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28/03/2024. 20:56:26

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El cliente y el sufrimiento

abogado y consultor psicológico

¨La profesión jurídica debería prestar atención a los psicólogos. Porque  las tareas de los abogados y jueces son básicamente psicológicas¨ Jerome Frank

Estimados lectores retomamos la temática de la psicología para abogados, pero esta vez haciendo más foco en el cliente. Hasta ahora les comentaba de la necesidad de saber manejar ciertas herramientas que nos da la psicología, porque en la relación abogado-cliente se juegan profundos psicodinamismos, como en cualquier vínculo humano. El nexo con el Otro, es mucho más que una relación limitada a lo jurídico.

Y dentro de este marco, mis escritos, apuntaron con énfasis a la persona de del abogado y a su cuidado en la salud psíquica. Hoy, y si la inspiración me acompaña, en una serie de artículos, les propongo ver que trae consigo esa persona, hombre o mujer, que entra a nuestro despacho y para nosotros, pasa a llamarse: Cliente o Clienta.

Lo que trae puede ser muy variado. No piense ahora en lo que significa para su vida de abogado. Recuerde que la mirada estaba centrada en él o ella, en ese ser que viene a buscar asistencia jurídica, con mucha o poca ansiedad, desde una posición mentalmente ganadora o desde una actitud desesperante. ¿Sabe colega?. Este cliente que traspone la puerta de nuestra oficina, puede venir, como tantos otros con mil caras y muchos tipos de problemas, pero todos tienen un común denominador: el sufrimiento. El cliente es ante todo una persona ¨doliente¨. ¿Por qué?. Esto tiene en principio una explicación sencilla, casi diría de superficie, pero a los fines de éste trabajo sirve, y es que como muy bien nos explicó L. Muñoz Sabaté, el fenómeno jurídico, el conflicto jurídico, es también -yo diría primero a todo- un fenómeno pático, es decir algo relacionado con la enfermedad o afección. El derecho es poder para uno y límite para el Otro y viceversa. El derecho es parte de la socialización del hombre, y por ende es para todos el sacrificio de los deseos en muchos aspectos -uno no puede satisfacerlos sin fronteras- en aras de la vida en común. Así, la vivencia de lo jurídico, tiene -aunque muchas veces uno no lo advierta- un correlato de vivencia emocional, que se traduce en sufrimiento. La sensación de injusticia -aunque sea mínima- implica dolor psíquico ( angustia). Este cliente que se quedo sin trabajo ¨sufre¨ por la pérdida del sustento de él y familia, se halla comprometida su subjetividad, la integridad de su Yo. Su empleador -por más que sea insensible- estará experimentando de otra manera cierto sufrimiento. El sólo hecho de saber que se puede enfrentar a un conflicto jurídico, lo va a afectar emocionalmente. Distinto sería es caso de un empleador que es una  persona jurídica (Por ejemplo una sociedad anónima), que no tienen ¨alma¨. Pero no crea lector o lectora que en este caso sólo sufre el trabajador. El empleador sin sentimientos, trasladará la angustia, el miedo, que emerge del conflicto jurídico, a alguien de carne y hueso, como sería el responsable de los recursos humanos de la empresa. Este ser mortal, puede padecer porque el conflicto jurídico podría representar para él su futuro laboral o sea: también el despido.

En síntesis abogada o abogado, recuerde que cada vez que le traigan a su escritorio un caso, le están depositando sufrimiento humano. Mucho o poco. De golpe, o en cuotas. Según el conflicto jurídico y los rasgos de la personalidad del cliente, será la intensidad del dolor en juego. Usted no podrá ser ajeno a ello. Debería preparase para cumplir cierto rol terapéutico, si está dispuesto a darle un contenido humano a la profesión de abogado.

Hasta la próxima colega.

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