KELHEIM, Alemania, 31 mar (Reuters) – La alemana Mittelstand, las pequeñas y medianas empresas que impulsan la economía más grande de Europa, ya estaba luchando contra su mayor crisis en una década tratando de absorber las crecientes facturas de energía.
Luego, el gobierno advirtió que podría tener que apagar el gas.
Un enfrentamiento con el principal proveedor, Rusia, sobre su demanda de ser pagado en rublos, parte de un ojo por ojo económico más amplio provocado por la invasión de Ucrania por parte de Moscú, llevó a Berlín a activar planes de emergencia el miércoles que eventualmente podrían conducir al racionamiento de gas si Rusia interrumpe o detiene los suministros. leer más
La industria pesada, que representa una cuarta parte de la demanda alemana de gas, se vería afectada primero, amenazando los empleos y la recuperación económica del país después de dos años de pandemia.
«Si no obtenemos gasolina, tendremos que apagarnos», dijo a Reuters Craig Barker, director gerente de Kelheim Fibres, cuyas fibras se utilizan en todo, desde bolsas de té hasta tampones.
Kelheim ejemplifica el Mittelstand: empresas privadas y familiares que abarcan sectores industriales, emplean a casi dos de cada tres trabajadores y representan un tercio de la facturación corporativa.
Su factura de gas aumentará más de cinco veces este año a 100 millones de euros (110 millones de dólares), equivalente a más de la mitad de sus ventas anuales, ya que el conflicto en Ucrania exacerba un mercado energético ya ajustado.
Sin fuentes alternativas fáciles de energía, y luchando por transferir los costos a clientes como Kimberly-Clark (KMB.N) y Procter & Gamble (PG.N), la crisis está poniendo en duda el futuro de la compañía.
«La situación actual está amenazando nuestra propia existencia», dijo Wolfgang Ott, un ejecutivo de la firma de 86 años que tiene 600 empleados en su fábrica en la ciudad bávara de Kelheim.
Kelheim ya ha solicitado a las autoridades ser tratada como una empresa sistémicamente relevante, lo que le ayudaría a acceder a los suministros en caso de que se active el racionamiento de gas. Sus fibras son necesarias en varios productos de higiene.
FUNCIONANDO CON GAS
La invasión de Ucrania por parte de Moscú ha puesto de relieve la gran dependencia de Alemania del gas ruso: Rusia representó el 55% de las importaciones de gas de Alemania en 2021.
Los suministros alternativos no serán baratos ni rápidos. Berlín ha advertido que podría tomar hasta mediados de 2024 hasta que Alemania pueda vivir sin gas ruso. leer más
Eso deja a las empresas, y a la economía en general, expuestas.
«El aumento de los precios de la electricidad y el gas amenaza con aplastar la economía», dijo Siegfried Russwurm, presidente de la asociación alemana de la industria BDI y presidente de Thyssenkrupp (TKAG.DE), que advirtió que podría tener que introducir horarios de trabajo más cortos tan pronto como la próxima semana.
Esto, dijo, aumentó el riesgo de que las empresas consideren trasladar la producción al extranjero para ahorrar costos.
Las asociaciones de ingeniería y productos químicos de Alemania, el segundo y tercer grupo industrial más grande del país, han reducido a la mitad o eliminado sus perspectivas de crecimiento para este año en respuesta a los mayores costos y problemas de la cadena de suministro.
Fabricante alemán de refrescos y natrones Ciech Soda Deutschland, una unidad de la polaca Ciech SA (CIEP. WA) que suministra a las fábricas de vidrio, así como a las industrias farmacéutica y automotriz, es otro incondicional del sufrimiento de Mittelstand.
Con costes adicionales de gas de 22 millones de euros al mes, está sangrando dinero y puede verse obligado a detener la producción, advirtió el ministro de Economía de Sajonia-Anhalt, el estado alemán donde ciech Soda tiene su sede, en una carta reciente vista por Reuters.
Eso perjudicaría a las empresas cercanas que dependen de sus productos, escribió el ministro Sven Schulze en la carta al ministro de Economía alemán, Robert Habeck, pidiendo una reunión de emergencia para discutir el asunto.
Ciech Soda Deutschland y el Ministerio de Economía declinaron hacer comentarios.
