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29/03/2024. 14:12:28

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Cómo sobrevivir los 100 primeros días como abogado junior

Abogado Junior en Ramón C. Pelayo Abogados

Has superado el proceso de selección y has entrado en un despacho de abogados… ¿y ahora qué? Muchos deciden la vía de las oposiciones, otros entran en despachos colectivos y unos pocos (cada vez menos) montan su propio despacho (sole-practitioner). Los que optan por la segunda opción, una vez superado el proceso de selección y entrado en el despacho, se topan con un nuevo reto: permanecer en él. Enumeraré el ABC básico que no debes olvidar en la primera fase de tu carrera profesional:

Dos abogados a los lados de una mesa

1. Estudiar

Esta es la regla de oro sobre la que se rigen todas las demás. Hay que estar en continua formación, más aun recién licenciado, y durante toda la vida del abogado. Y no sólo se debe saber de Derecho sino también de Economía, Política, Empresariales, Marketing, y sobre todo, del sector del cliente.

Hay que leer prensa todos los días, de camino al trabajo, al comenzar la jornada o en el descanso.

Debes acudir a congresos, cursos y jornadas siempre que puedas. Muchos despachos costean total o parcialmente esta formación y por desconocimiento muchas veces no se plantea. Crear marca personal también beneficia al despacho, ya que repercute indirectamente en la marca corporativa. Un buen despacho es aquél que cuenta con buenos abogados. Por lo tanto, invertir en ellos no debe ser visto como un gasto sino como una inversión en marca corporativa.

2. Idiomas

En cuanto al dominio de idiomas, el inglés es cada vez más imprescindible. Ya se da por hecho y no podemos quedarnos atrás (en muchos bufetes se trabaja en ingles desde el primer día). Y ya no se habla de conocimientos generales de inglés, sino de conocimientos técnico-legales. Apuntarse a cursos de inglés jurídico como el ILEC de Cambridge es una de las prioridades a tener en cuenta si no lo hemos hecho durante la carrera. Todo idioma adicional será un valor añadido y diferenciador de la competencia para determinados puestos, como el alemán para un german desk, el chino o el ruso.

3. Encargo y clasificación de asuntos

Cuando te encargan varios asuntos debes preguntar qué prioridad tiene cada uno de ellos, ya que no es lo mismo preparar una demanda o una audiencia previa que se celebra en 6 meses, que una contestación a la demanda dónde el plazo te pisa los talones. Puedes clasificarlo en urgente (A), importante (B) y menos importante (C), pudiendo el asunto encargado cambiar de estado en cualquier momento. Si vas realizando cada asunto conforme te va llegando puede ser que el último encargo sea el primero en urgencia y quizás el más complicado; y si aplicas el orden de llegada y no priorizas, agotaras los plazos innecesariamente. Analiza tu forma de trabajar y observa dónde pierdes más tiempo para optimizarlo. Apunta qué asuntos estas llevando y cuándo, así tendrás un control y una visión semanal de qué has hecho.

4. Habilidades comerciales

Estamos viendo, y así se lleva reflejando desde hace un tiempo en prensa especializada, que cada vez más despachos grandes piden a los junior habilidades comerciales con el fin de ir desarrollando las mismas durante la carrera profesional y captar así a los futuros rainmakers. Ni que decir ya de los despachos pequeños o medianos dónde aparte de lidiar con el trabajo diario hay que empezar a poner en práctica la captación de clientes a través de planes de marketing y aportar el know-how de las redes sociales.

5. Adaptación

Cada bufete tiene su filosofía de empresa, su forma de proceder, y para trabajar en armonía y en la misma dirección del despacho hay que hacerse con su filosofía. Esa filosofía de despacho no solo se traduce en los valores de la firma, como pueden ser la independencia u honestidad, sino también en el estilo de trabajar o redactar una demanda. Deberás adaptarte a todos esos cambios para trabajar bien en equipo e ir en sintonía con la marca corporativa.

6. Entender tu Rol en el equipo

No solo el tuyo sino también el de cada uno de los que trabajan contigo. A cada asociado se le encomendaran tareas dependiendo de su experiencia y escala en la estructura. Evidentemente tiene que haber un trabajo en equipo, pero en primer lugar cada asociado tiene que resolver las cuestiones asignadas individualmente y luego ponerlas en común y seguir trabajando sobre esos resultados. Fíjate bien en quién desempeña qué rol en el equipo de trabajo para poder integrarte bien y ser útil.

7.  Entender bien la forma de trabajar del Socio

Uno de los factores más importantes del éxito para permanecer en el despacho es conocer y entender la forma de trabajar del socio o socios asignados. Tu forma de trabajar tiene que llegar a compatibilizarse con la suya. Eso no significa que cada detalle debe ser semejante, pero sí en términos generales. Observa bien cómo el socio afronta los casos, los problemas jurídicos y su modo de proceder. Al estar bajo el mando del socio se trabaja conforme a sus criterios y no se definen reglas propias; eso lo podrás hacer más adelante en la carrera profesional si tienes un equipo de trabajo a tu cargo.

8.  Entender bien qué espera el socio de ti

Es muy importante para hacer un buen trabajo saber qué espera el socio de ti. Como la comunicación entre personas es vital, y es ahí donde surgen más malentendidos, debes entender bien qué se espera de ti. No solo es tarea del socio transmitirte eso, sino una responsabilidad y tarea tuya. El socio lleva años en la profesión y por la rutina dará por sentado muchas expectativas que no te comunicará.

Nadie esperará de ti que sepas responder a todas las cuestiones legales que se te hagan, pero sí que vayas cubriendo las lagunas de contenido que tengas. Eso evidentemente no se logrará en los tres primeros meses, sino que serán necesarios unos años.

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