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29/03/2024. 16:51:47

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Las ‘perturbaciones’ en la entrevista con el cliente

abogado y consultor psicológico

La consulta que realiza el cliente conforma en definitiva una “entrevista“ técnica o profesional. Es un encuentro ante todo humano en donde el centro lo conforma el consultante o cliente.

La entrevista es para él y  para dar solución al problema o caso jurídico que presenta. Este tipo de encuentro es de los llamados "orientativos". El abogado o la abogada son para el que requiere su servicio, un gran Otro, que tiene un supuesto saber, en quien se deposita la confianza, en quien el cliente busca "cobijo"- hospitalidad –. Esto ya pone al profesional en una situación de poder frente el cliente, entra a la "entrevista" en principio, con posibilidad de imponerse a la voluntad de quien lo consulta, circunstancia que por otra parte lo obliga a "cargar " con los mandatos de la moral profesional, que en todo momento le indicaran el correcto camino para que la "razón técnica" no termine siendo una herramienta de dominación sobre el cliente. Siempre el centro de la entrevista – lo reitero – es el cliente. Deberíamos estar a su servicio y no servirnos de él.

Pero esto no significa que la relación abogado – cliente, y por ende el desarrollo de la entrevista profesional, vaya a ser "pacífica". El encuentro entre la abogada y el consultante, pone en juego "biografías psíquicas" que traen a la relación entre ambos " luces y sombras" de cada personalidad, que a veces – la mayoría de las veces – ni el portador de tal o cual característica se la conoce. Así lo que debería ser "lineal" en la entrevista, ya que teóricamente hay uno que sabe y otro que va a ser asistido, termina siendo una puja de intereses, que hace muy complejo el trabajo profesional, no por lo que viene desde el "afuera" – contraparte en el litigio, problemas del sistema judicial, etc. -, sino por ese "Caballo de Troya" en el tema a resolver,  en que se constituye el  cliente o también el abogado mismo.

De este tipo de "perturbaciones" -queridas o no queridas- que emergen en la entrevista con el cliente y que se extienden a toda la relación profesional, hay una que suele "oscurecer" el trabajo técnico que el abogado intenta llevar adelante y es: la influencia de ciertas personas en el cliente, que le quitan autonomía a la hora de tomar determinaciones. Puede ser que el sujeto-cliente, realmente tenga deseos de ser ayudado por el profesional, pero a la hora de tener que decidir en base al consejo del abogado, aparece "uno Otro" que estuvo en todo momento con el cliente y que uno no lo vio y que suele ser un familiar, una "amiga del alma  o un amigo que es "como un hermano", que por su personalidad, condicionan el Yo del cliente.

Uno no lo había advertido pero el consultante, ya tenía un "asesor en las sombras", que en poco tiempo desbarata la estrategia que el abogado había pensado para el caso traído a consulta. Cuanta veces nos paso, que uno creía que el cliente la "tenía clara", que se fue del despacho listo para enfrentar la situación de "injusticia que estaba padeciendo", y  preparamos la artillería jurídica para vencer al oponente, y al otro día el muy apreciado cliente llama por teléfono para decir que "gente que sabe del tema" le aconsejo otra cosa y que por ahora no seguiría la orientación profesional que uno le dio.

Usted lector se preguntará qué hacer ante esta posibilidad de tener un cliente con poca "autosuficiencia", a la hora de acompañar la propuesta profesional que uno le elabora y que por ello me termine "abandonando" a la hora de poner en marcha la "operación jurídica" a su favor. Las respuestas podrían ser muchas, pero me conformo por ahora, de poder recomendarle, que por lo menos en los casos de cierta entidad, trate de darle importancia a la primera entrevista y en ella indague un poco sobre la familia y seres queridos que tienen importancia para su cliente. Como hacen los médicos o psicólogos. Trate de ver en que medida su cliente es independiente de sus seres queridos o cercanos a él.  Esto le permitirá sacar conclusiones importantes a la hora de ver si sigue asesorando al cliente o no. Por lo pronto quizá logre advertir, si además de usted abogada, su cliente cuenta con otros "asesores" en la materia.

Hasta la próxima.

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