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29/03/2024. 16:35:59

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Inteligencia Artificial, realidad y ficción

Responsable Knowledge Management
Hogan Lovells

La tecnología está impulsando aspectos de nuestras vidas que no habríamos podido imaginar no hace mucho. Se han creado más datos en los últimos dos años que en los dos milenios anteriores. Gracias a los efectos combinados de la digitalización, generamos 4,7 quintillones de bytes cada año. Tales enormes volúmenes de información hacen que la inteligencia artificial sea el desarrollo lógico para llenar el vacío, trayendo la capacidad de romper los bytes y descubrir resultados relevantes y útiles.

Robot pensativo

Los titulares abundan en los medios legales y los principales despachos de abogados  internacionales están presionando para el desarrollo ad hoc de la Inteligencia Artificial. La computación cognitiva se está manteniendo como una ruta hacia una mayor accesibilidad y asequibilidad en los servicios legales y, ciertamente, tiene el potencial de traer consigo una gran disrupción en el sector.

Pero es que, además, en el entorno del cliente, las industrias se transforman a través de aplicaciones de Inteligencia Artificial, y existe ya una serie hasta ahora impensable de  avances tecnológicos, como dispositivos móviles y portátiles, Big data, Internet de las Cosas, computación en nube, drones, robótica, blockchain, impresión 3D y comunicaciones de alta velocidad. Estas tecnologías están llevando a los clientes a un territorio desconocido, en la que los riesgos son a menudo desconocidos, las regulaciones aún no se han escrito, y los marcos seguros no existen.

Esta inmersión en la Inteligencia Artificial  y otras tecnologías emergentes crea oportunidades de mercado y su potencial para transformar la forma de hacer negocios es enorme. En el sector jurídico, en particular, se han abordado ya hace tiempo cuestiones como la automatización de tareas y procesos legales para acelerar el procesamiento masivo de datos, el soporte en la decisión y predicción de resultados, revisión de documentos extrayendo y analizando las cláusulas clave del contrato y proporcionando rápidos resúmenes de aspectos clave de la transacción y el diseño de procesos y gestión de los asuntos.

Antes de continuar abordando las expectativas, es importante entender que la inteligencia artificial es en realidad un término paraguas que puede referirse a muchos tipos diferentes de tecnologías. En aplicación a la práctica jurídica, se dan dos grandes tipologías.

En primer lugar, existen tecnologías que pueden ayudar con la revisión de documentos, e-discovery y ensamblaje de documentos. Por ejemplo, este tipo de Inteligencia Artificial puede ayudar a extraer las disposiciones pertinentes de los acuerdos y organizarlos en tablas, identificando documentos relevantes a través de búsquedas avanzadas de palabras clave e identificando las relaciones entre ellos, o ensamblando acuerdos estandarizados introduciendo la información específica del acuerdo de que se trate.

Esencialmente, estas tecnologías combinan las funciones de reconocimiento de texto, búsqueda, comparación y macro que ya utilizamos para crear interfaces más fáciles de usar para tareas repetitivas.

En segundo lugar, hay tecnologías que sirven de apoyo en la investigación, en la respuesta a cuestiones legales o en la predicción del resultado de los casos. Estas tecnologías utilizan el aprendizaje del lenguaje natural y la tecnología de aprendizaje automático como se muestra en Jeopardy de IBM Watson y AlphaGo de Google DeepMind.

Estas tecnologías ya están siendo utilizadas en otras industrias basadas en el conocimiento, como Medical Watson de IBM, que analiza los tumores y sugiere planes de atención para pacientes de cáncer basados en los últimos avances en la literatura. Sin embargo, las aplicaciones a la industria legal todavía están en gran parte en la etapa de desarrollo.

Hogan Lovells ha estado trabajando con proveedores externos que están desarrollando Inteligencia Artificial relacionada con la investigación en campos específicos. En particular, es una de las varias firmas que trabajan con Ross, una filial de Watson de IBM, para desarrollar una herramienta de investigación para la ley de quiebras de los Estados Unidos. Hogan Lovells también ha trabajado con la Escala Cognitiva de Estados Unidos para construir un prototipo para identificar la experiencia interna dentro de la firma.

Nuestros clientes no son, en absoluto, reacios acerca de cualquier tipo de innovación que impulse el valor y la eficiencia. Por lo tanto, debemos estar atentos a la evolución del mercado y tomar decisiones estratégicas sobre cuándo y cómo actuamos para maximizar el beneficio para nuestros clientes. A largo plazo, la Inteligencia Artificial afectará a todos los despachos, y no es inconcebible que un día, todos nuestros abogados se involucren personalmente en la integración y aplicación de estas tecnologías.

El sector jurídico puede beneficiarse también de su irrupción en una economía que originará nuevos sectores y nuevas campos para la prestación de servicios jurídicos. En esta realidad, rápidamente cambiante, las tasas exponenciales de crecimiento se acumularán para los abogados que inviertan el tiempo para entender la naturaleza de la Inteligencia Artificial y las implicaciones legales potenciales de ésta y otras tecnologías emergentes.

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