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28/03/2024. 18:53:09

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La abogacía y el síndrome de «Asperger»

abogado y consultor psicológico

Estaba leyendo noticias sobre la realidad socio-económica de España y entre ellas, los suicidios de personas que no lograron soportar el desalojo de sus viviendas por no poder afrontar el pago de las hipotecas. También dentro de este marco veo en Legal Today del 19 de noviembre un título que dice: ¨ Los abogados podrían perder el 90% de su negocio con la subida de tasas ¨.

En este contexto, tengo la impresión que los abogados- incluyo a mis colegas de la Argentina-, que somos los ¨ científicos del derecho ¨, que en nuestros juramentos profesionales tenemos como valor supremo la justicia, nos hemos vuelto indiferentes, y estamos ocupados más en que las crisis puedan disminuir los honorarios o ingresos, que en verificar – como parte de nuestra función social- si las normas de emergencia que existen cumplen con los estándares de una república o no. En mi país hace tres décadas que rige una ¨ emergencia económica ¨, que siempre habilita un ¨ atajo ¨ en el manejo de los fondos públicos. Observo que España y otros estados de la Comunidad Europea, han entrado también en el ¨ mundo del ajuste económico ¨ y el derecho se pone al servicio de esta ¨ medida salvadora ¨, mientras que la la justicia queda al margen. Así, no me llegan voces de hombres de derecho que se opongan a las acciones económicas, que en definitiva no hacen más que causar dolor en las subjetividad y terminan por demoler al Otro, en el desconocimiento liso y llano de su existencia. De ahí que ante los suicidios por desalojos, uno no escuche voces análogas al de la suba de tasas de justicia, por parte de los Consejos o Colegios de Abogados, como también que el reclamo en cuanto al ¨ costo de acceder a la justicia ¨ no solo se refiera a la merma de ganancias en el ejercicio de la profesión, sino que se vea como una restricción injusta al derecho  recurrir a la ¨ justicia de los jueces ¨ que históricamente llegó para poner fin a la justicia por mano propia. Parecería por ello que los abogados sufrimos el síndrome de ¨ Asperger ¨. Este patología psíquica, que debe su nombre al médico Austríaco Hans Asperger (1906-1980), se caracteriza por una suerte de ¨ autismo ¨ que no implica deterioro intelectual, sino vacío de significación. Por tal motivo es que lo vinculo a estos tiempos de la abogacía, en la cual los abogados estamos funcionando con indiferencia hacía los contenidos éticos de nuestra profesión y es por ello que perdemos nuestra capacidad de reconocer la significación de la acción – no su sentido- propias de las emergencias económicas, reconocer de que están destruyendo seres humanos – los desahuciados por los desalojos y despidos- en toda su dimensión moral. La mercantilización de la abogacía, nos hizo autistas y nos impide darnos cuenta que aquello que se desaloja de su casa, se ¨ echa de su trabajo ¨, que se le impide llevar su conflicto humano, devenido en jurídico, a la justicia por las altas tasas, es ¨ alguien ¨, es una persona y no simplemente un número en un listado, que según las reglas del ¨ debe y haber ¨, puede ser prescindible y desechable. LOS CIENTIFICOS DEL DERECHO Y SU FIN LA JUSTICIA, NOS ESTAMOS DILUYENDO.¿Será el fin de la profesión, tal como la concebimos en la universidad?.

Hasta la próxima colegas.

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