Como ya dije tal día como hoy hace un año, si alguien está buscando el parecido o vinculación entre el Santo y el Derecho Fundamental, que no lo haga porque no lo va a encontrar. Llevamos ya tiempo en el que estamos asistiendo a emparentar el santoral con los múltiples "Día de…", que en muchos casos se da la circunstancias que se celebran varios días en uno.
Pues resulta que el día de Santo Tomás de Aquino, 28 de enero, el cual los que fuimos universitarios echaremos en falta, se celebra el Día Europeo de la Protección de Datos. Y ya va por la cuarta edición. Dicho Día está promovido por el Consejo Europeo y la Comisión Europea para intentar difundir el conocimiento entre los ciudadanos de sus derechos, en concreto a la vida privada y a la propia imagen. Se celebra en tal fecha por ser el aniversario de la firma del Convenio 108 del Consejo de Europa.
El citado Convenio, que se suscribió el 28 de enero de 1981, tiene como objetivo garantizar en el territorio de cada Estado parte a cualquier persona física el derecho a la vida privada con respecto al tratamiento automatizado de los datos de carácter personal.
El año pasado, la Agencia Española de Protección de Datos (AEPD) lo celebró con una campaña dirigida a los menores. Este año la Agencia se ha fijado en los usuarios de Internet. Parece mentira que, a pesar de haber llovido mucho desde aquel año 1981, en cuanto a educación en materia sobre protección de datos estamos muy atrasados. Nuestra Ley Orgánica tiene escasos 10 años, pero en este tema, como en otros muchos, por no decir todos, parece que al final aprendemos a base de palos que se traducen en sanciones pecuniarias.
Al hilo del post de ayer, a muchos de nuestros clientes le comentamos que la imagen es un dato que se debe proteger, y se quedan asombrados pues creen que solo se incluyen en la definición de tal palabra lo que es el nombre y poco más. Si la Agencia pudiera -porque querer nos consta que quiere-, tendría tantos expedientes sancionadores como para que, con su ejecución, abastecerse de tantas provisiones como para evitar la subida en julio del IVA.
Como anécdota volveré a contar, como ya hice, pues la historia se repite, que a lo largo del último año, varias compañías de telefonía móvil me han llamado para ofertarme sus diversos productos. A todas les pedí amablemente que evitaran en el futuro volver a llamarme. Sin embargo, parece ser que el botón de cancelar datos o no le pulsan o, simplemente, no lo tienen, y las llamadas, hoy día, siguen. Y a cualquier hora, incluso en la siesta. El problema sigue sin estar resuelto.
