Analizamos en este blog las últimas noticias relacionadas con el sector de las autopistas, concretamente el impacto del descenso de la actividad económica en las empresas concesionarias de autopistas de peaje.
Actualmente existen varias formas de financiar las costosas inversiones que se requieren en la construcción de las autopistas. Entre ellas cabe citar el cargo directo a los presupuestos de la Administración, la explotación a través de una empresa concesionaria que luego recupera la inversión a través del peaje directo o sombra (el Estado paga el peaje en vez de los usuarios), el método alemán (abono del precio al final de la obra) o a través de la creación de un ente público con recursos procedentes de los presupuesto generales.
El modelo del sistema concesionario con peaje genera importantes beneficios para el conjunto de la sociedad. A través del mismo es posible llevar a cabo las obras antes de que exista una disponibilidad de recursos públicos, es clave en el desarrollo económico del Estado (por ejemplo el PIB de las regiones que cuentan con autopistas de peaje crece más que el de las que no tienen vías de gran capacidad) y gracias a su mantenimiento garantizado, profesionalidad e inversión en tecnología, ofrece carreteras con menor índice de siniestralidad (con implicaciones tanto a nivel humano como económico).
Otras ventajas del peaje son que los usuarios pagan su construcción y mantenimiento, de manera que no son el resto de contribuyentes los que lo subsidian, su capacidad para modular la demanda de tráfico evitando congestiones o el hecho de que el peaje debe ser abonado por todos los usuarios, lo cual también incluye ciudadanos de otras nacionalidades.
A finales de 2010, el Gobierno propuso ayudas directas a las concesionarias ante la posible quiebra de las mismas, debido a que el tráfico real era inferior al previsto en el momento de su construcción (por ejemplo en las autopistas radiales de Madrid, R-2, R-3, R-4 y R-5). Estas ayudas se implementaron a través de las cuentas de compensación, mecanismo por el cual el Estado adelanta las concesionarias los ingresos que considera imprescindibles y se establece su devolución cuando el tráfico se haya recuperado. Estas cuentas estaban pensadas para concluir este año, pero han sido recientemente alargadas hasta el año 2021, en los Presupuestos Generales del Estado, debido a la persistencia en la reducida cantidad de tráfico. Sin embargo, la cantidad presupuestada se considera muy insuficiente por parte de las empresas concesionarias, que se ven afectadas por el hecho de no poder recuperar la inversión realizada, debido a la escasez de usuarios en las vías. Según fuentes del sector, con el dinero estipulado para las cuentas de compensación, no se podría llegar a cubrir un año.
Debido a su modelo de negocio, la evolución de la economía nacional tiene un impacto directo en los ingresos de las empresas concesionarias, ya que existe una fuerte relación en entre los incrementos de nivel de tráfico y del PIB, tal y como se puede apreciar en la siguiente figura.
Incrementos en Intensidad Media Diaria (IMD) de nivel de tráfico y Producto interior Bruto (PIB), Fuente: ASETA
La falta de usuarios en las autopistas implica que las concesionarias no pueden recuperar la fuerte inversión realizada tras haber realizado una financiación directa al Estado para la construcción de sus infraestructuras. Los gastos no sólo se corresponden con la depreciación de las inversiones, sino también con los incurridos durante la explotación de la concesión.
