Proseguimos con el ciclo de “pildoras” comunicativas para contribuir a que los despachos de abogados y, por extensión, despachos profesionales ganen competitividad.
Los contenidos están inspirados en nuestro último libro, "De despacho competente a despacho competitivo: Cuéntame cómo conseguirlo" (Aranzadi).
Sin marca no se va a ningún sitio
Sin marca (a escala local, regional o nacional) no se va a ningún sitio o, por lo menos, no se va muy lejos. Quien tiene una marca potente tiene un tesoro. La marca personal o de despacho es el seguro de vida profesional.
Es algo que la mayoría sabemos, pero pocos tenemos la voluntad y la persistencia para invertir en ella, aun sabiendo que si no lo hacemos nadie lo hará por nosotros.
¿Estamos gestionando bien nuestro "seguro de vida
profesional"?
El prestigio de una marca de despacho o de nuestra marca personal es clave en
la decisión de contratación. Las marcas
simplifican las elecciones del cliente potencial, reducen la percepción de
riesgo a la hora de contratar y proporcionan beneficios emocionales. Además,
una marca fuerte permite la introducción en nuevos mercados y la fijación de
honorarios "elevados".
La creación de marca consiste, sobre todo, en crear vínculos emocionales entre el cliente y el despacho.
La competitividad de los despachos y de los abogados reside en su imagen de marca. Por cierto, ¿cuál es su imagen de marca?