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28/03/2024. 17:05:00

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Acuerdos y falsos desacuerdos

Profesor de Investigación del CSIC

A. J. Vázquez Vaamonde

La justicia, por la vía procesal, acaba convirtiéndose en una actividad muy sutil – el mismo concepto de justicia es sutil – en la que la realidad superficial parece distinta a la realidad esencial. Muchas veces las noticias que uno lee en los medios de comunicación dicen algo que entendemos justo al revés de lo que realmente significan

Leemos en la prensa: "El fiscal anticorrupción Pedro Horrach, que hace tres años impulsó el caso Urdangarin con el juez José Castro, difiere del criterio del instructor sobre la Infanta al sostener que se da "la inexistencia de indicios incriminatorios de los que pudiera derivarse la imputación". El error consiste en que sus criterios son los mismos: si no hay indicios no se debe de imputar. La diferencia por tanto no es en el criterio sino en el hecho de que uno ve indicios y el otro no, pero el criterio es idéntico.

Dice la prensa que el Sr. Horrach, el Fiscal, indica que " no se puede imputar ni castigar a nadie por lo que es, sino por lo que ha hecho "e insiste "por su presunta participación en los hechos delictivos y no por su condición", criterio que, de nuevo, comparten al 100 % el juez y el fiscal. Si el objetivo fuera imputarla o castigarla por lo que es (¿infanta?), se hubiera podido hacer desde el primer día. Pero como se trata justamente de todo lo contrario: imputarla o castigarla por lo que ha hecho, asunto en el que fiscal y juez están de acuerdo, es por lo que el juez ha tardado tanto tiempo en verificar si de lo que había hecho se deducían elementos suficientes como para poder imputarla

Dice la prensa que "a su vez, el fiscal general del Estado, Eduardo Torres-Dulce, que al menos en media docena de veces ha explicado, en los últimos meses, que [en su opinión] no hay indicios para imputar a la Infanta, rechaza un trato de favor de la hija del Rey por parte del Ministerio Público. El Fiscal General del Estado no es el Fiscal que lleva el caso; aunque, suponemos que se lo tomará con interés y que no cabe la más mínima duda que conoce de él más que Vd. y yo, ¡sin la menor duda! sabe menos que el propio juez. Ahora bien cuando afirma "No hay ningún trato de favor. Sería un trato de desfavor hacer lo contrario de lo que uno piensa justificadamente en Derecho", está defendiendo la decisión que ha tomado el juez que ha hecho lo que uno [el juez] piensa justificadamente en Derecho, aunque mucha gente, poco reflexiva, crea que está diciendo lo contrario.

Dice la prensa que el "jefe de la Casa del Rey, Rafael Spottorno, en una entrevista concedida a TVE, opinó hace unos días que los tres años de instrucción del caso Urdangarin han sido un "un martirio", por el repiqueo constante de noticias. De nuevo nos encontramos con que también en este caso se está dando un gran respaldo a la actuación del juez no hace otra cosa más que respaldar la actuación del juez, Sr. Castro sobre la que la noticia añade "se da la circunstancia que, semanas antes, el juez Castro había reprochado a dos instancias gubernamentales, la Agencia Tributaria y la Policía, la "gran tardanza" emitir sus últimos informes encomendados sobre la Infanta y Aizoon lo que motivaba una retraso innecesario en la conclusión de la investigación judicial", porque una justifica lenta sería injusta, por eso tenía razón el juez en quejarse,. También en opinión del Sr. Spottorno.

Como se ve, pues, todas las noticias de la prensa procedentes de las partes directa o indirectamente implicadas están de acuerdo y respaldan la actuación del juez instructor Sr. Castro, aunque a veces la noticia se redacte de forma que parece sugerir la idea contraria.

Dice la prensa que el Sr. Castro "argumentó la necesidad de tomar declaración a la hija del Rey y reflexionó que sería "una clara contradicción a la práctica cotidiana de los juzgados y tribunales, que en casos similares es muy escasamente probable que prescindieran de este trámite", el no llamar a declarar. Es decir, imputarla para interrogarla disiparía cualquier "sombra de sospecha" de favoritismo sobre ella. Lo expresó ya así abril de 2013, en su primer auto sobre la Infanta.

Dice la prensa que D. José Castro argumentó en su día la necesidad de investigar y tomar declaración a Cristina de Borbón desde dos reflexiones: "evitar que la incógnita [sobre el rol de la infanta] se perpetúe" y no desdecir la máxima que establece que la "justicia es igual para todos". Eso es algo indiscutible sobre lo que no se ha oído ni una sola voz discordante. Hasta el padre de la imputada, lo declaró así en televisión hace no tanto tiempo. Al margen de toda opinión, sobre asuntos tan delicados más vale pasarse que quedarse cortos.

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