La selección de personas es un asunto delicado en toda empresa, despacho u organización. Suelo compararla con la compra de un artículo nuevo que a priori se ajustará a nuestras necesidades pero cuya utilidad y conveniencia no podremos evaluar hasta que no lo hayamos probado algunas veces.
Si la selección de perfiles profesionales medios es compleja, la de perfiles directivos entraña aún mayor complejidad por una razón obvia: la responsabilidad de un alto directivo, en el caso de los despachos profesionales un director de área, un socio o un profesional (un abogado, por ejemplo), no es algo banal.
¿En qué consiste la labor de un headhunter o seleccionador de alto nivel?
A priori, su labor es encontrar al mejor para el puesto ofrecido. Dicho así puede parecer sencillo, pero no lo es por la razón esgrimida anteriormente, la responsabilidad del profesional de alto nivel, y porque el cliente contratante espera del headhunter que el acierto en la elección sea total.
En realidad la labor más importante del headhunter es la observación y el análisis. Observar el mercado de profesionales de alto nivel es una tarea ardua y que obliga al headhunter a permanecer en contacto con muchos profesionales, a actualizar permanentemente su base de datos, a consultar todas aquellas publicaciones en las cuales pueden aparecer reseñas sobre la trayectoria de profesionales convenientes, etc. Además, el seleccionador de alto nivel debe contrastar de manera discreta las informaciones a las cuales tiene acceso, tantear de manera delicada los intereses profesionales de las personas con las que mantiene contacto, contrastar el perfil profesional demandado y conocer a fondo el despacho cliente para poder encontrar a quien encaje mejor no sólo por sus características profesionales sino personales.
¿Cuál es el público objetivo del headhunter?
La creencia general es que el público objetivo del headhunter es un gran despacho. Lo cierto es que este profesional tiene dos grandes "públicos objetivo": el despacho y el profesional.
Respecto al despacho contratante, puede ser grande o no. Lo cierto es que la labor de un headhunter puede ahorrarnos no sólo trabajo sino problemas. Por ello, plantearse que los servicios de este profesional van destinados sólo a los grandes es un error. La razón aducida por algunos es el precio del servicio, pero lo que hay que pensar es que a menudo una selección realizada con conocimientos insuficientes y sin criterios puede salir mucho más cara que la apuesta por un profesional que nos ofrece garantías.
En cuanto al profesional, el headhunter constituye un apoyo fundamental en su carrera profesional puesto que éste vela porque pueda seguir progresando en un mercado laboral en continuo movimiento. Buscar oportunidades profesionales es en sí un trabajo más. El hecho de que sea el headhunter el que se ocupa de ello confiere una enorme tranquilidad al profesional.
En suma, la labor del seleccionador de alto nivel es una tarea delicada que requiere que el profesional que la ejerce cuente con unas características muy determinadas. De ello nos ocuparemos en un próximo artículo.
