nº 1.008 - 27 de junio de 2024
‘Foodtech’ y capital privado: perspectivas
Alberto Rodríguez San José. Counsel en Bird & Bird
El sector foodtech ha experimentado un enorme crecimiento en los cinco años tanto en materia de innovación (en términos cualitativos y también cuantitativos) como en el de inversión recibida
El buen estado de salud del sector lo evidencia también la formación de fondos de private equity destinados exclusivamente a inversiones en el sector foodtech
Antes de nada, convendría aclarar qué entendemos por foodtech. Sin entrar en mayores disquisiciones podríamos definirlo como el sector económico que aporta elementos de innovación al sector de la alimentación, lo que incluye desde desarrollos en el ámbito de la agricultura (comúnmente denominado agritech), de la producción y de la transformación de alimentos hasta la modernización de sus canales de distribución.
Echando la vista atrás vemos que el sector foodtech ha experimentado un enorme crecimiento en los últimos cinco años tanto en materia de innovación (en términos cualitativos y también cuantitativos) como en el de inversión recibida.
Es cierto, sin embargo, que el sector no ha sido ajeno a las turbulencias que con carácter general han afectado a la economía global, a saber, las consecuencias del Covid-19, la compleja situación geopolítica mundial que ha causado la guerra de Ucrania, el aumento de los tipos de interés o la subida de los costes de producción. Como consecuencia de lo anterior, mientras que el máximo histórico de inversión en el sector se alcanzó en el año 2021, la inversión durante los años siguientes se ha visto reducida, quedando fijada en el año 2023 en la aún muy estimable cifra de dieciséis mil millones de dólares americanos.
Como es habitual en otros sectores, gran parte de la innovación ha provenido del ecosistema start-up. Esto ha supuesto que la inversión en venture capital en el sector alcanzase su pico en el 2021 y que aunque descendiera en el año 2023 en este año sumase casi diez mil millones de dólares americanos.
El buen estado de salud del sector lo evidencia también la formación de fondos de private equity destinados exclusivamente a inversiones en el sector foodtech. Entre otros muchos cabe citar que Paine Schwartz Partners lanzó un fondo de mil setecientos millones de dólares americanos destinado al sector, que Butterfly Equity gestiona otro fondo de mil millones de dólares americanos centrado en alimentación o que Cibus Capital levantó 645 millones de dólares para apoyar a empresas agroalimentarias de fase media y avanzada.
Por lo que respecta a las operaciones de venture capital en el sector a nivel global, los expertos vaticinan que habrá un gran número de ventas en el futuro próximo y una mayor intensidad de fusiones y adquisiciones. Se espera también que las start-ups busquen asociaciones estratégicas para aprovechar economías de escala y que incremente el apetito de inversores financieros.
Inversiones y operaciones de venture capital en España
De vuelta a España cabe señalar que el sector está en plena forma. Vemos que sociedades españolas han sido objeto de inversión por algunos de los grandes fondos internacionales: a modo de ejemplo, el mencionado Paine Schwartz Partners adquirió una participación del 30 % en el grupo español AM Fresh (dedicado a las variedades vegetales).
Por lo que respecta a las operaciones de venture capital, el ecosistema español se ha comportado mejor de lo que lo ha hecho el mercado internacional: así, una vez descontando el efecto de la mega ronda de Glovo, en España durante los tres últimos años el nivel de inversión se ha mantenido constante en el rango de los doscientos cuarenta millones de euros. Es asimismo destacable que la creación de start-ups se ha disparado, de forma que solo las constituidas en 2022 y 2023 ya representan un treinta por ciento del total de las existentes y que el importe de las rondas de financiación se ha incrementado notablemente con respecto a las rondas de años anteriores. Como rondas relevantes del sector en el 2023 podemos destacar las de Heura Foods (dedicada a productos alimentarios de proteína vegetal) por importe de cuarenta millones de euros, la de Cocoon Bioscience (empresa biotecnológica enfocada en el desarrollo de factores de crecimiento) por importe de quince millones de euros, la de Pack Benefit (empresa dedicada a la fabricación de bandejas de comida totalmente compostables), por importe de 13 millones de euros, o la de Incapto (empresa dedicada a la venta de café de especialidad mediante un consumo sostenible), que llegó a levantar alrededor de seis millones de euros.
Otra muestra del buen momento que vive el sector en España es la cada vez más intensa y estrecha colaboración entre empresas, centros de I+D, universidades y programas de emprendimiento. En este ámbito podemos destacar el Madrid Food Innovation Hub, por el que han pasado ya más de cien start-ups o el programa país Spain Foodtech impulsado por Eatable Adventures, en colaboración con ICEX y CNTA, que cuenta con el respaldo de empresas líderes de la industria alimentaria.
A todo lo anterior hay que añadir que desde las instituciones se está apostando por reforzar el desarrollo de la cadena agroalimentaria, como lo evidencia la puesta en marcha del PERTE Agroalimentario con una dotación de 1.000 millones de euros hasta 2023 y que contará con otros 800 millones de euros adicionales anunciados, destinados a la transformación de la industria agroalimentaria, la mejora de la gestión del agua y la modernización de los regadíos.
Por todo lo anterior y teniendo en cuenta que la industria agroalimentaria es un sector estratégico en España (que es la octava potencia exportadora agroalimentaria del mundo y la cuarta de la Unión Europea) cabe ser optimista sobre el futuro del sector foodtech en España y esperar que en el año 2024 España se consolide como uno de los mercados más atractivos en el escenario internacional. ■