Siempre se dice que el cliente tiene la razón. Aunque seguramente más de un abogado sentirá que dentro de su profesión, ese dicho tiene muy poco que hacer, porque el desconocimiento general de las leyes y del funcionamiento de sus procesos impide que se pueda decir que sí a quién se representa sin más. Y precisamente por esto, porque el principal papel del abogado, al menos en un primer momento, es el de informar, explicar y defender en base a todo ello los intereses de su cliente, la percepción que los mismos tienen de ti influye de una manera importante en tu negocio.
A¿Te has preguntado cómo te ven tus clientes actuales y cómo influye eso en los futuros?
Además de ese cimiento de base, hay que tener en cuenta que el mundo jurídico no se ha quedado fuera de esa apuesta absurda por utilizar términos que los potenciales usuarios no acaban de comprender. Vocablos en inglés, complejos juegos de palabras, y otras variedades que no hacen sino complicarle la vida al potencial cliente y complicártela a ti, al hacer esa tarea de mejorar tu cartera de clientes como abogado un asunto si cabe mucho más difícil.
¿Y cómo se puede salir airoso de todo ese embrollo en el que para bien o para mal se ha metido casi cualquier consultor jurídico? Pues analizando la situación. Empieza por intentar conocer qué opinan tus actuales clientes de ti, cómo te perciben. ¿Crees que eres un especialista en determinada materia? ¿Te recomendarían a familiares y amigos? ¿Por qué lo harían? ¿Qué cualidades destacarían ellos de tu perfil sobre otros? Este es solo un ejemplo de cuestiones que pueden ayudarte a conocer tu punto de partida.
Pero ahí no acaba la cosa. No solamente es importante saber dónde estás, sino hacia dónde quieres ir. Y si tus actuales clientes tienen una percepción determinada sobre ti, ¿es esta la que quieres potenciar de cara a los próximos casos? ¿Estás satisfecho con el tipo de procesos que te llegan? ¿Crees que esa percepción que se crea a partir de tu imagen no está influyendo en ello? Las respuestas dependerán de cada profesional, pero sin duda servirán para reflexionar y, llevadas a ejecución, para mejorar en lo que realmente ofreces como abogado.
