El pasado mes de marzo se celebró en chicago la 30 edición del ABA Techshow, que podría considerarse como el más importante de los eventos de presentación de propuestas y novedades tecnológicas para abogados. Entre los principales patrocinadores se encontraba Thomson Reuters que, además de tener protagonismo en las secciones de práctica y del futuro de la tecnología, presentó la keynote de Westlaw.
En la cita hubo 80 sesiones y 100 empresas en la sala de exhibiciones presentando sus novedades tecnológicas destinadas al mercado legal americano. Un evento que desde las crónicas publicadas en Attorneyatwork entusiasmó, un año más, a los abogados allí presentes. Dicho desde aquí, con cierta envidia, ya que se percibe una forma de entender la Abogacía orientada a la adaptación de las oportunidades tecnológicas que las empresas que complementan al sector legal son capaces de presentar para mejorar su productividad y propiciar el liderazgo de las firmas más transgresoras.
Las conferencias abordaban las más variadas materias, desde soluciones de productividad y aprovechamiento de hojas excell, medidas de ciberseguridad, auditorias de aprovechamiento de la tecnología comprada, seguridad de llamadas telefónicas o de información en la nube, la privacidad de la información del despacho y las herramientas de gestión de contraseñas, la protección de la privacidad del cliente, el envío de mensajes cifrados, herramientas de seguridad de voz y de chat, el aprendizaje de uso de herramientas que permitan la presentación de pruebas basadas en la geolocalización y el uso de medios sociales,…
Además, hubo sesiones con un enfoque de futuro, patrocinadas por Thomson Reuters, sobre contratación a través de robots, automatización de experiencias y flujos de trabajo y enfoques transgresores de empresas innovadoras como Uber o un fabricante de pañales que a partir de un microchip implantado en un pañal logró obtener información sobre la nutrición infantil.
Estas últimas aportaciones llevan a reflexiones como la falta de explotación de la información almacenada en los ordenadores de los despachos de abogados, con la que se podrían proporcionar más conocimientos en la comercialización y en los sectores en los que participan los clientes.
Uno de los temas objeto de debate fue la vulnerabilidad de los Mac, existe una falsa sensación de seguridad, pero los virus están en todas partes. Otra de las conclusiones que se transmitió es que la nube es más segura que las propias infraestructuras del despacho. El mayor robo de datos no es de alta tecnología sino físico, quedando en evidencia que la seguridad de un servidor de un despacho no es la misma que la existente en un centro de datos de las grandes compañías que ofrecen servicios en la nube.
A toda esta información que he transmitido telegráficamente hay que añadir las novedades que las 100 empresas expositoras presentaban en sus stands. Desde gestores de agendas de abogados abiertos a los clientes, herramientas de mensajes de texto con autentificación, de facilitación de pagos, servicios legales de tarifa plana, hasta los servicios de información y documentación del sector editorial.
Seguro que hay más comentarios y lugares donde profundizar la fantástica experiencia que tiene que ser conocer de primera mano un evento de semejante características. Tal vez, sea la hora de plantearnos en España convocar una reunión similar; son muchas las propuestas tecnológicas que ofrecen los diversos operadores y enriquecedor el conocimiento y la experiencia que compañeros especialistas en nuevas tecnologías pueden ofrecer.
Cada vez son más los despachos que se presentan como innovadores en sus servicios, en su relación con los clientes, en el aprovechamiento de sus recursos internos y, cada vez, son más las empresas y sartups vinculadas al sector legal que pretenden impulsar nuevas soluciones que ayuden, en suma, a ofrecer un servicio legal de alta calidad a la sociedad. Este es el momento.
