nº 1.015 - 27 de febrero de 2025
¿Qué puede hacer el empresario para minimizar el impacto de la reducción de jornada a 37,5 horas?
Sonia Matas. Socia Área Laboral. Falcón Abogados
Es indudable que serán los pequeños empresarios y las pymes los que fundamentalmente se vean afectados con esta medida
El empresario deberá planificar estrategias organizativas y operativas para que la implementación de la reducción de la jornada no afecte a la viabilidad de su negocio
Fruto del acuerdo firmado en diciembre de 2024 entre el Gobierno y las organizaciones sindicales, UGT y CCOO, el pasado 4 de febrero se aprobó el Anteproyecto de Ley para la reducción de la duración máxima de la jornada ordinaria de trabajo, la implementación del registro de jornada y el derecho a la desconexión digital, que permitirá la reducción de la máxima ordinaria de trabajo a 37,5 horas semanales de trabajo efectivo de promedio en cómputo anual.
Si bien el texto no cuenta con el apoyo de la patronal y habrá que esperar a ver qué ocurre en trámite parlamentario, se hace necesario centrar el debate en buscar soluciones y estrategias organizativas y productivas para minimizar el impacto de la reducción de jornada en la organización diaria de la actividad de las empresas.
Es indudable que serán los pequeños empresarios y las pymes los que fundamentalmente se vean afectados con esta medida, que incidirá de forma directa en su productividad, puesto que la reducción de jornada no irá acompañada de la consiguiente reducción salarial, lo que redundará en el aumento de los costes laborales.
Por otra parte, la medida será difícil aplicar en aquellas ramas de la actividad que requieren más horas de trabajo, abriendo por ello las vías de la negociación tanto individual como colectiva para intentar paliar la situación y buscar soluciones en aras al mantenimiento de la rentabilidad.
Dado que la reducción de jornada afectará a todos los trabajadores independientemente de su contrato, ya sea indefinido, a tiempo parcial, incluso con jornada reducida, muchas empresas, fundamentalmente las pymes, tendrán que llevar a cabo contrataciones nuevas para cubrir las horas que dejarán de realizar los trabajadores y que son necesarias por razones productivas, o probablemente se vean abocadas a reorganizar sus sistemas de trabajo afín de que la medida no afecte de forma grave a su competitividad.
Medidas complementarias y estrategias para reducir el impacto
Además, está previsto que la reducción vaya acompañada de medidas complementarias como la regulación del registro diario de jornada, para lo que se deberán utilizar medios digitales, ya no se permitirá el uso del papel, y que el trabajador deberá cumplimentar de forma personal y directa, inmediatamente al inicio y finalización de cada jornada, así como las interrupciones que afecten a su cómputo. Es obvio que estas medidas complementarias implicarán cambios en la gestión diaria de la empresa ya que son de obligado cumplimiento para evitar las sanciones que se prevén en el Anteproyecto.
Está por ver si finalmente se establece un sistema de ayudas para las pymes por la reducción de la jornada laboral. Mientras tanto, el empresario deberá planificar estrategias organizativas y operativas para que la implementación de la reducción de la jornada no afecte a la viabilidad de su negocio.
Entre las estrategias que puede llevar a cabo la empresa se encuentran la formalización de acuerdos con los trabajadores, individuales o colectivos, para establecer flexibilidad horaria; implementar herramientas tecnológicas y digitales para optimizar el tiempo de trabajo y la producción; aplicar soluciones de IA para automatizar tareas; establecer programas de gestión eficaces que reduzcan el tiempo dedicado a tareas administrativas; apostar por el teletrabajo; reorganizar turnos de trabajo; establecer la polivalencia funcional para que los trabajadores puedan acometer múltiples funciones; desde el punto de vista de la productividad se pueden establecer objetivos vinculados a gratificaciones, así como bonificaciones por resultados alcanzados y externalizar servicios para optimizar los recursos internos.
Habrá que ver también si finalmente se establece la posibilidad de distribuir de forma irregular un porcentaje de la jornada para determinados sectores de actividad, lo que permitiría adaptarse a puntuales aumentos de la demanda que podría llevar aparejada una compensación con permisos o vacaciones.
Se trata en definitiva de ofrecer a las empresas recursos y soluciones para minimizar el impacto de la reducción de la jornada laboral en el caso de que la misma afecte a la viabilidad de su negocio, con el fin de que puedan mantener la competitividad en el mercado. ■