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29/03/2024. 02:19:53

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LPM como estrategia y KM como ¿coste?

Responsable Knowledge Management
Hogan Lovells

Los despachos consideran cada vez más la gestión de proyectos como una competencia básica Los que implementen sistemas de LPM gozarán de una ventaja competitiva

En los últimos 10 años, el sector legal ha experimentado cambios dramáticos en la forma en la que los clientes obtienen, perciben y valoran los servicios jurídicos. La facturación tradicional por horas ha dado paso al surgimiento de modelos mucho más complejos y resulta más importante que nunca maximizar la rentabilidad del despacho y satisfacer las necesidades de los clientes, que reclaman una mayor predictibilidad. Un número cada vez mayor de proyectos jurídicos transnacionales contribuyen, además, a exigir un esfuerzo por controlar los gastos jurídicos, y muchas empresas están separando y subcontratando (multisourcing) los servicios legales que utilizan.

Gestión

En este contexto se ha ido imponiendo la aplicación de metodología de Dirección de Proyectos Jurídicos, (Legal Project Management, LPM en adelante), metodología que, importada de Estados Unidos y de Gran Bretaña, se basa en principios y mecanismos procedentes de los campos de las finanzas y la ingeniería para buscar que la abogacía funcione de un modo más eficiente.

Históricamente los  proyectos estaban controlados por los técnicos de planificación y control de costes pero, como respuesta a la crisis mundial, las empresas se vieron obligadas a plantear metas más a largo plazo y centradas fundamentalmente en los objetivos de negocio, la gestión de riesgos y la aceptación del cliente, ampliando el enfoque que tradicionalmente iba dirigido al control de tiempo, costes y rendimiento.

Un recurso crítico del proyecto: el conocimiento  

A medida que la gestión de proyectos se enraíza en el sector jurídico, la gestión del conocimiento jurídico se convierte en un componente cada vez más importante del LPM. El conocimiento es un recurso crítico del proyecto y existen ya muchas voces que pretenden integrar con mayor fuerza la gestión del conocimiento, en los procesos de gestión de proyectos.

La transferencia de conocimientos en las organizaciones impulsadas por proyectos, resulta complicada porque los proyectos tienen una duración limitada, a menudo con equipos multinacionales de especialistas en proyectos, de múltiples organizaciones y disciplinas, reunidos temporalmente. En el entorno de los despachos de abogados, el problema de la gestión del conocimiento se ve agravado por estructuras de gestión tradicionalmente jerárquicas y por la naturaleza altamente competitiva de muchos abogados. Sin embargo, es vital que el conocimiento no desaparezca cuando el equipo del proyecto se disuelva.

Fuertes incentivos para compartir el conocimiento

Las organizaciones con un alto nivel de madurez en sus sistemas de LPM tendrán la gestión del conocimiento incluida en sus procesos de gestión de proyectos, creando fuertes incentivos para compartir el conocimiento.

Los equipos de KM, integrados dentro de los proyectos, ponen los conocimientos relevantes a disposición del equipo durante la ejecución del proyecto. KM documenta y compara las decisiones respecto a recursos, plazos, requisitos de calidad y costes. También ofrece el conocimiento sobre la industria, su tecnología, procesos, situación actual, productos empresariales y servicios, conocimiento institucional sobre la organización y su estructura y  conocimiento del proceso (es decir, el plan del proyecto),

El éxito final del LPM a nivel organizacional, depende de la captura y uso continuo del aprendizaje a partir de la revisión de los asuntos finalizados. Precedentes, cláusulas, conocimiento legal específico de la cuestión, situación e información jurídica especializada del sector, se han de plasmar y catalogar adecuadamente en los sistemas para su aprovechamiento posterior. KM permite la reutilización del producto del trabajo, una colaboración más rápida con el experto adecuado y la automatización de tareas manuales que no conllevan ningún valor añadido.

En definitiva, los despachos consideran cada vez más la gestión de proyectos como una competencia básica para apoyar sus objetivos estratégicos y, en este momento de gran cambio en el sector jurídico, los que implementen sistemas de LPM gozarán de una ventaja competitiva. Así, el impacto que para ellos supone la posibilidad de incorporar todo su capital intelectual es un paso ya incuestionable.

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