El reciente Tercer Estudio sobre Hábitos en Redes Sociales, elaborado en 2011 por Elogia e IAB, con el patrocinio de BBVA, concluye que la penetración de las Redes Sociales alcanza a un 75% de los internautas españoles y un 40% se conecta a ellas a través del móvil.
En efecto, los medios y redes sociales permiten a los usuarios acceder y actualizar sus datos gracias a otras aplicaciones. Los usuarios pueden, por ejemplo, leer y enviar mensajes a la red desde su teléfono móvil; sincronizar los datos de su perfil del SRS con su agenda de un ordenador de sobremesa; actualizar automáticamente su situación o localización en el SRS utilizando otro sitio web; o establecer un nivel de detalle que permita al usuario elegir un nivel de acceso destinado a terceros y que se limite únicamente a la realización de una tarea determinada.
En virtud de lo anterior, no cabe duda de que la responsabilidad de las empresas derivada del uso por sus empleados de los medios y redes sociales,se puede producir tanto dentro del horario laboral como fuera del mismo a través de cualquier dispositivo móvil y no solo a través de los medios informáticos facilitados por la propia empresa.
Otro reciente estudio en la materia llevado a cabo por Millward Brown entre el 24 de febrero y el 14 de Marzo 2012 y patrocinado por Google, apunta a que el 74% de los empleados encuestados en España se declaran usuarios de las redes sociales como Facebook, Google+, LinkedIn o Twitter frente al 65% de los ingleses, el 61% de los franceses o el 53% de los alemanes. Todos los encuestados son trabajadores a tiempo completo, no manual o en puestos de dirección y, con acceso a redes sociales desde su puesto de trabajo por motivos profesionales. Representan a un colectivo que trabaja en empresas de al menos 50 empleados (trabajando desde un único lugar) o empresas de 25 trabajadores (si la empresa tenía varias oficinas).
El impacto, por tanto, que el uso de los medios y redes sociales por parte de los empleados de una compañía española tiene sobre la estructura empresarial debe ser tomado en consideración por las empresas, en relación, principalmente, con las siguientes cuestiones: (i) pérdida de productividad; (ii) riesgo reputacional; y (iii) brechas de seguridad.
Por cuanto se refiere a una eventual pérdida de productividad de las empresas por el uso por parte de sus empleados de los medios y redes sociales dentro del horario laboral, si bien un estudio reciente calcula que la participación en redes sociales cuesta a las empresas del Reino Unido unos 1.380 millones de libras cada año en pérdida de productividad, no queda clara la gravedad o la extensión real del problema. Un estudio de Manpower Professional realizado a casi 34.400 empresas de todo el mundo descubrió que sólo el 20% de las empresas encuestadas cuenta con una política formal sobre el uso de redes sociales, y de ellas, el 63% afirma que su política es eficaz para evitar la pérdida de productividad.
En relación con lo que se ha dado en llamar el "riesgo reputacional", nos encontramos ante la tesitura de que los empleados de una empresa puedan emplear los medios y redes sociales no sólo para fines estrictamente personales, sino que en dicha utilización puedan implicar la reputación y prestigio de la empresa para la que desarrollan su labor profesional a través de la comisión de ilícitos o de la publicación de información confidencial a la que hayan tenido acceso con motivo de su trabajo.
En este sentido, nos encontramos con una tercera consecuencia de este uso de los medios y redes sociales por parte de los empleados, que no es otra que las posibles brechas de seguridad que se puedan originar por la utilización de dichos canales, ya sea por filtración de información confidencial por parte de los empleados, o por el riesgo de intromisiones externas en las redes informáticas de la empresa.
Un software de seguridad de red puede sin duda ayudar a atenuar estos riesgos al bloquear el acceso a determinados sitios. Pero, de nuevo, una gran parte del riesgo reside en el comportamiento impredecible de los empleados Resulta imprescindible, por tanto, para las empresas dotar a su estructura de una política corporativa de uso de los medios y redes sociales de cara a excluir o, cuando menos, a atenuar la responsabilidad de la compañía por la utilización de tales medios por parte de sus empleados.
