La mediación como contexto

El creador de la Escuela de Mediación de Harvard, Robert Fisher, describe la dinámica de acción – reacción que caracteriza la escalada de los conflictos, y propone a las partes actuar en el conflicto a través de la identificación de un objetivo, no de la reacción, y un primer buen objetivo suele ser identificar el, o los, procedimientos idóneos para gestionar adecuadamente cada conflicto, en función de su tipología. 

Existen muchos procedimientos para gestionar los conflictos. La mediación es uno de ellos, concretamente es uno de los denominados ADR (los procesos alternativos para la resolución de conflictos) y ampliamente reconocidos por las legislaciones nacionales e internacionales. Pero antes que proceso, la mediación es un contexto. Un contexto no adversarial.

Si tomamos la acepción de contexto del diccionario de la RAE, como "el entorno físico o de situación, político, histórico, cultural o de cualquier otra índole en el que se considere un hecho", la mediación constituye un entorno desde el que considerar el conflicto, un ecosistema favorecedor del diálogo entre las partes y en consecuencia, facilitador de una gestión adecuada y no confrontativa de muchos de los conflictos. Evidentemente no de todos.

Para el mediador Ignacio Bolaños, dar una oportunidad para el acuerdo exige la creación de lo que denomina un "espacio psicológico cooperativo" que facilite la gestión de los conflictos.  Este espacio cooperativo lo ofrece la mediación, y más concretamente a lo largo del proceso lo van construyendo los profesionales de la mediación con dos ejes: la cooperación y la voluntad de resolver amistosamente. En la mayoría de los casos, estos elementos no suelen estar presentes en el discurso inicial de las partes. Es tarea de la mediación ayudar a construirlos a pesar del usual escepticismo inicial.

Algunas estrategias en la construcción inicial de ese contexto, descritos por Ignacio Bolaños, en el ámbito de la mediación, concretamente de la mediación familiar, son los siguientes:

• La evitación inicial del conflicto, a través de la evitación de la interacción de disputa y favoreciendo que las partes puedan identificar los conflictos "sin profundizar hasta que el terreno no esté preparado"
• Dar información y esperar, a través de identificar el contexto, el proceso, sus etapas y el camino que puede recorrerse, normalizando los sentimientos y el "factor tiempo" tan imprescindible en la gestión de conflictos.
• Connotación positiva, tratando de reconocer algunos de los aspectos positivos, especialmente "elementos comunes", y añadiríamos también intereses comunes.
• Reencuandre, consistente en "cambiar el propio marco conceptual, en el cual se experimenta una situación, y situarla dentro de otra estructura que aborde los hechos correspondientes a la misma situación o incluso mejor, cambiando así por completo el sentido de la misma." (Watzlawick). Este movimiento irá reconstruyendo el lenguaje, la dinámica, los contenidos, contexto y relación, entre otros aspectos.