"Generando optimismo se genera acción y los problemas se aceptan y se arreglan" afirma Antonio Garrigues. Juan Carlos Ureta cree que "la disciplina de persistir es otra cualidad de cualquier persona que aspire a tener una responsabilidad o un liderazgo".
A estas alturas de la batalla, todos sabemos que no sólo hay que ser un abogado con muchos conocimientos y estar siempre actualizado, sino ser una buena persona. Al malo se le “pilla” en sus pequeñas o grandes maldades-malicias en el trabajo, y al final se le evita…y se busca cómo prescindir de él.
Parece que la crisis se va, pero en realidad está tardando mucho, excesivamente, en irse. ¿O ya se ha ido y esto que estamos viviendo es el estado de cosas definitivo para un buen período? Esto lo sabremos con el tiempo -mucho tiempo-.
Los precios han bajado, las aspiraciones económicas de muchas personas se han serenado, y la gente, en general, se ha hecho más realista. Nos tomamos más en serio las cosas.
Pero, ¿qué moralejas podemos sacar? Cada uno tiene la suya se su experiencia personal, pero vamos a echar un vistazo a algunas de determinadas personas notables en España a partir de una indagación de Deloitte, Abogados y Asesores Tributarios; la mayor firma española de servicios profesionales.
Antonio Garrigues decía en una entrevista a Deloitte que "creo que el optimismo es una fuerza vital y que generando optimismo se genera acción y los problemas se aceptan y se arreglan. Cuestiono el derecho al pesimismo, creo que es un derecho que tenemos que asumir solamente en casos muy especiales y que en la mayoría de los casos no corresponde hacer ese ejercicio sino al contrario. Siempre he mantenido la idea de que las crisis están aquí para superarlas y que la humanidad las ha superado perfectamente y las va a seguir superando. Vamos a seguir teniendo crisis y vamos a poder arreglarlas. La condición humana necesita periodos de crecimiento y luego necesita periodos de reflexión y periodos más negativos, eso es lo que es la condición humana. Necesitamos líderes que nos digan: "hay soluciones", "hay caminos", "habrá dificultades pero las vamos a superar".
Seis de cada diez trabajadores españoles creen que sus compañeros están poco cualificados
¿Hay talento o no hay talento?
Darse, permitirse un poco de tiempo para analizar las situaciones puede cambiar mucho el juicio que tenemos sobre algo. Es la diferencia entre sensación de fracaso y conciencia de que estamos en un camino de aprendizaje. Pocas profesiones como la abogacía exigen paciencia y temple.
Juan Carlos Ureta, Presidente de Renta 4, en la misma serie de entrevistas llevadas a cabo por Deloitte afirmaba ante los errores que "creo que todo es un aprendizaje, hay que tener mucha humildad y no bajar la guardia, por mucho que uno fracase. La disciplina de persistir es otra cualidad de cualquier persona que aspire a tener una responsabilidad o un liderazgo".
Optimismo crea equipo
El optimismo y la laboriosidad ayuda al trabajo en equipo, cuestión difícil en la abogacía. El individualismo…incluso el secretismo que se vive en los despachos entre personas que trabajan en un mismo tema puede llevar el asunto a un punto muerto.
José María Agurre, Presidente de la Asociación para el Progreso de la Dirección afirma para Deloitte que "Hay que dirigir la empresa como si se tratase de un piano en el que todas las teclas son importantes para que la melodía suene bien. Hay que cuidar a todos los actores, el "todo vale" no tiene ningún sentido en el mundo de la empresa. Si sólo miramos a corto plazo podemos priorizar el beneficio, pero a la larga esto no es sostenible porque las empresas pierden su cultura y talante. No podemos llegar al punto de que una empresa sea una reunión de señores que vayan a trabajar con poco entusiasmo".
