Un empresario individual con varios años de ejercicio de la actividad de distribución y venta de calderas, radiadores, aparatos de aire acondicionado y otros productos relacionados con la temperatura de espacios, así como de la reparación y mantenimiento, y revisiones técnicas de las instalaciones de calefacción y aire acondicionado de viviendas, locales de negocio, hoteles, establecimientos industriales, etc., consciente de que las relaciones económicas son cada vez más complejas, implicando mayores riesgos económicos y, en consecuencia, mayores responsabilidades patrimoniales, decide ponerse en manos de un asesor jurídico al objeto de que le aconseje cómo proceder en orden a no vincular la totalidad de su patrimonio a las resultas de las actividades empresariales que realiza, pues tiene miedo de que si alguna de las cada vez más cuantiosas operaciones mercantiles resultase fallida, su familia quedase sin medios económicos suficientes para llevar una vida razonable.
Dicho empresario, que tiene claro que no quiere utilizar la vía de la constitución de sociedades anónimas o limitadas unipersonales, pues no quiere que la titularidad de la empresa cambie, ha oído hablar de la figura del «emprendedor de responsabilidad limitada» y ha analizado superficialmente su contenido. En tal análisis ha advertido que de adoptar tal figura dicha responsabilidad por las actividades empresariales no alcanzaría a la vivienda habitual del deudor, siempre que su valor no supere los 300.000 euros, aplicándose en el caso de viviendas situadas en población de más de 1.000.000 de habitantes un coeficiente corrector del 1,5 al valor antes mencionado.
Al empresario en cuestión, la figura jurídica del emprendedor de responsabilidad limitada le place, pero su vivienda habitual está valorada en más de 300.000 euros y radicada en una población de menos de 1.000.000 de habitantes. Ello le hace cuestionarse si él cumple los requisitos para poderse acoger a la figura del emprendedor de responsabilidad limitada, o si para poder utilizarla ha de proceder a la venta de su vivienda habitual y a la compra de una vivienda más económica.
Con estas premisas fácticas ¿qué solución puede ofrecer el asesor jurídico al empresario en cuestión?
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