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29/03/2024. 09:21:02

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La corrosión de la abogacía

abogado y consultor psicológico

En mi anterior trabajo que llevaba por título:¿ Qué me construye (o des-construye) cómo profesional?, termino preguntado y preguntandome: ¿Cómo hago para no des-construirme profesionalmente?. Esto significa, que debo hacer para seguir sujetado a la ciencia jurídica y sus valores, que es lo que me da la identidad profesional, la subjetividad o Yo de abogado (podría decirse la personalidad y carácter de abogado), todo lo cual es parte de mi Yo o personalidad,en general.

No cabe pensar que las distintas capas de mi psiquis, que posibilitan los distintos roles que uno tiene (esposa, padre, amigo, abogado), son compartimentos estancos y uno no necesita del otro. Mi identidad o unidad cómo persona es una ¨ amalgama ¨ de todos los roles. Estos no son más que disponibilidades (aptitudes o potencias) de mi ser que es único e irrepetible.

Ahora bien, este tema de la desconstrucción profesional y como vencerla, obliga entre otras cosas a buscar las causas que diluyen la identidad del abogado. Las razones se puede encontrar origen en la conformación de la  personalidad y no tienen porque ser de tipo patológico, sino que uno puede dejar de ser profesional de la abogacía por razones de su propia existencia. Algo de su Yo, que no necesariamente debe ser actual, sino que puede venir anidado desde la temprana edad, en su momento hace que hoy esta abogada o aquel abogado deje de estar sujetado a la ciencia jurídica y su valores, aunque puedan seguir con el ropaje y máscara de la abogacía. Es legitimo tomar nuevos rumbos de vida, que quizá hasta ahora uno venía reprimiendo, sin saberlo. Lo que no es justo es que la nueva carrera, se haga bajo el disfraz de hombre o mujer del derecho, cuando la reconversión profesional da como resultado por ejemplo, una persona dedicada al comercio. Esta fuga hacia otros campos profesionales, no suele ser siempre conciente para el abogado ¨ trans-fuga ¨. Muchas veces este profesional cree ser abogado, pero sus conductas profesionales se debe más al marketing y a reglas del mercado, que los principios científicos y del deber ser, que construyen la identidad de la abogacía.

Pero también la deconstrucción de la abogacía obedece a causas externas al espíritu del profesional, pero impactan en éste, bajo muchas formas (visibles e invisibles), y van ¨ carcomiendo ¨ el Yo del abogado, van erosionado las bases de la profesión. ¿Cuáles son estas causas? Son muchas, pero todas tienen su génesis en la exacerbación del capitalismo, que por su globalización no deja refugio alguno en el mundo para no caer en su sistema. Una de las causas es la flexibilización que se impone en todos los ordenes de la vida (incluye la laboral y profesional), bajo el pretexto que es conveniente por el bien de la dinámica capitalista (éste no debe atarse a estructuras rígidas o burocráticas que en algún momento pueden impedir su crecimiento) y a su vez porque con la flexibilización laboral se estaría favoreciendo al trabajador (profesional o no), al otorgarle libertad en los horarios, la no necesidad de trabajar en las empresas (aparece la casa-oficina), el evacuar consultas on-line, etc.  Así es que se nos presenta una abogacía que ha dejado de ser ¨ carrera ¨ (canal por donde se encauza la actividad profesional de toda una vida), esto tanto para los abogados que están en relación de dependencia (sobre todo en el ámbito privado), cómo aquellos que ejercen su actividad en forma ¨ independiente ¨, pero dependiendo de su también ¨ flexibles clientes ¨, que por razones de mercado (problemas de costos, etc.), buscan el asesoramiento o apoyo jurídico donde más convenga. La flexibilidad que impone el siempre impaciente capitalismo, hace de nuestra carrera ¨ fragmentos ¨ de trabajo profesional, y uno se encuentra con la incertidumbre del futuro profesional, llega la ansiedad con más fuerza que nunca, aumenta el estrés, la violencia interna y necesidad de ayuda psicológica. Se diluye la ética profesional y los abogados terminamos abdicando de nuestra profesión. Pasamos a ser el ¨ revolver jurídico ¨ al servicio del cliente, que quiere soluciones rápidas y de bajo costo. Estamos así,  frente a la corrosión de la profesión. ¿Cómo revertimos esta situación? ¿Cómo hacemos para volver a ser ¨ autónomos ¨ en nuestro ser profesional? ¿Cómo evitamos la corrosión profesional?. No tengo como responder. También me está consumiendo la ansiedad, el estrés y la incertidumbre por mi futuro profesional. Solo puedo balbucear algunas ideas. Primero tomar conciencia del estado de la profesión a partir de la propuesta de flexibilización capitalista. Apuntalar y fortalece el Yo, sabiendo que uno debe prepararse para una defensa de la profesión que quizá no la veamos en resultados próximos. Para muchos de nosotros la lucha será como la que tuvo Moisés para llevar a su pueblo a la tierra prometida (él nunca la vio). En segundo lugar formar redes sociales que permitan abrir el debate para una ¨ nueva era de la profesión de abogado ¨. Este es un tema que debe transitar lo colectivo, para que se puedan aportar las ¨ nuevas ideas sobre la abogacía ¨. Sinceramente, no creo que los cambios puedan partir de las corporaciones profesionales, y aún del las facultades, sino se lo empuja al cambio. Parecería que estos cuerpos sociales ¨ se han entumecido ¨ y se han rendido a la flexibilización laboral que propone el capitalismo, sin ver la corrosión que produce en la profesión.

Colegas les dejo una inquietud más para reflexionar sobre la abogacía. ¿Me ayuda a pensar el tema? Espero su participación. Hasta la próxima. 

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