nº 1.011 - 31 de octubre de 2024
Todo lo que los Servicios Legales Gestionados pueden aportar al Sector Público
Javier del Pozo. Manager del área de Legal Managed Services de Deloitte Legal
La estrategia y la metodología cobran un papel fundamental a la hora de poder eficientar al máximo el esfuerzo individual de cada miembro de un equipo
La tecnología resulta determinante como elemento de apoyo para poder dar respuesta a las demandas de los ciudadanos y usuarios de la administración
Al igual que les sucede a las asesorías jurídicas de empresas privadas, las administraciones y el resto de operadores públicos se enfrentan a crecimientos exponenciales de su carga de trabajo en un corto espacio de tiempo, como consecuencia de la creciente presión regulatoria, de cambios normativos o de nuevos criterios jurisprudenciales. Por ello, necesitan externalizar determinadas funciones legales para poder gestionar, de manera rápida y eficaz, avalanchas de reclamaciones, consultas, instancias, procedimientos judiciales, etc.
Mucho se ha escrito y analizado sobre las ventajas que ofrecen los Servicios Legales Gestionados para las asesorías jurídicas en el sector privado, en términos de ahorro de costes, gestión de los riesgos, optimización de procesos, planificación y flexibilidad para asignar sus recursos legales internos a otras funciones, pero ¿qué pueden aportar los Servicios Legales Gestionados al Sector Público?
La importancia de la metodología empleada
Entre todas las licitaciones que se publican a diario para la externalización de servicios jurídicos, no es inusual encontrar todavía casos en los que los principales factores que se tienen en cuenta para la adjudicación de un contrato son el precio y la experiencia, dejándose la metodología empleada y ofertada por los licitadores en un plano prácticamente residual.
Sin embargo, resulta cada vez más frecuente que se otorgue un valor similar a la metodología que al resto de criterios de adjudicación habituales (precio y experiencia), pues no solamente es necesario contar con un equipo adecuado, que cumpla con la experiencia requerida, sino que es fundamental que el mismo trabaje con unos objetivos claros, de manera eficiente, sobre la base de una estrategia común y, si es posible, apoyándose en la tecnología.
Al igual que sucede en el mundo del deporte, la estrategia y la metodología empleada cobran un papel fundamental a la hora de poder eficientar al máximo el esfuerzo individual de cada uno de los miembros del equipo. En este sentido, los más aficionados al deporte recordarán, especialmente tras la resaca de los Juegos Olímpicos de París del pasado verano, la práctica deportiva de remo «Ocho con timonel», también conocida como la prueba reina de esta modalidad, por ser la más espectacular, en la que ocho remeros accionan sus remos para que la embarcación alcance la mayor velocidad posible.
El equipo está dirigido por un timonel, encargado de determinar la estrategia, marcar el ritmo y alentar al equipo. Todos trabajan con una metodología y objetivo común, con la finalidad de eficientar al máximo el impulso que cada uno de ellos imprime a la embarcación. Esta embarcación, llamada Outrigger, está construida con avanzados materiales sintéticos, de plástico o madera, diseñados para alcanzar la máxima velocidad, por lo que la tecnología juega también aquí un papel fundamental.
Esta práctica deportiva sirve como ejemplo de la importancia de coordinar elementos diversos para sacar el mayor rendimiento posible al trabajo individual. Por ello, cuando se trata de externalizar un determinado servicio jurídico, especialmente si se trata de la tramitación un volumen considerable de asuntos en unos plazos determinados, el equipo propuesto debe trabajar con base en una metodología concreta y, si fuera posible, apoyados en la tecnología.
Para poder plantear un metodología adecuada se tiene que partir de un análisis profundo de todo el proceso del servicio jurídico encomendado, a partir del cual se pueda establecer una planificación y una proyección a futuro, que permita una distribución equitativa y efectiva de la carga de trabajo entre el equipo propuesto y, además, permita identificar aquellos trámites en los que el uso de la tecnología pueda configurarse como un elemento de apoyo diferencial para la ejecución del servicio.
La importancia de la tecnología para eficientar los procesos
En este sentido, no puede obviarse que actualmente cualquier ciudadano o entidad puede presentar ante la administración, utilizando un dispositivo móvil, una reclamación, consulta, queja o instancia, desde cualquier lugar y en cualquier momento, incluso en días inhábiles, lo que hace que sea incluso aún más retador poder cumplir y tramitar estos expedientes dentro de los exigentes plazos previstos en la normativa. En este contexto, la tecnología resulta determinante como elemento de apoyo para poder dar respuesta a las demandas de los ciudadanos y usuarios de la administración.
Por este motivo, en muchos casos resulta necesario combinar un equipo multidisciplinar, integrado por abogados, especialistas en procesos y tecnólogos, de manera que se pueda, por un lado, eficientar al máximo el trabajo del equipo propuesto y, por otro, automatizar determinados trámites mediante la aplicación de tecnología, de manera que, en definitiva, se pueda prestar un mejor servicio, en beneficio de los ciudadanos y usuarios de la administración, a pesar de los ya de por sí ajustados presupuestos del sector público.
En definitiva, los Servicios Legales Gestionados se han configurado en la actualidad como una opción principal a la hora de ofrecer soluciones legales a las administraciones y a los operadores públicos, ya que, partiendo de una metodología concreta y apoyándose en el uso de la tecnología, ponen a su disposición equipos multidisciplinares para atender sus procesos de manera eficiente e innovadora. ■