nº 1.006 - 25 de abril de 2024
El nuevo rostro del liderazgo legal
Paula Fernández-Ochoa. Consultora & Speaker en entornos de alta competición. Socia de MoreThanLaw+ y VivircorRiendo. Miembro de la Junta Directiva y Responsable del área Mujer y Nieve de la Real Federación Española de Deportes de Invierno. Miembro de la Comisión de Igualdad del Comité Olímpico Español. Docente y escritora
«Liderar no es una posición o un título, es una acción y un ejemplo».
Cory Booker
Los despachos, esos salones de baile del poder, aún tienden a pasar el micrófono de la toma de decisiones a las voces más graves
El liderazgo en el sector jurídico requiere no sólo poder, sino también influencia y ésta hay que ganársela con una trayectoria de credibilidad y valores
El liderazgo en el sector legal de España baila al son de una música que, aunque no es exclusiva, suena con ciertas notas distintivas en comparación con otros sectores. Arraigado en tradiciones y protocolos, el sector legal español ha mantenido durante mucho tiempo una coreografía de pasos bien ensayados, liderada en su mayoría por hombres que, con toga o sin ella, han comandado la pista.
Pero aquí viene el twist: si miramos hacia otros sectores como el tecnológico o el publicitario, encontramos un ritmo diferente. Estos espacios, más jóvenes, innovadores y menos apegados a los compases clásicos suelen presentar estilos de liderazgo más flexibles y colaborativos que se visten de jeans y zapatillas, que son tan disruptivos como las ideas que promueven.
La innovación y la toma de riesgos son los movimientos estrella y, aunque no están exentos de desigualdad de género, el dinamismo es palpable.
Volviendo al ámbito legal, las paredes de los bufetes empiezan a vibrar con organizaciones más horizontales y con un nuevo tipo de líderes que desafían el status quo del socio, del abogado o del profesional inmediatamente superior en la jerarquía establecida. Los despachos, esos salones de baile del poder, aún tienden a pasar el micrófono de la toma de decisiones a las voces más graves. Además, aunque la presencia femenina en los consejos de administración o en los comités de dirección va en aumento, sigue siendo una melodía que muchos esperan escuchar con más frecuencia. El sesgo masculino en el tablero legal es evidente, pero las damas del derecho están escribiendo las nuevas reglas del juego. Las mujeres representan más de la mitad de los profesionales del derecho, concretamente un 54 %, pero únicamente el 31 % en los cargos directivos. Así se desprende del Informe «50:50 en 2030: Estudio longitudinal sobre la disparidad de género en el Derecho – Informe de resultados de España», elaborado por la Legal Policy & Research Unit de la International Bar Association (IBA)
Credibilidad y valores
El liderazgo en el sector jurídico requiere no sólo poder, el cual se otorga a través de un nombramiento y asunción de un cargo, sino también influencia y ésta hay que ganársela con una trayectoria de credibilidad y valores.
No se trata sólo tener la capacidad para tomar decisiones; es también tener la autoridad para que esas decisiones sean escuchadas y ejecutadas. La transmisión de ese poder, esa varita mágica que convierte las palabras en acción, aún necesita un poco de rock and roll que rompa con los viejos esquemas y estructuras. La época del mando coercitivo, del ordena y mando, del jefe, ha quedado obsoleta y ha pasado a la historia. El taylorismo, entendido como el método de organización del trabajo que persigue el aumento de la productividad mediante la máxima división de funciones, la especialización del trabajador y el control estricto del tiempo necesario para cada tarea, tiene cada vez menos sentido en las organizaciones del siglo XXI. Ya no se concibe un jefe que mande y unos abogados que obedezcan. El liderazgo atañe a personas, por lo que no es gestión numérica sino también humana y es entonces cuando la inteligencia emocional, la verdad y la astucia social cobran protagonismo.
El sector legal debe seguir adoptando estrategias de otros ámbitos, tales como el mentoring, las redes de apoyo y la promoción de una cultura de diversidad e inclusión. La igualdad no es sólo un destino sino un viaje continuo, y requiere que aquellos en posiciones de liderazgo se atrevan a ejercer su influencia para abrir puertas y construir puentes.
En conclusión, el liderazgo en el sector legal de España está en un proceso de transformación. Mientras la balanza de la igualdad se va equilibrando poco a poco, los líderes, tanto hombres como mujeres, necesitarán más que conocimiento jurídico o competencia técnica para jugar en la élite; necesitarán una dosis de osadía, de potente marca personal y la capacidad de influir y empoderar a otros, de conectar y de construir puentes, cambiando así la propia cultura del sector. Este liderazgo emergente no equivale a la antigua autoridad que emanaba del cargo y del título, sino que emerge renovado, prefiere inspirar antes que imponer, influenciar en lugar de ordenar, y se construye en el tejido de las relaciones humanas y la capacidad de movilizar al equipo hacia un fin común.
La transformación está en marcha, ¡se intuye entre bastidores para el gran show!, y el nuevo rostro del liderazgo se está convirtiendo en una fuerza holística, imparable y necesaria para el éxito y la sostenibilidad de las organizaciones. ■