nº 1.017 - 24 de abril de 2025
Luto en la abogacía por el fallecimiento de Carlos Carnicer
Actualidad Jurídica Aranzadi
A Carlos Carnicer se le recordará siempre por ser el principal impulsor de la transformación tecnológica de la profesión
Nunca bajó la guardia en la defensa de la profesión de abogado y su calidad
Fue decano del Colegio de Abogados de Zaragoza entre 1991 y 2001.
Carlos Carnicer Díez, quien fuera presidente de la Abogacía Española entre los años 2001 y 2016, falleció el pasado 5 de abril en Zaragoza. Nacido en la capital aragonesa en 1948, Carnicer se licenció en Derecho en el año 1971, para iniciarse en la profesión al año siguiente. Cuando estaba a punto de cumplir 20 años en el ejercicio de su cargo fue elegido decano del Colegio de Abogados de Zaragoza, cuya junta presidió entre 1991 y 2001. Ese mismo año fue elegido presidente del Consejo General de la Abogacía Española. Ocupó el cargo hasta el año 2016 tras renovar su presidencia en 2006 y 2011.
Además de su enorme caudal de humanidad, a Carnicer se le recordará siempre por ser el principal impulsor de la transformación tecnológica de la profesión. Consejero de Estado, presidente de Unión Profesional y vicepresidente de la Unión Mundial de Profesiones Liberales (UMPL). Entre sus muchos méritos, Carlos Carnicer participó en la ponencia sobre la reforma de la Constitución que encargó el entonces presidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero.
Presidió el CGAE desde 2011 hasta 2016
Carlos Carnicer anunció durante el Pleno del Consejo General celebrado el 23 de octubre de 2015 su intención de no presentar su candidatura las siguientes elecciones para renovar el cargo en la presidencia del máximo órgano de la Abogacía en nuestro país, cargo a que accedió en 2021. Le sustituyó en el cargo Victoria Ortega.
Terminaba así un recorrido institucional de gran calado, que tuvo sus momentos de máxima visibilidad durante la puesta en marcha de las pruebas de acceso a la profesión de abogado y procurador y en su férrea oposición a la llamada «Ley de Tasas», respaldada por la práctica totalidad del mundo de la Justicia. «De la mejor formación del abogado depende la calidad de la Justicia», comentaba hace unos años a Actualidad Jurídica Aranzadi.
Carnicer nunca bajó la guardia en la defensa de la profesión de abogado y su calidad. «Gracias a la presión de la Abogacía y de amplios sectores sociales en los despachos en la calle y en las redes sociales, no se han aprobado o se han derogado leyes que habrían dañado la Justicia –nos decía Carlos Carnicer en una entrevista exclusiva–. Un ejemplo bien conocido es la denostada “Ley de Tasas”, que apenas dos meses después de su implantación fue revisada por el Gobierno para, finalmente, eliminarlas para las personas físicas. También, gracias a esa presión, se evitó reducir o incluso hacer desaparecer Partidos Judiciales y se mantiene la actual demarcación judicial. La reforma de la Ley de Asistencia Jurídica Gratuita se ha paralizó y se abrió un diálogo para solucionar problemas como el requisito de territorialidad de los abogados del Turno, los impagos, los pagos con meses de retraso o unos baremos que, en muchos casos, no se revisan desde hace más de diez años y que suponen que un abogado de oficio cobre la hora de trabajo a dos euros de media», afirmaba.
Reconocimientos
Carnicer recibió en 2004 la Gran Cruz de la Orden de San Raimundo de Peñafort, máxima distinción que concede el Gobierno en el ámbito de la Justicia. Aparte de la Gran Cruz, fue reconocido con la Medalla de Oro del Consejo Vasco de la Abogacía (otorgada en 1994), la Cruz de Honor de San Raimundo de Peñafort (otorgada en 1995), la Gran Cruz al Mérito en el Servicio a la Abogacía (otorgada en 2001), la medalla al Mérito Profesional del Gobierno de Aragón (otorgada en 2002), y el Premio SCEVOLA a la deontología profesional (concedido en el año 2003).
Carlos Carnicer fue profesor de la Escuela de Práctica Jurídica de la Universidad de Zaragoza, donde obtuvo su licenciatura en 1971, desde 1979 hasta 2000. Además, fue decano del Real e Ilustre Colegio de Abogados de Zaragoza entre los años 1991 y 2001.
Desde 2002 también presidió la Unión Profesional (UP), institución que representa a las profesiones colegiadas en España, agrupa a 33 Consejos Generales y Superiores y Colegios Profesionales de ámbito estatal y suma voces de más de mil colegios profesionales y cerca de millón y medio de profesionales del ámbito jurídico, sanitario, económico, social, científico y técnico. Como presidente de UP, Carlos Carnicer realizó actividades en defensa de la realidad colegial; como la exposición del perjuicio que acarrearía para las profesiones la ya retirada Ley de Servicios Profesionales, una de las reformas que el Ejecutivo europeo solicitaba con insistencia a España.
Carlos Carnicer y Victoria Ortega durante el acto de relevo al frente de la presidencia del CGAE en 2016.
Salvador González: «Carlos Carnicer, un referente de la Abogacía, un hombre bueno»
El actual presidente del CGPJ recordó en una carta abierta la figura de su compañero que reproducimos en su totalidad:
«La Abogacía somos memoria, reconocimiento y afecto. También orgullo, admiración, legado y gratitud. Y hoy, abatidos y con tristeza, es un día para todo eso. Nos ha dejado Carlos Carnicer, abogado ejemplar durante más de medio siglo de trayectoria profesional intachable, Colegiado de Honor del Colegio de Abogados de Zaragoza al que sirvió una década como decano y presidente del Consejo General de la Abogacía Española durante 15 años. Un referente de la mejor abogacía, humanidad en estado puro.
Si, como suele decirse, cabalgamos a hombros de gigantes, Carlos Carnicer ha sido uno de ellos y así le recordaremos siempre. Su sentido de la responsabilidad nos inspiró, su pasión era contagiosa y su mirada inteligente, la de los buenos maestros, nos mejoró como profesión y como instituciones, pero también, de alguna manera, nos hizo mejores a nosotros mismos. Es lo que tienen los referentes.
Nos enseñó a defender el ejercicio desde la profesión y sus instituciones. Y sobre todo, a proteger lo que somos y representamos: la defensa. Él sembró la semilla de esa Ley Orgánica del Derecho de Defensa que está ya en el BOE.
Entendiendo la riqueza de nuestra pluralidad, supo ver la importancia de trabajar juntos en lo que nos une, la estimuló y lo practicó, liderando nada menos que 4 Congresos Nacionales de la Abogacía (Salamanca 2003, Zaragoza 2007, Cádiz 2011 y Vitoria 2015) y 4 Jornadas de Junta de Gobierno (Valencia 2001, Tenerife 2005, Pamplona 2009 y Vigo 2013). Allí hablamos de todo, con todos y entre todos, demostrando que juntos somos más y más fuertes, y que además llegamos antes y más lejos.
Comprendió –y así lo hizo con su ejemplo– que nada estaba por encima de lo que simbolizamos: calidad deontológica, dignidad profesional y compromiso con quienes más vulnerables se sienten para acceder a la tutela judicial efectiva. Y luchó por ello, logrando que se eliminasen aquellas incomprensibles tasas judiciales, reclamando mejores condiciones para el turno de oficio que con orgullo defendía o impulsando nuestro Informe del Observatorio de Justicia Gratuita, que este año alcanzará 19 ediciones.
Supo ver que en la formación y en la excelencia radicaba el futuro de nuestra profesión, y a él le debemos que nuestro país cuente, como ya había en el resto de Europa, con una Ley de Acceso a la Abogacía. Al igual que nos anticipó en una inmersión tecnológica que ya entendía entonces –y no se equivocaba– estratégica e indispensable, liderando herramientas como el Expediente Electrónico de Justicia Gratuita.
Como nos trasmitió y emocionó su sensibilidad con quienes menos tienen, con quienes más sufren y con unos Derechos Humanos que para él eran, porque lo son y así los defendió, innegociables. Desde la coherencia y con un inspirador sentido de la responsabilidad, nos animó a ser esa Abogacía inquieta, inconformista, que se implica y alineada con los desafíos humanitarios de un planeta al que no le faltan desigualdades e injusticias. Él impulsó nuestra Fundación Abogacía Española y Derechos Humanos, los Congresos de DDHH con los que cerramos cada año nuestros ciclos formativos o nuestras Aulas de DDHH, que el pasado año cumplían su décimo aniversario con cerca de 12.000 asistentes y más de 350 sesiones formativas en Colegios de la Abogacía de toda España.
En tu honor, Carlos: «Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados como están de razón y conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con los otros».
En su despedida como presidente de la Abogacía Española, tras recitar este artículo 1 de la Declaración de los DDHH, dijo que no pasaría a leer el segundo hasta que no se cumpliera por completo el primero.
No lo olvidaremos. A ti tampoco, presidente».
Comunicado del ReICAZ: «Fue un gran decano y presidente»
Junta de Gobierno del Real e Ilustre Colegio de Abogados de Zaragoza también expresó su pesar por el fallecimiento de Carlos Carnicer Díez, decano de la institución durante una década, entre 1991 y 2001.
El ReICAZ destaca su «carisma y liderazgo», virtudes con las que dejó una «huella indeleble» en ambas instituciones. «Fue un gran decano y presidente, dinamizador, primero del Colegio y luego del Consejo, precursor en la creación de servicios y en la transformación tecnológica de la Abogacía», valoran desde el Colegio zaragozano. «Quienes hemos tenido el enorme privilegio de conocer a Carlos, lo recordamos como un pionero incansable, brillante abogado, generoso compañero y un infatigable defensor de los derechos humanos. Ha sido y continúa siendo, una referencia para la abogacía zaragozana, aragonesa y española. Nuestro mejor abogado, pero, sobre todo, un extraordinario amigo y una excelente persona. El Colegio no puede estar más orgulloso de haber contado con Carlos, como colegiado y como Decano», expresa el comunicado.
Carnicer recibió numerosas distinciones a lo largo de su carrera profesional. En el año 2022, el Real e Ilustre Colegio de Abogados le rindió un especial homenaje al recibir la distinción de Colegiado de Honor por sus 50 años de ejercicio especial y un año antes, en 2021, como presidente honorífico y fundador de la Fundación Abogacía, recibió el Premio Valores que otorga el colegio zaragozano. Desde 2016, año en el que dejó la presidencia del Consejo General de la Abogacía, el salón de actos del ReICAZ lleva el nombre de Carlos Carnicer en su honor.
La ministra de Educación, Pilar Alegría, también aragonesa, compartió la triste noticia en su cuenta de la red social X, expresando su apoyo a los familiares y amigos del fallecido. «Un hombre comprometido, firme defensor de los Derechos Humanos y todo un referente en el mundo de la Justicia», destacó Alegría.
El Consejo General de la Abogacía Española, una institución con solera
El Consejo General de la Abogacía Española fue una iniciativa de Emilio Laguna Azorín, Decano del Real e Ilustre Colegio de Abogados de Zaragoza, en 1942. El profesional aragonés, preocupado por la situación que se estaba viviendo en el gremio en la postguerra, dirigió una carta a los colegiados de su ciudad y al Colegio de Abogados de Madrid donde llamaba a trabajar para crear un organismo de carácter superior que hiciera posible una actuación coordinada de los Colegios, diera relevancia a la profesión e hiciese presente a la Abogacía en la actividad legislativa. Antonio Goicoechea, Decano del Ilustre Colegio de Madrid, haría realidad esa idea con la creación del Consejo General de los Ilustres Colegios de Abogados de España por Decreto de 19 de junio de 1943.
El Consejo General de la Abogacía tomó una forma más definida en su IV Congreso, celebrado en León en 1970. Desde 1996 el CGAE tiene una Delegación en Bruselas, que hace de puente entre las instituciones comunitarias y los abogados españoles, y participa activamente en la integración europea y en la construcción de la Europa del Derecho y la Justicia.
Al frente de la Abogacía institucional ha habido ya nueve presidentes: Antonio Goicoechea y Cosculluela (1943-1952), Manuel Escobedo Duato (1952-1959), Fausto Vicente Gella (1959-1964), José Luis del Valle Iturriaga (1964-1972), Antonio Pedrol Ríus (1973-1992), Eugenio Gay Montalvo (1992-2001), Carlos Carnicer Díez (2001-2016), Victoria Ortega (2016-2024). En la actualidad su presidente es Salvador González, que tomó posesión del cargo el pasado 19 de julio.
El Consejo General de la Abogacía ha tenido un rol esencial en las principales leyes que afectan al gremio: Ley de Acceso, Ley de Sociedades Profesionales y regulación de la Relación Laboral Especial, la reforma de la Ley de Colegios Profesionales para adaptar España a la Directiva de Servicios, y las reformas de la Ley de Enjuiciamiento Civil, del Código Penal y más recientemente con Ley Orgánica 5/2024, de 11 de noviembre, del Derecho de Defensa. Además, tuvo un papel protagonista en la oposición frontal a la Ley de Tasas. ■