo que eso es así, las leyes no es que deban acomodarse a los telediarios pero sí a lo que sucede en la vida social.

¿Para usted quién es el referente jurídico por excelencia?

Yo siempre me acuerdo de una frase de Rudolf Ihering en su libro La lucha por el Derecho que decía que hay que luchar por los derechos de uno y que tambien siempre se debe luchar por los derechos de los demás. Otra guía sería Kant cuando dice "actúa de tal forma que tu conducta pueda ser una ley universal". En cuanto a mi formación jurídica propia, en el acto en el que me concedieron la Medalla de Honor dije que no soy maestro de nadie ni discípulo de ninguno. Me vanaglorio de no tener maestros sino que mis criterios de referencia son las sentencias que ustedes publican en Thomson Reuters.

¿Cómo le gustaría ser recordado en el mundo de la Abogacía?

Cuando me dieron la Medalla de Honor dije que creía que había cumplido con mi deber y con mi función social como abogado. Que tenía que devolver a la sociedad y así lo estoy intentando, los conocimientos jurídicos que adquirí en la facultad y a lo largo de mi trayectoria profesional. Por tanto me gustaría que se me recordara como, José Mariano Benítez de Lugo Guillén, quien cumplió su deber como abogado.

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