El preámbulo de nuestra Constitución, reza: “La Nación española, deseando establecer la justicia, la libertad y la seguridad y promover el bien de cuantos la integran, en uso de su soberanía, proclama su voluntad (…)”.
Sabemos que nuestro texto constitucional, supuso una bocanada de aire fresco y democrático, en un escenario de transición en el que, el legislador debía atender a las necesidades de una España dividida, de ideales dispares. Sin duda no fue fácil esa labor, y lejos de quitarle mérito, son muchas las voces que se alzan, reclamando cambios en la Constitución.
El escritor Wayne W. Dyer dijo una vez "El progreso y el desarrollo son imposibles si uno sigue haciendo las cosas tal como siempre las ha hecho", y quizás sea ya el momento de cambiar nuestra forma de "hacer las cosas", para poder continuar recorriendo el largo camino, llamado progreso. Sin embargo, nos preguntamos, ¿qué se debería cambiar de nuestra Constitución? Ante esa difícil pregunta, nos dirigimos a los jóvenes del siglo XXI, para conocer su opinión. Al fin y al cabo, la juventud es el futuro, y en sus manos está el poder de escribir en las líneas del futuro.
Lo que más escuchamos, al sacar el tema en un grupo de jóvenes, en mi caso, entre estudiantes de Derecho en su mayoría, son gritos de "¡República!". Por lo que no puede faltar en nuestra lista de puntos más críticos. Si nos centramos en el aspecto jurídico, lo que muchos piden es que se revise el artículo 1.3 CE: "La forma política del Estado español es la Monarquía parlamentaria.". Si bien una gran parte de la población española no se muestra interesada en modificar este precepto, entre los jóvenes no es extraño escuchar peticiones de Referéndum, independientemente de su ideología. Sin embargo, una modificación de tal envergadura, solo podría hacerse mediante un procedimiento extraordinario de revisión del texto constitucional.
El legislador constitucional, establece dos formas para la revisión de la constitución, una de ellas tan rígida, que muchos consideran que su intención era evitar la posibilidad de dicha revisión. Fuera cual fuera su intención, otro punto clave de la CE que muchos jóvenes desean cambiar, es la mentada rigidez para su revisión, algo que consideran intolerable en nuestros tiempos, algo fuera de lugar en el siglo XXI. En palabras de una estudiante a la que he consultado, respecto a porque es necesario modificar el procedimiento de reforma constitucional: "Porque vinculamos a generaciones futuras a una constitución arcaica y desfasada. Y una Constitución debería ser el reflejo de la sociedad actual, no el reflejo de una generación post-dictadura". Nos referimos en este caso, a lo que la CE establece en su título X, concretamente en el artículo 168.
Muchos jóvenes se muestran también a favor de pasar del "Estado aconfesional" actual a un Estado laico puro. El artículo 16 CE apunta que "ninguna confesión tendrá carácter estatal" y causa cierta polémica al establecer: "Los poderes públicos tendrán en cuenta las creencias religiosas de la sociedad española y mantendrán las consiguientes relaciones de cooperación con la Iglesia Católica y las demás confesiones". Es esa cooperación con la Iglesia Católica y las demás confesiones respecto a la que algunos jóvenes se muestran en contra.
Sin embargo, son muchas las personas que se muestran reacias a modificar el texto constitucional. Algunos incluso ven la necesidad de una revisión constitucional, pero la califican de "delirios de grandeza" o de "misión imposible". Sin embargo, es de suma importancia dar voz a la juventud, que pide cambios, mejoras. Es necesaria para cualquier Estado, la modernización de sus leyes, su adaptación a las circunstancias cambiantes de la vida. El Derecho no es una ciencia estática, sino una ciencia viva. Es una herramienta con la que construir el futuro para las generaciones venideras. Como diría Ortega y Gasset: "Sólo cabe progresar cuando se piensa en grande, sólo es posible avanzar cuando se mira lejos"
