LegalToday

Por y para profesionales del Derecho

Portal jurídico de Aranzadi, por y para profesionales del Derecho

29/03/2024. 00:41:03

LegalToday

Por y para profesionales del Derecho

El arte de la abogacía y el cuidado de la salud

abogado y consultor psicológico

El título puede llamar la atención, ya que comúnmente se relaciona el ejercicio profesional y a una de sus aristas vitales: la organización del despacho, estudio o bufete del abogado, con su eficacia para llevar adelante los temas jurídicos puestos a su consideración y también como una forma de “vender“ el servicio profesional.

Así, los despachos, nuestros espacios físicos de trabajo, son el escenario donde el abogado ya sea en forma individual o grupal, a veces junto a empleados no letrados, con el mobiliario adecuado y el equipamiento informático que nos impone esta era pos-orgánica, se lanza a captar clientes y desplegando su herramientas intelectuales y físicas entra entra en " operaciones " para llevar adelante su " combate  jurídico ", tal como lo haría un ejercito que adopta su dispositivo militar para cumplir con la misión que se le impone en una zona de guerra. Como lo hace la organización militar, el abogado o la abogada, pone en juego trabajos de inteligencia sobre sus oponentes u otros sujetos que son parte del caso o litigio (se procura saber quién asesora la contraparte, que juez interviene, etc.), la doctrina que se seguirá en su lucha ( precedentes judiciales, legislación a tener en cuenta, doctrina jurídica) y empeña su presencia física en forma individual o en equipo en los lugares que el litigio a su cargo exige (Por ejemplo:reuniones en el despacho, fuera de él, comparencia a tribunales). Todo por supuesto debe realizarse con un hilo conductor que une cada paso del profesional y es la ética que regula el arte de la abogacía. Así como en el mundo militar no debería haber "guerra sin cuartel" – esto es sin límites humanos básicos – en la lucha por la justicia, no debería darse un ejercicio profesional " sin cuartel ¨. Justamente quienes somos expertos en derecho, no podemos bregar por su aplicación fuera del mundo jurídico, cosa que aunque parezca insólito surge cada vez más.

Ahora bien, hasta aquí queda evidenciado que el arte de la abogacía – como el arte de lo militar – se organiza y prepara material e intelectualmente para obtener un resultado que está afuera de la persona del abogado o abogada. Más allá que logra su beneficio económico – honorarios- y a veces de tipo espiritual. Así como un regimiento militar combate y llega a  su objetivo – por ejemplo tomar una zona de su teatro de operaciones – el abogado gano el juicio en beneficio de su cliente, en su " combate profesional ", ocupo una posición que lo lleva a la victoria. La organización del despacho con todo lo que implica estuvo al servicio del triunfo jurídico que es algo que corresponde al Otro – cliente-. Pero, y aquí esta el punto central de este ensayo, hay tomar conciencia que el arte de la abogacía no debe desarrollarse mediante una adecuada organización, solo para lograr un objetivo externo al profesional, sino porque a la vez se protege la salud, sobre todo mental de éste. Uno suele leer que todo lo que hace a la organización del despacho es esencial para el  marketing profesional. Pero yo diría – sin rebajar la importancia de la propaganda – que el arte de la abogacía con adecuada estructura organizativa, no solo tiene valor para el "afuera", sino para preservar al profesional del estrés, de la angustia que trae la lucha jurídica, de las exigencias de una sociedad que solo valora el resultado exitoso, en fin de lo incomodo de una profesión que por esencia vive inmersa en el entuerto. Primero uno debe gestionar en la profesión, de tal modo que posibilite que el abogado o la abogada, no ponga en riesgo su subjetividad, su Yo, su persona. La organización del despacho debe atender al abogado en su estructura psíquica y luego proyectarse al exterior con miras poder operar en el "combate jurídico", y también para venderse mejor. Así como en el arte de la guerra, en donde el punto de partida, aunque resulte paradojal, es cuidar la salud del combatiente para que pueda seguir con su labor en un futuro. Por ello los códigos militares castigan con severidad el acto de temeridad que ponga en riesgo la salud  de la propia tropa. Es que reemplazar al soldado con entrenamiento y experiencia no es sencillo. En el ejercicio de la abogacía hay que pensar igual, no puede consumirse anímicamente o espiritualmente el profesional, en post de la imagen y el triunfo en el litigio. Hay que estructurarse para el ejercicio de la abogacía pensando en el bienestar integral del abogado. Alguien dijo que: la enfermedad mental no es un fracaso personal ni es algo que solo le sucede a los demás ". El abogado o la abogada están expuestos a que la profesión los afecte en su psiquis, como las demás profesiones, por ello debería institucionalizarse teniendo en vista la protección de su salud. Esto que se sugiere es en definitiva, que el arte de la abogacía se desarrolle conteniendo principios de la psicoeducación -educación para la salud mental-, que posibiliten que el profesional se comprometa con el cuidado de su salud, que busque llevar adelante comportamientos saludables, es decir que él sea protagonista de su proceso de salud. Reitero, tal idea debe ser parte imprescindible de la organización de un despacho y de la gestión de éste.

Hasta la próxima.

Valora este contenido.

Puntuación:

Sé el primero en puntuar este contenido.