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19/04/2024. 22:47:17

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El Escrache Virtual

asociado de Information Technology de ECIJA

Comenzaré por desgranar el significado de la palabra “escrache” de acuerdo con la definición de la RAE: “coloquialismo argentino y uruguayo que significa romper, destruir, aplastar o fotografiar a una persona”. Por tanto, la idea que sustenta el escrache es señalar y/o apuntar a algo o a alguien. Se trata de un medio empleado por un grupo determinado para alcanzar un fin.

Mano apuntando pantallas virtuales

¿Pero pueden considerarse estos escraches tolerables desde el punto de vista democrático?

No cabe duda que las libertades de expresión e información, son derechos fundamentales recogidos así en el artículo 20 de la Constitución Española. Cualquier medida restrictiva a este derecho que pudiera afectar a su contenido esencial de su legítimo ejercicio, estaría prohibido expresamente, como indica el artículo 53.1 de la propia Constitución Española.

Los escraches son conductas no convencionales, actuaciones o mecanismos, que no están dentro de unos canales establecidos. Eso no quiere decir que sean ilegales, siempre y cuando esas conductas no estén ejerciendo una coacción directa que deslegitimaría su causa.

Entre estos hechos estarían por ejemplo las sentadas pacíficas en la vía pública, el boicot a un determinado artículo, la contribución virtual a través de los propios escraches, etc. No existe ningún artículo del Código Penal que sancione esta conducta como delito, ni como falta.

Internet no es un lugar en el que "todo vale". Las redes sociales no son más que agrupaciones de personas reunidas en base a intereses comunes en un espacio físico o virtual, que han dado lugar a la ejecución de determinadas acciones como los llamados "Escraches Virtuales". Son estas personas quienes las utilizan para diferentes fines, positivos o negativos.

Así, esta nueva modalidad de herramienta tecnológica parece ser un nuevo canal de expresión de una sociedad que se siente imposibilitada.

Lo que se pretende con este tipo de escraches es evidenciar una determinada marca, grupo o personas, dejando al descubierto una de sus conductas, desnudándolas y exponiéndolas públicamente.

En la actualidad, las personas tenemos la posibilidad instantánea de hacer saber lo poco meritorio y reprobable que resultan unas determinadas acciones. ¿Son las Redes Sociales los únicos lugares de interacción con los medios para posibilitar un escrache virtual?

La red ofrece multitud de medios, como la posibilidad de comentar directamente los artículos colgados en blogs o webs, manifestando así la opinión sobre lo escrito y sirviendo en muchos casos como señal eficaz para corroborar el realismo o no de la información.

También los correos electrónicos pueden llegar a formar parte de alguna actividad de propagación. Si bien no poseen el grado de impacto que Facebook o Twitter.

Miles de citas diarias muestran sucesos de personas que se ven dañadas por comentarios en redes sociales, foros o blogs, existiendo incluso casos donde se crean diferentes grupos o perfiles falsos con el exclusivo propósito de perjudicar, marginar o injuriar a una marca o persona determinada.

Debe señalarse que todo usuario al registrase o incluso con solo navegar en el sitio web, está aceptando las términos y condiciones establecidos por esta página o servicio. Estas condiciones legales, que rara vez son leídas por el usuario, se regulan de manera parcial como contrato de adhesión, las políticas de privacidad o la propiedad intelectual de los contenidos.

Por ejemplo en el caso de Twitter, se encuentra prohibida la realización de actos ilícitos, engañosos o discriminatorios, existiendo en cada perfil o contenido la posibilidad de ser denunciado, por incumplimiento de algún motivo inadecuado de sus condiciones de uso.

Los escraches reconocen que hay determinados límites que no se deberían sobrepasar, como el acoso o las amenazas. La legitimidad de los fines que se pretenden alcanzar con esta conducta, nunca puede justificar el comportamiento de quien quiere imponer su voluntad por la amenaza o el terror.

Hay que tener la clarividencia y el arrojo de pensar que no es así como debemos defender nuestra causa y nuestros derechos si ansiamos mantener una coexistencia cívica en libertad. El escrache virtual es un acto degradante y fastidioso para el que lo padece.

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