Con el objetivo de mejorar la privacidad en Internet, la Unión Europea se ha puesto mano a la obra y ahora obliga a aquellas webs que usan cookies, es decir, programas que guardan información sobre el usuario, a informar al navegante y que éste dé su consentimiento.
Las cookies, que tienen un serio problema de privacidad, no son tan malas como nos la pintan. Cierto es que si te hartas de galletas, lo más seguro es que te pongas malo, pero no siempre tienen como resultado ese efecto, depende de las galletas en cuestión, pues las cookies nacieron con la idea de facilitar la navegación a través de la red. En esto, como en todo en la vida, depende del uso que se le dé, ya que las cookies ofrecen información muy valiosa de los hábitos de navegación de los internautas, que vale su peso en oro para las agencias de publicidad.
Como es lógico, los que viven de la publicidad ven en esta regulación un paso atrás en el e-comercio y en el marketing digital, si bien la sangre no llegará al río, pues lo único que se hace es informar al consumidor-internauta-navegante- usuario, es decir, todos nosotros, que nuestra conducta en la navegación de dicha web será tenida en cuenta a efectos de prospección comercial. No es para tanto. Habrá quienes no les importe y den su consentimiento, y habrá quienes no.
Esta regulación afecta sobre todo a los buscadores, como Google. Cuando hablábamos del futuro de la publicidad on line en un anterior post, hacíamos hincapié en que ésta pasaba por las redes sociales, como Facebook, verdaderas conocedoras de los gustos de sus usuarios, y no por los buscadores, que encima ahora se encuentran con estos obstáculos. Hay quienes no piensan así, como Enrique Dans (véase su post), para sorpresa de quien escribe, pues lo tiene como auténtico gurú de Internet.
Hay una web muy interesante, www.youronlinechoices.eu, que es una guía sobre publicidad basada en el comportamiento. Te ayuda, entre otras cosas, a gestionar la privacidad de tu navegador, y esas ahora famosas cookies. Vamos, que la nueva regulación viene a marcarnos el camino de lo que antes podíamos hacer por nuestra cuenta. Nunca está de más. La publicidad tiene que reinventarse, en eso coincido con Dans, aunque cualquier publicista nos podrá decir que la publicidad está en continua evolución y siempre reiventándose.
