PARÍS, 3 ene (Reuters) – Legisladores del partido gobernante de Francia dijeron el lunes que no se dejarían intimidar por las amenazas de muerte que decenas de políticos han recibido por un proyecto de ley que requerirá que las personas muestren pruebas de vacunación para ir a un restaurante o cine o tomar el tren.
La nueva ley, que eliminaría la opción de mostrar un resultado negativo en la prueba en lugar de tener los jabs, cuenta con el respaldo de varios partidos y es casi seguro que será aprobada por la cámara baja en una votación a última hora del lunes o temprano el martes.
Pero un tenso debate en el parlamento el lunes puso de relieve lo que el gobierno y la oposición describieron como una fatiga generalizada con la pandemia y las medidas para enfrentarla.
El endurecimiento propuesto de las reglas ha enfurecido a los activistas contra la vacunación y algunos legisladores dicen que han sido objeto de agresiones, incluido el vandalismo y las amenazas violentas.
«No cederemos», dijo Al Parlamento Yael Braun-Pivet, del partido gobernante La Republique en Marche (LREM), refiriéndose a las amenazas de muerte que, según dijo, habían recibido políticos de todo tipo. «Es nuestra democracia la que está en juego».
Criticando lo que llamó el «egoísmo» de aquellos que se oponen a las inmunizaciones, el ministro de Salud, Oliver Veran, dijo: «El objetivo de esta ley no es frenar las libertades … es para salvar vidas».
La semana pasada, el garaje de un legislador del partido gobernante fue incendiado,con grafitis de presuntos manifestantes contra la vacunación garabateados en una pared adyacente.
El ministro del Interior, Gerald Darmanin, ha dicho que la policía fortalecerá las protecciones para los legisladores después de que varios, incluida la boleta electoral Barbara Bessot de LREM, hicieran públicas amenazas de muerte.
Dijo que 52 legisladores habían recibido mensajes amenazando con matarlos por «atacar nuestra libertad», y agregó en Twitter: «Esas amenazas de muerte son inaceptables».
«LIBERTADES»
Francia ha tenido tradicionalmente más escépticos de las vacunas que muchos de sus vecinos, pero tiene una de las tasas de vacunación contra la COVID-19 más altas de la UE, con casi el 90% de las personas de 12 años o más.
Durante meses, las personas han tenido que mostrar una prueba de vacunación o una prueba negativa de COVID-19 en muchos lugares públicos.
Pero a medida que aumentan las infecciones con las variantes Delta y Omicron, el gobierno ha decidido abandonar la opción de prueba.
Su objetivo es que el pase de la vacuna entre en vigor a mediados de enero tras la aprobación de ambas cámaras del parlamento.
Con el debate del lunes programado para continuar hasta la noche, el legislador de extrema izquierda Jean-Luc Melenchon dijo que la ley propuesta, que permitiría los controles de identificación por parte de otros que no sean la policía, establecería una «sociedad totalitaria y autoritaria».
Al enfrentar la pandemia, «se han equivocado en todo», dijo al gobierno.
Estaba previsto que se realizara una protesta frente al parlamento a las 5 p.m.
Francia vio a grandes multitudes manifestarse contra el pase de salud cuando se introdujo en el verano, pero la asistencia a los mítines del fin de semana disminuyó a medida que aumentó la aceptación de la vacuna.
