La Planificación Estratégica que en principio parece muy complicada, y que muchas veces detiene a los abogados a llevarla a cabo, no tiene que ser un impedimento, pues hay que tener en cuenta que en general los despachos jurídicos no tienen estructuras organizacionales “pesadas” o complejas, facilitando de manera significativa la ejecución de esta técnica.
Uno de los conceptos más difundidos, y que viene siendo ampliamente aplicado por las organizaciones, es el de la Planificación estratégica.
Siendo la planificación estratégica un proceso de desarrollo y puesta en marcha de planes que coadyuvan a la consecución de objetivos, queda claro que este método es aplicable a varias disciplinas, por lo tanto la gestión jurídica no es la excepción.
Este concepto que para muchos abogados resulta algo distante e incluso complejo de aplicar, es de gran utilidad para tener una línea de acción de corto, mediano y largo plazos.
Solo para ejemplificar, póngase a pensar por un momento en una competencia de trekking (caminata a campo abierto generalmente montañoso), donde participan 2 equipos.
Para ganar este desafío, el primer equipo (campeón de los últimos eventos) ha decidido basar su estrategia solo y exclusivamente en la experiencia que tiene cada uno de sus exponentes.
El segundo equipo compuesto por integrantes no tan experimentados, se ha formado hace tan solo un año, pero tiene muy clara su visión, quiere convertirse en el equipo de trekking más competitivo y representativo del país. Claro que saben que para llegar a serlo deben ir cumpliendo año a año los objetivos planteados, y ganar esta carrera es uno de ellos.
Para preparar el plan que les permita alcanzar este objetivo han evaluado y comparado sus fortalezas y debilidades con relación al equipo con el cual van a competir, han estudiado de manera general las oportunidades y amenazas que el entorno puede afectarlos en el curso de la carrera (clima, temperatura, etc.), han preparado todo el equipo necesario (mapa, brújula, vestimenta, agua, etc.), finalmente cada uno de los integrantes se ha preparado físicamente, y se ha capacitado en distintas destrezas que no han sido de su práctica común, pero que definitivamente están conscientes pueden marcar la diferencia entre perder o afrontar con éxito dicho evento.
Cuando se inicia la carrera cada uno de los equipos está seguro de la estrategia que ha planteado y toma su ruta con el único fin de hacerse con la victoria. Finalizada la competencia, grande es la sorpresa del equipo experimentado al cruzar la meta, y saber que sus rivales la habían cruzado mucho antes, marcando incluso un muy buen tiempo y sin tantos reveses.
Al contrario de lo sucedido con el equipo campeón, las adversidades aquejaron al equipo experimentado, pues se dieron cuenta ya en la carrera que el clima había cambiado inesperadamente a lo que estaban acostumbrados, las rutas que habían pensado tomar producto de su conocimiento previo, estaban anegadas por las inclemencias de la temporada invernal, por ende tuvieron que intuir y tomar nuevas vías, pero al ser estas fruto de la improvisación resultaron más largas y tortuosas. Los costos para el equipo fueron grandes ya que los suministros como alimentos y agua se agotaron anticipadamente, algunos de los integrantes resultaron lesionados y no pudieron avanzar a la velocidad que estaban acostumbrados, producto de esto la noche los atrapó lo que empeoró la situación antes de llegar a la meta.
Muchos son los despachos jurídicos a través de sus abogados principales, opinan que la planificación estratégica no es un concepto que les atañe, o cuando lo conocen de forma ligera, consideran que este ejercicio son simples postulados, como fijar la visión y misión del estudio jurídico.
Pocos son los abogados que efectivamente deciden tratar a sus despachos, sean estos unipersonales o grandes firmas, como estructuras empresariales. Esta inacción repercute directamente en la gestión de muchas firmas, pues no dan cuenta de que tarde o temprano el entorno puede variar y que competidores más preparados consiguen quitarles el espacio logrado.
El tener claro el horizonte (visión) que se pretende alcanzar tiene muchos beneficios, uno de los más importantes es el enfoque. Estar enfocados nos permite definir el propósito o la razón de ser de la firma (misión) y través de esto definir objetivos claros y precisos, que son la base para desarrollar los planes o acciones a ejecutar.
Este "mapa" de acciones representado generalmente por lo que se conoce como Plan Operativo Anual, facilita la organización, seguimiento y control de la gestión integral del despacho a través de indicadores que nos permitirán vislumbrar la consecución o desviación que pudiera estar sucediendo con relación a lo previsto en los objetivos.
Este proceso que en principio parece muy complicado, y que muchas veces detiene a los abogados a llevarlo a cabo, no tiene que ser un impedimento, pues hay que tener en cuenta que en general los despachos jurídicos no tienen estructuras organizacionales "pesadas" o complejas, facilitando de manera significativa la ejecución de esta técnica.
