nº 1.004 - 29 de febrero de 2024
Pros y contras de la aplicación de la Inteligencia Artificial generativa en el sector jurídico
Javier Gaspar Pardo de Andrade. Socio de VCGH Abogados, socio del Foro Jurídico del Club Cámara Madrid
La integración de la Inteligencia Artificial generativa en el sector jurídico, si bien prometedora, plantea diversos desafíos y aspectos negativos que requieren atención y consideración cuidadosa. A pesar de los avances significativos en la automatización y mejora de procesos, es crucial abordar los siguientes aspectos adversos para garantizar una implementación ética y efectiva.
Falta de discernimiento humano: Aunque los sistemas de Inteligencia Artificial pueden analizar datos a una velocidad impresionante, carecen del entendimiento y la sensibilidad humanos. La interpretación de matices legales, la comprensión de contextos emocionales y la toma de decisiones basadas en la ética son habilidades intrínsecas a los profesionales del derecho. La sobre dependencia de la tecnología en la interpretación de situaciones complejas podría resultar en evaluaciones inadecuadas o insensibles.
Riesgo de sesgo algorítmico: Los algoritmos utilizados en la Inteligencia Artificial generativa se entrenan con datos históricos, y si esos datos contienen sesgos culturales, étnicos o de género, los resultados generados pueden reflejar y perpetuar esos sesgos. Esto plantea preocupaciones éticas y legales, ya que las decisiones automatizadas podrían ser inherentemente discriminatorias, afectando la equidad y la justicia en el sistema legal.
Seguridad y privacidad de los datos: La implementación de la Inteligencia Artificial en el ámbito jurídico implica el manejo de información altamente confidencial. La vulnerabilidad de los sistemas a ataques cibernéticos podría resultar en la exposición de datos delicados, comprometiendo la confidencialidad y la integridad del sistema legal. Es esencial una buena protección contra amenazas cibernéticas para mantener la confianza en estas tecnologías.
Desplazamiento laboral: A medida que la Inteligencia Artificial asume tareas rutinarias y repetitivas, existe el riesgo de que ciertos empleos en el sector jurídico se vean afectados. Esto plantea preguntas sobre la reestructuración de roles y la necesidad de que los profesionales del derecho adquieran nuevas habilidades para adaptarse a un entorno laboral cambiante. La ética de este desplazamiento y las medidas para mitigar sus impactos deben abordarse cuidadosamente.
Complejidad ética en la toma de decisiones: Los algoritmos de Inteligencia Artificial generativa operan a menudo de manera opaca, lo que significa que la lógica detrás de sus decisiones puede ser difícil de entender o explicar. Esto plantea preguntas éticas sobre la responsabilidad y la transparencia en la toma de decisiones legales, especialmente en casos críticos donde la explicación clara de las decisiones es fundamental.
Costos asociados con la implementación: Desde el desarrollo inicial hasta la capacitación continua y el mantenimiento de sistemas, las firmas legales, especialmente las más pequeñas, pueden enfrentar desafíos financieros significativos. Esto plantea la cuestión de la equidad en el acceso a estas tecnologías y la necesidad de buscar soluciones que no perpetúen desigualdades en el sistema legal.
Resistencia cultural y adaptación: La resistencia cultural y la adaptación son factores que no deben pasarse por alto. La introducción de la Inteligencia Artificial generativa puede encontrar resistencia entre los profesionales del derecho que pueden ser reacios a confiar en tecnologías emergentes. La cultura organizacional y la aceptación de estas herramientas pueden requerir tiempo y esfuerzo para una implementación exitosa. La capacitación y la comunicación efectiva son esenciales para superar estas barreras.
En conclusión, la aplicación de la Inteligencia Artificial generativa en el sector jurídico, si bien ofrece beneficios significativos, no está exenta de desafíos. Abordar la falta de discernimiento humano, mitigar el riesgo de sesgo algorítmico, garantizar la seguridad y privacidad de los datos, manejar el desplazamiento laboral, abordar la complejidad ética en la toma de decisiones y gestionar los costos asociados son imperativos para una implementación ética y efectiva. La reflexión cuidadosa y la regulación adecuada son esenciales para aprovechar los beneficios de la Inteligencia Artificial sin comprometer los principios fundamentales de equidad y justicia en el sistema legal. ■