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19/04/2024. 09:44:05

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¿Qué significa personarse?

Profesor de Investigación del CSIC

A. J. Vázquez Vaamonde

El significado de las palabras evolucionan con el paso del tiempo y de las circunstancias como en todos los órdenes de la vida diríamos, casi, desde que la sociedad es sociedad. La presencia física de una persona era una exigencia en los contratos que se cerraban y aún se cierran dándose la mano tras mirarse a los ojos y saber, o creer, que el interlocutor con el que firmábamos ese contrato verbal era de fiar, que estafadores los hay en todas partes.

La evolución social generó otros procedimientos; el apoderamiento hizo surgir a los notarios que daban fe, y merecían crédito, de la transferencia al apoderado de las facultades que el apoderante quería cederle. Discutir los términos, llegar a acuerdos, sólo firmar lo autorizado, etc. Del mandato al poder general para pleitos hay un océano de personación.

El matrimonio por poderes, y no cabe un contrato más personalísimo, es antiquísimo. pero sigue en vigor aunque hoy los problemas de la distancia y el tiempo sean mínimos. Internet ha engendrado otra forma de cortejo nupcial que incluso sin previa personación corporal  ha dado lugar a numerosos matrimonios. Ignoro si su éxito medio es superior al de los realizados de modo más convencional.

El trabajo también ha conocido, y sigue conociendo, formulas personales y a distancia. Frente a la antigua producción de todos los elementos en la fábrica de coches hoy éstas son poco más que instalaciones de montaje de componentes producidos por trabajadores que ni siquiera son trabajadores de la empresa, que ni están en el mismo país, ni siquiera en el mismo continente y que se rigen por leyes laborales totalmente diferentes entre sí.

El trabajo en maquila es también una antigualla. Hoy tenemos un fraude consistente en la contratación de autónomos que en realidad son trabajadores de la empresa. El tele-trabajo es otra nueva opción. Éstas y otras formas  coexisten; se elige una u otra sobre todo por razones económicas ponderando sus ventajas y limitaciones. La re-presentación, es decir la personación en nombre de otro,  tiene los límites que establece el Principio General de Derecho: "lo que no está prohibido está permitido" salvo que se establezcan límites.  

En la vida política ocurre otro tanto. Desde el mero mandatario, que cumple el mandato o el representante que ve y oye y transmite lo visto y oído pasando por el embajador o nuncio y el Ministro plenipotenciario o el virrey la gama de personaciones del ausente es infinita. El teléfono permitió la personación directa auditiva; el telégrafo por vía escrita, aunque codificada, le ganó tiempo al tiempo; el telex, el teltipo y otro montón de antiguallas derrotadas por las actuales tecnologías de la comunicación nos acercan a la video-conferencia múltiple con personación simultanea de gente separada por miles de kilómetros entre sí y con un retraso en el tiempo de apenas unos segundos ¡desde un móvil!  El valor presencial físico, en el sentid tecnológico dela palabra, es el mismo que la presencia corporal. Las grabaciones tienen la misma validez que un contrato firmado. Esta personación ha llegado a niveles de personación intima como la sexual  con un ciber sexo que es una realidad nos guste o no.

Cada nueva opción de la nueva tecnología es una batalla ganada en una guerra para lograr la ubicuidad. Con creciente perfección hemos salvado las barreras del espacio-tiempo en una personación que permite el contacto auditivo y el visual, que el gestual es todo un lenguaje. Siguen sin resolverse los problemas del olfato, gusto y tacto. Son los elementos que diferencian la personación "a la vieja usanza" y la actual con las "nuevas tecnologías".

¿Dónde está el límite? Donde queramos. El rechazo del viejo pendolista a la máquina de escribirlo hemos visto en el rechazo al uso de tarjetas de crédito y débito, al contacto electrónico con el banco a la compra por internet desde el móvil. Es un problema generacional; el viejo miedo al cambio de que hablara Fromm hace medio siglo.  Son los que rechazan las ventajas del progreso, los que si pudieran volverían a quemar los telares, los que aún piensan en cómo quemar los robots. Lo único inteligente es rediseñar nuestras actividades usando las ventajas de la tecnología introduciendo la personación "física" allí donde ofrezca ventajas y mantener la personación "corporal" allí donde las que ofrezca seanmauyores.

Imaginemos el regreso al teléfono no automático con operadora; sería un desastre; o la desaparición de las video-conferencias: otro desastre; o la de los ordenadores del móvil; inimaginable. Un mundo moderno reducido al telégrafo, el teléfono y la radio nos haría creer que habíamos regresado a Atapuerca. Muchos lo patrocinan rechazando las nuevas opciones de personación en contradicción con su práctica cotidiana.

Mucha gente que va "in corpore" a reuniones políticas religiosas o deportivas siguen el espectáculo en la pantalla gigante instalada allí mismo. Participan, griterío aparte,  con el mismo nivel de personación que el que esta "personado" en el sofá de su casa.

Ante el habitual vacío del Parlamento con un ponente y tres personas oyéndole, si no est6án jugando al Candy crash, ¿es imprescindible la personación corporal? En el momento de votar todos corren desde sus despachos para apretar el botón que les han dicho que aprieten; no es una decisión fruto de un razonamiento personal es una actuación robótica que atropella la libertad intrínseca al Dipuado que es sancionado si decide libremente. ¿Qué clase de fraude es éste? Se puede apretar el botón desde el despacho o desde el móvil mientras se visita a los votantes atendiendo a sus demandas, algo nada frecuente en todos ellos.

En la Diputación permanente unos pocos Diputados representan al Pleno. La proporción es la misma.  Es el perfecto ejemplo de una opción de ahorro frente al inmenso despilfarro en salarios, despachos, ayudantes, asesores, viajes de ida y vuelta de su provincia al Parlamento, "comidas de trabajo", dietas aunque vivan en la misma ciudad? Bastaría una persona con un papel que dijera 6 millones de votos, otro  4 millones, otro 3 millones, otro 1millón, otro 400.000, otro 30.000. ¿Cuál sería la diferencia? Millones de euros de ahorro. Ésa sería la diferencia. Y si cada partido tuviera a su único representante, con el papel de los votos recibidos, en cada provincia ni siquiera tendrían que venir a Madrid a votar.

Bastaría con videoconferencias entre los Jefes de fila de cada partido y muy de vez en cuando, el contacto "in corpore" tiene su valor, una reunión personal para ultimar detalles o "para escenificar la liturgia del acuerdo" dando una imagen litúrgica y teatral sin duda valiosa.

Sería inmenso el ahorro a nivel de la Unión Europea y en las conferencias y congresos de instituciones multinacionales de carácter regional, continental o global. Sin perjuicio de su eficacia, sólo sería aprender otra forma de trabajar .Sería inmenso el ahorro de tiempo, es decir, el aumento de la eficacia por unidad de hora trabajada, el ahorro de viajes, es decir la reducción de las emisiones de CO2 el aumento de la conciliación entre la vida laboral y la familiar. La personación corporal podría reducirse a los casos intrínsecamente necesarios

El mundo ha cambiado. A los periódicos en papel, fue inmenso el valor del texto impreso, les substituyen los periódicos digitales. El número de revistas electrónicas, también las científicas, aumenta. En las empresas multinacionales el ahorro por videoconferencias en tiempo  y gastos en los viajes las ha convertido en una realidad cotidiana. También ha sido un beneficio para las Compañías de Seguros al reducirse los accidentes in itínere y mayor sería sin la jornada de mañana y tarde se redujera a una jornada continua reduciendo los viajes al 50 %.

Estas reflexiones surgen del planteamiento radicalmente opuesto a aprovecharse delas ventajas de las nuevas tecnologías en el ámbito político motivado por esta serie de episodios derivados de la aplicación del art. 155CE78, del resultado de las nuevas elecciones catalanas así como de las actuaciones judiciales que probablemente se hubieran podido ahorrar  con una adecuada gestión política a trasvés de comunicación entre las partes bien mediante comparecencia de naturaleza corporal, a través de plasma o de video-conferencia.

No lo olvidemos nunca que cuando no se quiere llegar a un acuerdo da lo mismo que haya comparecencia corporal, a través de plasma o por holograma. Cuando no se quiere llegar a un acuerdo da igual nuestra forma de personación.

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