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19/03/2024. 11:16:20

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3 claves para la empresa en el proceso de internacionalización

abogado de Economía Digital de ECIJA

Como regla general, nadie nace grande. Tanto empresas como personas, comienzan su andadura en este mundo siendo pequeños peces en un océano repleto de tiburones, ballenas y medusas, en el que hay que protegerse muy bien para poder desarrollarse y crecer hasta poderse enfrentar a estos grandes jugadores del mercado. Uno de los principales activos que están a disposición del sujeto que quiere crecer son los activos intangibles.

Concepto de negocio global

Dentro de esta compleja amalgama podemos encontrar figuras como los derechos de autor, marcas, diseños industriales o patentes, entre otros, que acaban configurando la cartera de intangibles de una empresa y conforman, especialmente en el caso de las empresas tecnológicas, que dependen mucho más del valor de sus creaciones y sus marcas, que de los inmuebles en los que realizan su labor.

La principal característica de estos activos intangibles es que su protección, en la mayoría de los casos, se concede de forma territorial, quedando por tanto limitada al país o conjunto de países en los que se efectúa el registro del elemento que nos interese proteger.

En consecuencia de todo lo anterior, es común en las empresas que comienzan su proceso de internacionalización, descuidar estos elementos en un primer momento y encontrarse posteriormente con ciertos problemas a la hora de proteger sus activos más preciados. A continuación, examinamos tres puntos vitales en la estrategia de toda empresa que busca extenderse a un nuevo territorio.

1.      Registro de la marca. La marca es uno de los principales activos de una empresa, que puede alcanzar un valor increíble y que, además de las oficinas de propiedad industrial, también hay un gran número de profesionales que recomiendan su registro y protección, como pueden ser abogados, publicistas, economistas, o contables, entre otros. Sirva como ejemplo la marca "Microsoft"  cuyo valor, según la revista Forbes, se encuentra en torno a los 43 mil millones de dólares.

A la vista de los datos anteriores, sorprende que las grandes empresas aún tengan problemas con sus estrategias internacionales de marcas. Ejemplos varios podemos encontrar tanto con marcas deportivas (el famoso conflicto de Nike y Niké), como tecnológicas (en Alemania, Google tuvo que operar su servicio de correo con la dirección @googlemail.de, pues gmail ya estaba registrada), de restauración (la cadena estadounidense Dunkin Donuts se ha visto obligada a operar en España como Dunkin Coffee) y otras muchas alrededor del mundo.

Por tanto, una empresa no puede confiarse en la protección de sus marcas en países diferentes a los que opera en el momento y se debe hacer una planificación a largo plazo, que permita una homogeneidad alrededor del mundo para los clientes de una marca y un reconocimiento instantáneo (dejando de lado el tema de logos, formas o caligrafías determinadas) de la misma.

2.      Registro de las patentes. Este punto es de vital importancia, pues, dada la naturaleza de esta figura, sus características son muy diferentes a las del resto de activos intangibles. Mientras que una marca puede ser renovada de forma indefinida cada vez que finalice su período de protección, una patente, por norma general, tiene su duración delimitada a 20 años y ligada al territorio en el que se solicita la patente, disponiéndose de un período de un año para extenderla a otros países a través del Protocolo de Washington (también conocido como PCT).

En el apartado de la protección de las patentes, no tenemos más que mirar a los recientes casos de Apple v Samsung, que han derivado en indemnizaciones de 930 y 120 millones de dólares o los problemas que está teniendo la marca Xiaomi para extenderse a la India, para ver que una estrategia de prevención en este apartado, puede facilitar la extensión de nuestros productos a otros mercados, ya sea patentando el producto o el procedimiento en el país de destino (siendo muy importante analizar la legislación del país en materia de novedad) o evitando aquellos países en los que la comercialización del producto pueda suponer problemas legales para la empresa.

3.      Protección de los derechos de autor. A pesar de que existe una cierta armonización internacional en la materia, ésta no es ni mucho menos perfecta y deja muchos puntos a la libre determinación de los países, estableciendo simplemente mínimos y/o máximos que deban respetar. Además, son tantos los aspectos de los derechos de autor que pueden afectar a un negocio, que es necesario realizar una búsqueda exhaustiva de los territorios en los que se pretende extender las operaciones de la empresa, antes de realizar ninguna actividad que pueda suponer un coste innecesario.

El ejemplo paradigmático de caso en el que los derechos de autor han dificultado la expansión de un negocio los podemos encontrar en el gigante estadounidense Netflix, que, según los rumores, optó por no establecerse en España debido a las condiciones a las que quedaría sometido por las entidades de gestión.

A la luz de todo lo expuesto hasta ahora, podemos comprobar que las empresas que buscan extenderse al exterior han de ser conscientes de bastante más que las regulaciones fiscales y societarias, por lo que contar con expertos en el ámbito de los intangibles a nivel internacional, siempre es un movimiento inteligente que ayuda a minimizar riesgos innecesarios.

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