nº 1000 - 26 de octubre de 2023
Mi relación con Actualidad Jurídica Aranzadi
Alberto Palomar Olmeda. Profesor Titular (Acred) de Derecho Administrativo. Magistrado de lo contencioso-administrativo (EV). Abogado. Socio de Broseta. Miembro del Consejo Editorial de Aranzadi
Las publicaciones en Aranzadi y, específicamente, en AJA, han sido fruto de mi libertad más absoluta
Ha pasado diferentes etapas. Durante muchos años, los primeros de mi carrera profesional, AJA fue un elemento de información caracterizado por su inmediatez. En el mundo actual hemos perdido –porque ahora todo es prácticamente inmediato, pero conviene recordar, que durante mucho tiempo la información actualizada se había convertido en un instrumento diferencial.
En un momento posterior, la atención se vuelve fruto de la madurez: ya no solo es la información más o menos actualizada, sino que lo relevante es cómo se interpreta, que aporta y que valores de contradicción aporta en relación con la situación precedente. Es cierto que Aranzadi ya tenía grandes revistas donde esta función se podía obtener con profusión, pero es cierto, también, que la visión simplificada y el carácter multidisciplinar aportaba un elemento diferencial que te introducía en los temas y en los cambios con una «frescura» que, durante mucho tiempo ha sido esencial para los profesionales del derecho.
La tercera etapa fue, para mí, la más gratificante. En términos futbolísticos fue pasar de la grada al campo y con mucho campo. Aranzadi, las publicaciones en Aranzadi y, específicamente, en AJA, han sido fruto de mi libertad más absoluta. Nunca nadie me dijo nada ni me censuró nada. Cuando esto ocurre, la afición y el compromiso crecen y te sientes con muchas ganas. Han pasado muchos años desde que empecé a escribir en AJA y tengo la misma ilusión que cuando tuve la primera oportunidad. Por tanto, mis errores o mis aciertos deben entenderse únicamente en clave personal.
La Revista ha cambiado. También ha cambiado en etapas sucesivas que han incorporado a los rigurosos artículos y comentarios o noticias algunos elementos que la han dinamizado. Pasar de aquella cenefa azul oscuro al lujo de color que supone en la actualidad es fruto de un notable cambio, de una filosofía más abierta y útil y del cambio que los tiempos han impuesto. No obstante, en mi memoria visual estará la cenefa azul y la doblez del número junto con la grapa. Todo un canto a una historia que realmente ha mejorado para bien.
Es esfuerzo de reducir el número de ejemplares, de sistematizar el contenido y de «contener» su presencia es fruto del tiempo y de la reconcepción de las necesidades del usuario. La Información jurídica es, hoy, accesible y, en gran medida, gratuita. Luego la aportación de Editoriales como Aranzadi está especialmente habilitada si aportan un valor añadido. No es posible aportar valor diaria ni semanalmente porque, insisto, ya no es la información sino la opinión o el comentario lo que realmente aporta valor al usuario.
Esto nos permite una reflexión que, probablemente, no está cerrada y es el de la necesidad del operador jurídico una vez que la información está disponible comúnmente y para todos a la vez.
Este debate no es sencillo. La determinación del valor añadido en la información jurídica es compleja, pero tal y como está el mundo profesional debería estar caracterizado por un valor: la reducción del esfuerzo personal y la simplificación de las tareas y los cometidos profesionales.
Esto significa preguntarnos por las formas de reducción del esfuerzo personal. Desde luego, la capacidad de comprensión del marco jurídico, de sus peculiaridades, de sus interpretaciones, de sus desviaciones y, en general, de la problemática interpretativa son un elemento central del tiempo del profesional. Este valor añadido contiene o no criterio o simple agrupación diferencial. Encontrar un esquema de utilidad para el cumplimiento de dichos fines es, sin duda, descubrir «la piedra filosofal» y a buen seguro lo que constituye la estrategia del conjunto de entidades que se dedican a la información jurídica. De alguna forma podemos indicar que cuando la información pierde peso es la opinión o la sistematización lo que cobra valor.
La simplificación de tareas se mueve, por su parte, en otro plano, más de gestión y ordenación de los despachos o de las oficinas jurídicas, en general. Es este un terreno que pronto será cubierto por la Inteligencia Artificial y por la electrónica en su máximo nivel. El futuro nos deparará escenarios aun inimaginables en los información y sistematización son bases esenciales.
Pero es cierto que sea cual sea el final de esta labor a la que nos acabamos de referir, la capacidad de interpretación jurídica –con todos los fundamentos e información que sea necesaria– es siempre labor de los humanos. La formulación de tesis, de contra tesis y de opiniones fundamentales es lo que permite cambiar la realidad y la inercia jurídica. La estandarización de la actividad jurídica no es la solución porque los problemas a los que se enfrenta la actividad jurídica son de las personas y las personas se desarrollan en entornos cambiantes que precisan de inteligencia en la búsqueda de soluciones diferentes.
Gracias por tantos años. ■