A propósito de mi anterior artículo: ¨ La relación de ayuda del abogado al cliente ¨ un voluntarioso lector hace un comentario y textualmente dice: ¨ Tanto como abogados como personas, no debemos tomar prerrogativas que no nos corresponden, tales como juzgar a nuestros clientes. Pero desde una dinámica de servicio, no hay que olvidar que «educar» a los clientes para que , siempre en su beneficio, nuestro trabajo alcance sus máximos frutos ¨ . Su comentario es realmente enriquecedor y al tema de ¨ educar al cliente ¨ , me quiero referir ahora.
Lo hago a partir de lo dicho por Muñoz Sabaté, cuando al explicar sobre la ¨ subfunción terapéutica del abogado ¨ , a ese trabajo profesional que yendo más allá del mero encuadre jurídico de los temas, atiende al dolor humano que suele generar el conflicto jurídico, sostiene que uno de las maneras de realizarlo era mediante la entrevista didáctica. Aquí confluyen el pensamiento de nuestro lector comentarista y el citado autor. Para ambos el abogado debería ser una suerte de ¨ maestro ¨, del cliente, en la enseñanza del derecho. Así la relación de ayuda que entable con el cliente tendría contener un tono ¨ didáctico ¨ ( de enseñanza ), para que éste proceda conforme al derecho en los sucesivo y también para poder ¨ mitigar ¨ el dolor humano que trae aparejado el litigio, como así también el poner cauce a la ira y odio que puede padecer el conflictuado, para evitar que haya un desborde de la personalidad que rompa con la solución civilizada del enfrenamiento jurídico con el Otro ( la contraparte en el pleito ).
Aquí el profesional del derecho mediante la entrevista trata de ¨ atender ¨ a la persona ya caída en un ¨ litigio jurídico ¨, con su consiguiente frustración, y la lesión en su subjetividad causada por el conflicto, para que no vuelva a caer en futuras situaciones conflictivas. Esto no significa que el abogado no cumpla su función principal de asesorar en lo jurídico. Simplemente es un ¨ plus ¨ a su rol puramente técnico. Hay como una laborterapia por parte del abogado, pero con miras a ¨ inmunizar ¨ a su cliente para el futuro. Es un aporte a la sociedad, para que la vida en común tenga menos conflictos. Un jurista en su estudio puede lograr mucho mediante una entrevista- enseñanza. La entrevista se presenta aquí como una manera de ¨ adaptar al medio ¨ a la persona que ¨ vivenció ¨ un conflicto jurídico y que si no corrige su comportamiento podría vivir muchos más. La entrevista sirve entonces como una manera de ¨ reorientar culturalmente ¨ .
Así el abogado mediante la entrevista didáctica, está evitando futuros sufrimientos a su cliente y también el dolor que el conflicto jurídico produce en el Otro o los Otros. Estamos frente a un actividad de psicohigiene.
La ley es el límite en la persona, el límite a sus deseos. Afianzar esa creencia de la ley como valor en las personas, confirmar los límites que fueron introyectados en la temprana edad por el cliente, es una manera de poner más racionalidad en la convivencia humana. La diferencia entre el hombre y la bestia está en la ley. Cuando el hombre se aparta de la ley o se pone por encima de ella, se hace bestia.
Parecería que esto está demás decírselo a los abogados. Que va de suyo, que esta labor didáctica va a ser realizada casi en forma automática en su estudio. ¿Sabe colega? No es tan así. Muchos en el mundo de la profesión ¨ fogonea ¨ al cliente en su agresividad. En vez de afirmarlos en el conocimiento de la ley como la ¨ frontera ¨ del deseo, su ¨ didáctica ¨ está dirigida a enseñar como saltar la ley sin ¨ sufrimiento ¨ o costo para el cliente.
Espero sus comentarios que como puede ver me son muy útiles. Hasta la próxima colega.