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29/03/2024. 08:48:08

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La tecnología está al servicio del abogado, quien a su vez está al servicio de su cliente

Abogado.
Fundador de Law&Trends
Consultor de Social Media @fbiurrun

La innovación tecnológica será la principal vía para lograr eficiencia en el sector legal durante los próximos años “Los abogados no seremos reemplazados por un software”

El pasado 6 de abril se celebró en Zurich el Legal Industry Forum, uno de los mayores eventos de legaltech e innovación que se organizan en Europa. Una ocasión única para conocer las tendencias que se mueven en el continente y en la que estuvo presente Ricardo Oliva, el único abogado español que pudo conocer de primera mano lo que allí se habló y se presentó.

Katie Deeg (University of California, Berkeley), Jean-Luc Delli (el organizador del evento) y Ricardo Oliva León.

Ricardo Oliva es uno de los abogados referentes del legal TIC español, desde su despacho @Lexmotive, con múltiples publicaciones en la materia, docencia en cursos de postgrado, y fundador de LenguajeJurídico.org (@LenguajeJUR) y director de Juristas con Futuro (@JuristasFuturo).  

Ricardo nos introduce en el concepto del legaltech (contracción de las palabras inglesas legal y technology, y cuya traducción al español es tecnología legal),  "es un ámbito de actividad en la cual las empresas utilizan las tecnologías de la información y la comunicación para crear y ofrecer servicios jurídicos, de forma más eficaz y menos costosa".

Manifestaciones del legaltech

El legaltech se manifiesta en diversas actividades jurídicas y en diversos momentos de la prestación de servicios legales. "Tales actividades y momentos pueden categorizarse -en opinión de Oliva- en los siguientes grupos: automatización y revisión de documentos, investigación legal, análisis de información, cumplimiento de obligaciones, resolución online de conflictos, gestión de la práctica jurídica y mejora de procesos, plataformas o marketplace, y educación legal".

Como señalábamos al comienzo, Ricardo Oliva fue el único abogado español que asistió y participó en el Legal Industry Forum 2017 de Zurich, un evento que, según nos cuenta nuestro interlocutor, "giró en torno a cuatro grandes temas: innovación y diseño legal, inteligencia artificial, big data,  y marketplace, que fueron analizados a partir de las siguientes preguntas: ¿Qué podemos aprender los proveedores de servicios legales de otras industrias? ¿Qué tecnologías tendrán a su disposición los proveedores de servicios legales en el futuro próximo? ¿Qué oportunidades ofrecen a los proveedores de servicios legales los cambios tecnológicos recientes? ¿Cuáles son los retos de una industria legal digital global? ¿Qué tipo de servicios legales demandarán en el futuro los clientes a sus despachos de abogados?"

Para Ricardo Oliva la idea esencial de lo que allí se trató fue que "la tecnología está al servicio del hombre y no al revés. Por tanto, la tecnología está al servicio del abogado, quien a su vez está al servicio de su cliente. El legaltech no consiste en implementar tecnología en tu despacho; implica entender bien al mercado, a la sociedad y, especialmente, a tu cliente y, como consecuencia de ello, ofrecerle un mejor servicio profesional utilizando las herramientas que la tecnología pone hoy en día a tu disposición".

Pero, ¿cómo puede influir el legaltech en el sector legal español? Para Oliva, "su influencia será paulatina, pero decisiva e intensa. No hay vuelta atrás. Me explico. El deseo ferviente por conseguir rentabilidad va a empujar a los despachos de abogados y departamentos de asesoría jurídica de las empresas a adoptar tecnologías que los hagan más eficientes. En mi opinión la innovación tecnológica será la principal vía para lograr eficiencia en el sector legal durante los próximos años".

Hoy en día la industria legal es más compleja que antes (hay más leyes, más regulación y más ramas del Derecho) y las obligaciones jurídicas impuestas a las empresas (y a los particulares) son mayores que en el pasado. Sin embargo, el presupuesto que tienen las empresas para contratar abogados se ha reducido. Por tanto, como señala Ricardo Oliva, "si bien el abanico de servicios ofrecidos por los abogados ha aumentado, hoy en día enfrentan el desafío de tener que ofrecer más trabajo legal por menos dinero. Un modo de compensar dicha disminución será ampliar el espectro de servicios jurídicos, pero dentro de un marco de innovación tecnológica".

"Los programas de ordenador y software, deben ayudar a los abogados a realizar sus tareas legales de un modo más eficientes con el fin de ofrecer mejor servicio a sus clientes. Por tanto, el software que automatice procesos estúpidos y no cambie los modus operandi obsoletos de la cadena de producción legal, institucionalizará los residuos. El reto está en saber identificar qué, cómo y cuándo automatizar una tarea legal. Para superar dicho reto las firmas de abogados deben considerar, seriamente, asesorarse por expertos que les ayuden en dicha labor", concluye nuestro experto.

En estos últimos tiempos se han disparado las noticias sobre la aplicación de la inteligencia artificial, de robots en el sector jurídico, que ha generado cierta incertidumbre en la profesión. En opinión de Oliva, "los abogados no seremos reemplazados por un software. Solo una parte de sus tareas legales será automatizada a fin de lograr una mejora de rendimiento. Los abogados más jóvenes centrarán sus labores en actividades menos repetitivas puesto que éstas serán realizadas por programas de ordenador".

Nuevas oportunidades de negocio

Nuestro sector no está exento de nuevas oportunidades de negocio, tal y como nos explica Ricardo. "Si bien no todos los servicios legales son susceptibles de ofrecerse a través de un modelo de negocio de plataformas o marketplaces, los que son idóneos para ello pueden generar negocios rentables para sus creadores (que no serán despachos abogados sino empresas de legaltech). Es previsible que aparezcan analistas de la dinámica de la prestación de servicios en la industria legal, que se dediquen a detectar oportunidades de negocio a fin de proponer la creación y distribución de servicios jurídicos a través plataformas".

Y es que por mucho que apliquemos la tecnología, el servicio prestado no está exento de responsabilidad. De esta forma Ricardo Oliva profundiza en el concepto de la automatización de contratos, un servicio que "funciona mejor en un modelo de negocio B2B (de empresa a empresa) que en un modelo B2C (de empresa a consumidor), debido a que en el primer modelo la rentabilidad puede ser mayor y los problemas deontológicos no existen. Las startups legales que pretendan ofrecer un servicio de automatización de contratos directamente a clientes finales deberán superar dos retos: (i) Identificar claramente al abogado que hace la revisión final del documento legal antes de entregarlo al cliente final, con el fin de no dejar dudas sobre quién presta realmente el servicio jurídico y, de este modo, respetar la normativa deontológica y la de consumo; (2) Tener en cuenta la eventual responsabilidad civil que podría asumir la empresa frente a sus clientes en el caso que un juez declarara inválido o ineficaz, posteriormente, su contrato automatizado".

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