Sobre la pena de galeras (comparación de la política criminal de España y Holanda)

Actualmente, en España, existe una realidad innegable y no es otra que:

1. Los Juzgados están colapsados. Por más Juzgados que se crean, el sistema judicial no es capaz de asumir todo ese  trabajo.
2. Las cárceles están llenas y, por más que se construyen, siempre se encuentran sobreutilizadas, con más presos de los previstos, en su construcción y diseño.
3. Para solucionar el problema de la gestión de los expedientes judiciales, se intenta potenciar el arbitraje, la mediación, la conciliación, etc. Llegando, incluso, hasta hablarse de la aplicación de estos sistemas al ámbito penal, algo que en España, hasta ahora, era impensable.
4. Para reducir la población penitenciaria se está empezando a hablar de soluciones imaginativas, entre ellas, los trabajos para la comunidad, etc.
5. Para evitar que la gente delinca se está aplicando una política "educativa" consistente en sancionar con multas muy elevadas las infracciones más leves. En los últimos años, nos estamos encontrando sanciones administrativas por ilícitos administrativos, de una gran entidad económica.

Analicemos esta última información: si aplicamos la fórmula de 2 días/multa por cada día de cárcel y, siendo generosos, consideramos el día/multa a 12€, hagan Vds. mismos la comparación: una sanción de 30.000€ (que va a acabar siendo la sanción estándar o tipo) supone más o menos 1.250 días de cárcel, es decir, más de tres años. ¡Vayan Vds. al Código Penal y miren a qué delitos les corresponde esta pena!

Y para las conductas más molestas (ruido, medioambiente…), que no las más graves, se están  barajando cifras de 600.000€, es decir, 25.000 días de cárcel, más de 68 años, cuando la pena máxima de prisión que contempla el Código Penal es de 20 años.

6. Toda esta tendencia, en una situación de crisis económica y tensión social, recuerda a la modificación del "Código Penal" que realizó Felipe II, en una época de gran descontento social y de "Guerras con el Turco". La modificación consistió básicamente en incrementar las penas y reconvertirlas casi todas en una condena a galeras. Resultando solamente una coincidencia que, en ese momento histórico, se estuviera preparando la flota para luchar en Lepanto.

No parece que repitiendo esta vía o con esta política legal, criminal y administrativa, vaya a resolverse el complicado entramado de infracciones, incremento de penas, inflación de tipos penales e hiperinflación de infracciones administrativas, con el consiguiente aumento, hasta el colapso, de la Administración de Justicia y, por último, sobrepoblación, hasta el desbordamiento, de todas las cárceles del país.

Si miramos, en nuestro entorno más cercano, encontramos lugares donde la justicia funciona y la delincuencia disminuye, y lo hace así, desde hace muchos años.

A modo de ejemplo, tenemos a Holanda, país con gran número de delincuentes de esta nacionalidad detenidos en el extranjero por producción y tráfico de drogas. También tienen acreditada una gran facilidad para determinados comportamientos ilícitos como, por ejemplo, pinchar las líneas telefónicas, conducta que llegó hasta el extremo de conseguir conversaciones telefónicas con Inglaterra en plena Segunda Guerra Mundial, durante la ocupación.

Dentro de su ya acreditada historia naviera y comercial, con uno de los puertos (Rotterdan) más importantes de Europa y del mundo, sin embargo, no tiene ni estafas mercantiles, ni falsificaciones de cuentas, ni los problemas típicos de las navieras: infraseguros, sobreseguros, "cerillazo", etc. Tampoco se aprecian graves problemas de tráfico ilegal en dicho puerto.

Cuentan los que viven allí que es un país donde no se producen impagados, algo realmente sorprendente y que justifican por sus costumbres. Describen que, a los 15 días del impago, el deudor es visitado por el acreedor, acompañado de dos amigos especialistas en recobros, cuya principal característica es medir un metro de hombro a hombro. También refieren que, días después, suele producirse un accidente en la bañera, con rotura de ambas piernas. Evidentemente, la casi nula tasa de impagos será un error estadístico y lo que cuentan ciertos amigos, que viven en Holanda, casi seguro qué es una exageración. De todas maneras, se trataría de la aplicación de un sistema alternativo para el aligeramiento de los Tribunales que,  de ser cierta, debería contar, con el visto bueno, o con la "vista gorda", del médico que no formaliza el parte de lesiones, del policía que no tramita la denuncia e, incluso, del Juez que archiva el caso. Por todo ello, me gustaría pensar que no es un sistema alternativo y viable y que no existe.

Se cuenta también que, en Holanda, las sanciones penales y administrativas por comportamientos que aquí se están endureciendo, allí simplemente han ido disminuyendo con el paso de los años. Este es el motivo por el que, el consumo de ciertas drogas, legales en Holanda, genera la detención de algunos productores holandeses cuando, por razones de clima u otras, realizan la producción fuera de su territorio. Lo que en su país es un comercio, en otros lugares, es un delito.  

Como conclusión, mientras que, en España, no está dando mucho resultado ni el aumento de tipos de conductas administrativas perseguidas, ni el incremento de sanciones, ni  la elevación de sus cuantías, sin embargo, en Holanda, la aplicación de criterios totalmente contrarios a los nuestros, está permitiendo la paz social, una justicia ágil, una reducción de la delincuencia, etc.

No me gustaría pensar que, con el fin de pagar las cuentas públicas vía-multas, se esté aplicando, subrepticiamente, en la actualidad, el mismo sistema que utilizó Felipe II, en una situación de crisis, para armar sus galeras.

Pero como todo esto es muy difícil de probar, solamente podemos dar un indicador: en Holanda se van a cerrar cuatro cárceles por falta de población reclusa… Aquí las tenemos atestadas.