El artículo “Retos, tragedias y farsas del estado autonómico” de J. García Catedrático de Constitucional de la UCM (El Mundo, 10.04.2019) cita el Informe de las Comunidades Autónomas presentado ante el Senado preparado por el autor entre la treintena de expertos discutido desde hace tres décadas en un foro entre políticos, altos funcionarios y profesores en que el participó y dice que “tiene su interés para tomar el pulso del Estado autonómico, donde se ha convertido en una referencia”. En el “junto a la crónica de cada comunidad y cuestiones transversales, hemos debatido sobre la despoblación y el envejecimiento, y los menores emigrantes no acompañados, cuestión donde las administraciones – una vez más – no acaban de colaborar y coordinarse”.
Pero cuando dice de la aplicación del artículo 155 CE en Cataluña, "fue prudentemente diseñada, pero que ha durado 202 días" y reconoce que "el conflicto político permanece tras levantarse la intervención" se contradice: no hubo "prudente diseño" y menos aún su ejecución.
Añade que por su "misma excepcionalidad … no puede reproducirse constantemente en un Estado de derecho". Los Srs. Casado y Rivera lo pretenden de modo inconstitucional. toda su actuación es pasional y no racional. al judicializar un problema político han perjudicado "el funcionamiento de todo el Estado: la reforma de la financiación, la estabilidad gubernamental, o la aprobación de los presupuestos que otra vez no se ha producido en tiempo".
Reconoce al PSOE "un cambio de estrategia, creando vías de comunicación" aunque "no es sencillo dialogar con quien hace del enfrentamiento y la ilegalidad su condición de existencia". No reconoce que esa es la herencia envenenada del PP con su desmesura judicial de querella por rebelión, sedición, golpe de Estado y ¿del asesinato de Calvo Sotelo? que coacciona al TS en su futura sentencia. Reconoce los "buenos intentos de rebajar la tensión, sigue sin haber un acuerdo siquiera sobre el método de solución del conflicto. Algo debe hacerse", concluye. Sin duda, pero el PP y ciudadanos siguen empeñados en "más de lo mismo" en vez de corregirse.
La inestabilidad política, 310 días sin lograr la investidura, 2 años con una escasa mayoría y apenas 9 meses con la mínima del PSOE tras un voto de censura a la que se impidió concluir, ha terminado de complicar la solución al doble error de la actitud de los independentistas y de del PP y Cs negados al diálogo que permite resolver problemas que para eso les pagamos.
La actual realidad pluripartidista favorece el dialogo. Su ausencia produjo la "parálisis legislativa, hipertrofia de los decretos-leyes, ausencia de renovación de los órganos de designación parlamentaria". A ello se añadió el más grave, deslegitimar al Presidente Sánchez entre acusaciones de "okupa" que revelan el ánimo anticonstitucional del PP y Cs. Podían hacer un voto de censura al Presidente Sánchez. Sin apoyos del Congreso prefirieron encizañar más la convivencia.
Gobernar exige actuar, sobre todo si hay tanto que rectificar. Eso explica los 28 decretos-leyes, bastante más de la mitad de las leyes, algo lógico porque las leyes exigen un tiempo del que no se disponía. Cabe dudar de la "verdadera urgencia en todos esos casos o que no interfieran en materias vedadas", pero ese reproche injusto cuando por quien hizo lo mismo teniendo más tiempo y más diputados pese a lo cual se negó a todo diálogo. El deterioro social creado por el PP justifica la urgencia para recuperar "los derechos sociales perdidos"; fue su única opción tras haberle forzado a la disolución anticipada de las Cortes.
Valora el autor la reforma del Estatuto de Canarias y su régimen económico y fiscal, pero reprocha la no revisión "del modelo de financiación, algo que empieza a ser una mala costumbre, pese a que tengamos ya un buen informe de expertos, y la recaudación tributaria vaya recuperando su nivel tras la crisis". Sin duda es una revisión que exige sosiego y poder. Por otra parte, la parcial inconstitucionalidad de la ley Wert es otro fruto envenenado del PP y de su negativa al diálogo oponiéndose a cualquier "pacto de Estado en educación".
Cita el autor "la suspensión del autogobierno en Cataluña, la larga prisión provisional de los dirigentes secesionistas y su enjuiciamiento por incumplir las leyes tienen visos de tragedia". Esa es, creo yo, la herencia más envenenada del PP. Es el fruto de su talante dictatorial su rechazo al diálogo forzando a una sentencia del Tribunal Supremo. Que el autor tema que acabe ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos revela que presume una sentencia incorrecta.
Esa incapacidad de diálogo del PP ha conducido a "no reformar la constitución territorial, o diferirla sine die" empeorando con ello su solución. Dice el autor que "la comisión para la evaluación del Estado autonómico ha concluido sus trabajos tras 249 comparecencias y escasos resultados", pero la descalificación del PP impide el pacto. Este nace del diálogo respetuoso. Sin él se corre el riesgo de la mala solución: la mayoría suficiente del trágala que así actúa el PP.
Cita el autor a Marx: "los grandes hechos se producen dos veces: una como tragedia y otra como farsa". La "Comisión parlamentaria para la reforma del Estatuto del País Vasco, y se ofrece ahora reformar el Estatuto de Cataluña" no es que no deje "margen para una operación de tal calado sin la previa reforma constitucional". Hay muchas reformas necesarias en la CE78 pero será difícil si los partidos reaccionarios siguen secuestrados por su pasado, que protegen a base de negarlo. Sólo hay futuro recuperando los derecho políticos y sociales perdidos, sin los cuales no hay libertad. La desmesura de la evolución del índice de Gini en la distribución de la riqueza en estos años de regreso al capitalismo salvaje no se disimula por llamarle liberalismo. Resuelto este problema, el proyecto de PP, Cs y no digamos Vox se opone, exige además resolver el de la educación pública, el respeto a los sentimientos que no compartimos dentro del marco de la racionalidad. Sólo so esfumará las falsas pendencias que azuzan a diario los pendencieros
Las elecciones son una opción. Ojalá los electores no apoyen a los reaccionarios.
